El plan inspirado en Wall Street que busca asegurar legado de Tompkins en la Patagonia
Tras concretarse la donación de terrenos más grande realizada por un privado a un país, Tompkins Conservation junto a otras fundaciones presentaron al Presidente Piñera un proyecto para levantar un Fondo Privado Internacional que desarrolle estas áreas y le de continuidad al trabajo realizado hasta ahora. Se estima que habrá US$2 millones anuales disponibles para la gestión de los parques, por 15 o 20 años.
“Somos una prueba de que nada es imposible. Ningún sueño debe no cumplirse” decía con su pelo claro al viento, anteojos de sol en una mano y rodeada de las imponentes montañas del Valle de Chacabuco, en la Región Aysén, la conservacionista estadounidense Kristine McDivitt Tompkins el 29 de enero del 2018.
En sus pablabras había una sensación de triunfo. Después de un cuarto de siglo de trabajo junto a su fallecido esposo, el ecologista y empresario Douglas Tompkins, aquel lunes la entonces Presidenta Michelle Bachelet firmaba a su lado los decretos que creaban la Red de Parques Nacionales de la Patagonia Chilena. “Esto es el reflejo del poder de los sueños y las ideas, construidas sendero a sendero, curva a curva, y un huracán de documentación y determinación desde La Moneda hasta el Canal de Beagle”, celebraba McDivitt Tompkins ese día.
Justo dos años antes, y en pleno duelo por la muerte de su marido durante una excursión en el Lago General Carrera, Kristine cruzó los patios del Palacio de La Moneda rodeada de periodistas, camarógrafos y fotógrafos para reunirse con Bachelet. Estaba decidida a donarle al Estado más de 400 mil hectáreas de terreno pertenecientes a Tompkins Conservation -la fundación que preside- para crear una red de Paques Nacionales públicos.
Esta red era una vieja idea que Douglas ya le había manifestado al Presidente Sebastián Piñera después de asumir el poder en 2010. Ambos se conocían, incluso el norteamericano lo aconsejó en la creación del Parque Tantauco en Chiloé. Sin embargo, su gobierno decidió priorizar la creación del Parque Yendegaia en 2013, por los altos costos que un proyecto de ese tipo significaba para el país.
Pero luego del ofrecimiento de Kristine a la Presidenta Bachelet, y de ajustar las condiciones de la entrega, en marzo de 2017 La Moneda selló un protocolo de acuerdo con la Fundación Tompkins que finalmente este año se concretó con la firma de la mayor donación de parques nacionales públicos-privados de la historia. Más de 407 mil hectáreas de Tompkins Conservation se unieron a otros tres millones de hectáreas del Gobierno de Chile para crear cuatro millones de hectáreas de parques nacionales, con cinco nuevos parques y la ampliación de otros tres.
“No solo es un esfuerzo de preservación sin precedentes, es también una invitación a imaginar sin más demora formas de ocupar racionalmente nuestra tierra, de crear otras actividades económicas, de usar los recursos naturales sin depredarlos; dicho de otro modo, de generar desarrollo sostenible, el único desarrollo rentable en el largo plazo”, dijo Bachelet tras la firma de los decretos de ampliación, reclasificación y creación de las nuevas áreas de conservación.
La hoy llamada Ruta de los Parques de la Patagonia recorre 2.800 kilómetros dede Puerto Montt al Cabo de Hornos, integra tres regiones del país y protege 11,5 millones de hectáreas bajo la categoría de Parque Nacional, equivalentes a casi tres veces el tamaño de Suiza. En ellas habitan 140 especies de aves, 46 especies de mamíferos marinos y terrestres, existen siete tipos de bosques nativos conservados, involucra a más de 60 comunidades locales y se plantea como una oportunidad de desarrollo económico basado en el turismo como consecuencia de la conservación.
El sueño de Kristine y Douglas se concretó en parte con la firma de Bachelet, pero será recién el 30 de abril del 2019 cuando el Estado se haga cargo, a través de la Conaf, del control total de los 17 Parques Nacionales que completan la ruta. Pero el trabajo de protección ambiental que hace casi 26 años los Tompkins comenzaron en la Patagonia está lejos de finalizar en esa fecha.
Un fondo verde
El 26 de junio pasado, Kristine McDivitt Tompkins volvió a caminar por los patios de La Moneda. Acompañada de Tom Dillon, vicepresidente de medio ambiente internacional de Pew Charitable Trust, se reunió con el Presidente Sebastián Piñera en el llamado Salón Azul del palacio -pintado de color blanco desde 2013- para evaluar formas de cooperación de la organización ambientalista con los desafíos de conservación del gobierno.
