En octubre de 2018, un informe especial emitido por el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) advirtió que si no se aumenta de forma urgente la ambición en materia de mitigación en los próximos años para reducir drásticamente las emisiones de gases de efecto invernadero de aquí a 2030, el calentamiento global superará los 1,5°C en los próximos decenios y se producirá la pérdida irreversible de los ecosistemas más frágiles y una crisis tras otra afectarán a las personas y sociedades más vulnerables.
Esto, advirtieron, ya está ocurriendo: “Se estima que las actividades humanas han causado un calentamiento global de aproximadamente 1,0°C con respecto a los niveles preindustriales, con un rango probable de 0,8°C a 1,2°C. Es probable que el calentamiento global llegue a 1,5°C entre 2030 y 2052 si continúa aumentando al ritmo actual”.
El documento puso un sentido de urgencia a las negociaciones que hasta entonces se llevaban a nivel global para dar cumplimiento a los compromisos del Acuerdo de París, con el objetivo de implementar políticas de mitigación climática para mantener el aumento de la temperatura promedio muy por debajo de los 2°C, mientras realiza esfuerzos para limitarlo a 1,5°C.
Para cumplir con el objetivo más ambicioso de 1.5°C, se requiere llevar el nivel de emisiones netas de gases de efecto invernadero a cero alrededor de 2050, meta a la que ya se han comprometido bloques como la Unión Europea a partir de su estrategia del Pacto Verde, y países como Chile, que se impuso la meta de carbononeutralidad para mediados de siglo en la Ley de Cambio Climático actualmente en trámite.
Sin embargo, los compromisos asumidos por los países a la fecha están aún lejos de cumplir con las metas propuestas, mientras que los científicos advierten que pese a la pandemia por Covid-19, que redujo las emisiones globales de CO2 hasta en un 17% debido a los confinamientos, el cambio climático avanza implacablemente.
Para alcanzar las metas de reducción de CO2, entonces, es posible que necesitemos ayuda y que más allá de limitar las emisiones, requeriremos de esfuerzos adicionales. Un reciente análisis elaborado por el Parlamento Europeo afirma que para limitar el aumento de temperatura a 1,5ºC la remoción de CO 2 de la atmósfera es fundamental, y complementa la implementación de políticas de reducción de emisiones. “En línea con esto, las academias de ciencia europeas recomiendan priorizar recortes profundos de emisiones, pero también comenzar a desarrollar una cartera de opciones de eliminación de dióxido de carbono (CDR, carbon dioxid removal, en inglés) de inmediato”, afirma.
Ante un creciente consenso de que el cumplimiento de las metas del Acuerdo de París depende de las opciones de eliminación de carbono, hoy se están discutiendo varias opciones que van desde prácticas basadas en la naturaleza como la forestación, el secuestro de carbono del suelo y la restauración de humedales, hasta alternativas tecnológicas como la meteorización mejorada, la bioenergía con captura y almacenamiento de carbono, y la captura y almacenamiento directo de aire.
“Las soluciones basadas en la naturaleza se destacan como más rentables y viables a corto plazo, mientras que algunas alternativas tecnológicas tienen el potencial de volverse más relevantes a finales de este siglo”, destaca el reporte.