Después de haberse concretado la donación en febrero de este año, comenzó un proceso para asegurar el legado de los Tompkins.
Ya en enero de 2016 se habían explorado formas para mantener la Ruta de los Parques, pero no había certeza sobre cómo se administrarían los parques ni con qué fondos; y la preocupación crecía, considerando que Chile invierte solo cerca de un dólar y medio por hectárea en sus Parques Nacionales, muy por debajo incluso que algunos países de la región. Sin embargo, existía una fórmula que podría resolver el problema.
Con ella en mente llegaron McDivitt Tompkins y Dillon a la reunión con Piñera en La Moneda. Ahí, los representantes de las ong’s le plantearon al Presidente una ambiciosa idea: levantar un fondo privado internacional para financiar, al menos durante 15 o 20 años, el funcionamiento de los 17 parques que conforman la red.
“Este fondo privado es un modelo que se ha usado en varios países, partiendo por Costa Rica con el programa ‘Costa Rica Por Siempre’, y consiste en que nosotros, junto a otras fundaciones, ofrecemos al Estado la aplicación de un programa que se llama PFP (Project Finance for Permanence), que es un modelo económico pero aplicado a la conservación”, cuenta Carolina Morgado, directora ejecutiva para Chile de Tompkins Conservation.
Quien fuera una estrecha colaboradora de Douglas Tompkins explica que “el fondo se reúne en dos años y luego se traslada a una fundación en Chile -creada para ese propósito- que tiene un directorio mixto; y esas platas se van soltando de acuerdo al plan establecido y acordado en un período de 15 o 20 años, dependiendo del resultado del estudio de factibilidad”.
Aunque ese estudio sigue en elaboración, “lo que por lo menos proyecta la Fundación Tompkins es que a lo menos por año deberían haber dos millones de dólares disponibles para apoyar la gestión de todos los parques nacionales de la red. Esos son montos que hoy día se han estado conversando y discutiendo”, dice Moisés Grimberg, superintendente de la Red de Parques de la Patagonia de la Gerencia de Áreas Protegidas de la Conaf.
“La Fundación ha sido bastante clara en que el compromiso para lanzar este fondo es que se debe contar con todos los recursos para los 15 o 20 años. Ellos deben tener el compromiso listo por parte de todos los financistas y filántropos que quieren invertir, y que sea seguro que esos recursos estén disponibles año a año”, agrega.
De Wall Street a la Patagonia
Según sus creadores, el PFP es el resultado del esfuerzo de un grupo de conservacionistas, ex banqueros y consultores que tomaron prácticas de Wall Street para desarrollar una nueva forma de proteger grandes ecosistemas, con un enfoque que también podría funcionar en otros proyectos sociales de gran escala. En el continente este programa ya ha sido aplicado con éxito en Canadá, Brasil y Costa Rica, y se basa en dos principios: la permanencia y el financiamiento.
Hace 20 años el Presidente Fernando Henrique Cardoso prometió proteger el 10% de la biomasa amazónica de Brasil, y para eso se desarrolló un ambicioso sistema de financiamiento público-privado que sigue funcionando hasta ahora. El objetivo era crear, consolidar, y establecer una gestión a largo plazo en 60 millones de hectáreas de selva.
Al fin de su primera etapa en 2002, el programa permanentemente había dotado de personal y financiado la administración de 32,5 millones de hectáreas a lo largo de 62 áreas protegidas; además, fue responsable de la designación de 44 nuevas áreas protegidas que incluían 24 millones de hectáreas. Esto requirió la recaudación de 80 millones de dólares en fondos de una sola vez, y otros 37 millones en donaciones.
Aunque en Chile todavía no existe una propuesta final, la idea del fondo -explican tanto en Conaf como en la Fundación- es que desaparezca luego de los 15 o 20 años que pueda durar. Al principio la inversión extranjera aportada por organizaciones o filántropos tendría una fuerte presencia, pero debería ir disminuyendo su aporte a la Red de Parques conforme se incrementa el del Estado.
“Para que este modelo resulte tienen que haber cambios, tiene que haber estandarización de tarifas, tienen que haber buenos contratos de concesión de manera de ir fortaleciendo con el tiempo la infraestructura que tiene el Estado en la administración de Parques Nacionales; y eso por supuesto que tiene una acción directa sobre las comunidades, este fondo se invierte tanto en el parque como en las comunidades adyacentes”.
Respecto al eventual rol que tendría la Conaf en torno a los aportes internacionales, Grimberg explica que sería la encargada de definir dónde se requerirán esos recursos. “Obviamente con este fondo privado no vas a financiar guardaparques, eso debe venir en el financiamiento de la Ley de Presupuesto de cada uno de los gobiernos. No obstante, se podría pensar en algún minuto qué dotación extraordinaria parcial se podría cubrir con ese fondo, pero no la dotación permanente”, explica.
En el mejor de los casos, en una primera instancia se ha proyectado que al 2027 el Gobierno pueda aumentar en cinco veces su inversión en las Áreas Protegidas, pasando de los 1,04 dólares por hectárea que se destinan actualmente a por lo menos 5,20 dólares en la próxima década, en forma gradual.
Incluso para este año Conaf apuesta por un aumento de su financiamiento en la Ley de Presupuesto para 2019, o una redistribución de los recursos al interior del Ministerio de Agricultura para incrementar sus capacidades a la hora de administrar los 17 parques nacionales de la Ruta de la Patagonia.
Pero no todo es el financiamiento, cree la directora ejectutiva de Tompkins Conservation. “Para que este modelo resulte tienen que haber cambios, tiene que haber estandarización de tarifas, tienen que haber buenos contratos de concesión de manera de ir fortaleciendo con el tiempo la infraestructura que tiene el Estado en la administración de Parques Nacionales; y eso por supuesto que tiene una acción directa sobre las comunidades, este fondo se invierte tanto en el parque como en las comunidades adyacentes”, dice.
Quienes conocen la visión del Presidente Sebastián Piñera sobre este sistema de financiamiento aseguran que el mandatario “ve con buenos ojos” el estudio de prefactibilidad que considera la implementación del fondo privado para apoyar el desarrollo de la Red de Parques de la Patagonia, principalmente por el compromiso de permanencia en el tiempo que considera el proyecto. Incluso aseguran que, luego de la reunión con Kristine McDivitt Tompkins y Tom Dillon, el mandatario nombró a Vicente Parodi como delegado presidencial para este proceso.
El primer apoyo concreto del gobierno de Piñera a la Red de Parques ocurrió en septiembre de este año a través de la Fundación Imagen de Chile, con la creación y promoción en conjunto con Tompkins Conservation del sitio web “rutadelosparques.org”. Solo durante las primeras 24 horas de la campaña de posicionamiento, 160 medios de comunicación de todo el planeta cubrieron el lanzamiento de la página que recibió 200 mil visitas en su primera semana, con una permanencia promedio de cuatro minutos de navegación por sus contenidos.
“Esta idea del sitio, y de realizar una ruta unificada, surgió del mismísimo Tompkins; él quería que se visibilizaran los parques y se posicionaran como activos dentro de la economía. Ahora podemos entregar eso a todo el país, para que puedan disfrutar de una de las rutas más bellas del mundo de manera informada”, dijo Carolina Morgado el día en que se lanzó el sitio web.
El traspaso
Tanto la propuesta del fondo internacional como la campaña de posicionamiento de la Ruta de los Parques de la Patagonia corresponden a dos de las cuatro líneas de acción en las que Tompkins Conservation viene trabajando luego de la donación de los terrenos al Estado. Una tercera es la creación del grupo Amigos de los Parques de la Patagonia para impulsar cambios en torno a la visión sobre estas áreas protegidas, y una cuarta es la firma de un convenio de colaboración por diez años con Conaf.
“Estamos contribuyendo desde nuestra experiencia en la construcción de los ‘términos de referencia’ para licitar las áreas turísticas del parque, aquella infraestructura diseñada para el acceso público. Esto es hotel, restaurante, y las zonas de camping” cuenta Carolina Morgado.
“Obviamente la Fundación traspasa o dona al Estado no solamente la superficie, también la infraestructura que está avaluada en 30 millones de dólares en el caso del Parque Pumalín, y en el caso de Valle Chacabuco (Parque Patagonia) en 60 millones de dólares; por lo tanto, ese es uno de los temas prioritarios que estamos trabajando” dice el superintendente de Parques de la Patagonia de la Conaf, Moisés Grimberg.
En el Parque Pumalín existen nueve cabañas y un restaurante para 40 personas, mientras que en el Parque Patagonia hay un hotel con 10 habitaciones, infraestructura que deberá ser concesionadas por la Conaf durante el primer semestre del próximo año. El proceso es seguido con atención por la Fundación.
“Un buen contrato de concesión es lo que te asegura que esa infraestructura concesionada se mantenga en óptimas condiciones, y también te permite fortalecer la estructura del organismo que concesiona”, explica la directora ejecutiva de Tompkins Conservation. “Debe existir una obligación por parte del concesionario de invertir parte de la ganancia o de sus entradas en un área del parque que no es su negocio, esta es una manera de involucrarlo en la protección del parque, que pueden ser los senderos o programas de vida silvestre”, agrega.
Todavía falta que la Contraloría termine de revisar el decreto que crea el Parque Nacional Patagonia. Una vez que el proceso termine, se podrán publicar las bases de licitación para la infraestructura de las áreas que pertenecieron a los Tompkins. De todas maneras, esta temporada 2018-2019 será la última que administre la Fundación.
Este punto es muy importante para las organizaciones involucradas en el desarrollo de la Ruta de los Parques y para la Conaf, y va de la mano con la campaña de posicionamiento del recorrido como destino turístico mundial. La idea es que la red pueda dinamizar la economía local como una consecuencia de los esfuerzos por conservar la naturaleza. Durante 2017, cerca de 120 mil personas pasaron solamente por el Parque Pumalín.
En un preinforme realizado en 2016 se analizaron los alcances que un modelo similar al que se pretende implementar en las tres regiones que albergan la Ruta de los Parques. Se exploraron los ingresos y potencial desarrollo económico de los diez parques con mejor accesibilidad, en una proyección de diez años. El documento concluyó que en un escenario ideal se podrían crear 43 mil nuevos puestos de trabajo y aumentar el PIB local en 270 millones de dólares.
“Cuando uno invierte en un parque nacional hay un beneficio directo en las comunidades aledañas” enfatiza Carolina Morgado. “Hay estudios de la Administración de Paques de Estados Unidos que muestran que por cada dólar invertido en un parque nacional hay entre seis y diez dólares en la economía circundante. Una persona toma un avión, arrienda un auto, se queda a dormir, come, compra un recuerdo… Todo eso tiene un efecto en las personas que proveen estos servicios”.
En un preinforme realizado en 2016 se analizaron los alcances que un modelo similar al que se pretende implementar en las tres regiones que albergan la Ruta de los Parques. Se exploraron los ingresos y potencial desarrollo económico de los diez parques con mejor accesibilidad, en una proyección de diez años. El documento concluyó que en un escenario ideal se podrían crear 43 mil nuevos puestos de trabajo y aumentar el PIB local en 270 millones de dólares.
“Son aproximaciones, tomando en cuenta algunas experiencias exitosas como el Parque Torres del Paine, y tomando en consideración el potencial de visitación. Ahora, nosotros estamos enfocados en implementar esto y uno de los objetivos es que las comunidades locales vean también el beneficio asociado al turismo que obviamente las áreas silvestres protegidas genera”, explica Moisés Grimberg. “Estamos pensando en concesionarios que tienen que ser un poco más grandes en el caso de la infraestructura que ya está disponible, pero también estamos pensando en cómo somos capaces de tener buenas concesiones de la propia comunidad aledaña”.
Según el estudio de hace dos años, si la Ruta de los Parques es bien promocionada internacionalmente por una alianza público-privada; si cuenta con infraestructura cercana a los parques para recibir a más visitantes; implementa una tarifa de conservación diaria razonable en vez de tarifas de entradas únicas; y recibe un financiamiento adecuado por parte del Estado y donantes extranjeros, la red podría alcanzar cerca de 89 millones de dólares en ingresos para el año 2027.
Respecto a los plazos para definir si se aplicará o no el modelo que está en conocimiento de La Moneda, quienes participan de las mesas de trabajo aseguran que el gobierno debería tomar un determinación a más tardar en marzo del próximo año. Actualmente las organizaciones comprometidas en impulsar el fondo de inversión privado que serviría para ayudar a sostener la red de Parques, y el traspaso de los territorios donados por Tompkins Conservation, están trabajando en la etapa de diseño de este sistema de financiamiento y gestión que podría poner a Chile en la vanguardia de las alianzas para proteger ecosistemas tan importantes como el de nuestra Patagonia.