“Nosotros vimos que estaba absolutamente seco, sin hojas ni raíces. Así que tomamos el tronco para trasladarlo a la entrada del Humedal Giverny y tener una escultura, donde pudieran anidar las aves y que sirviera como recordatorio sobre la importancia del cuidado y la recuperación de la naturaleza”. Así comienza a explicar Nicolás Vicuña, director ejecutivo de Fundación Parque Tricao, la historia del boldo más icónico del parque, que supuestamente ya no tenía vida y revivió.

La erosión, la escasez hídrica y una frondosa capa de zarzamora, especie invasora, impedía que a este boldo le llegara luz. Hace muchos años, al limpiar la quebrada el equipo de Parque Tricao se encontró con un tronco seco y lo trasladaron con cuidado a la entrada del Humedal Giverny, uno de los principales atractivos de este espacio natural ubicado en la Región de Valparaíso.

Los boldos son una de las especies nativas de más lento crecimiento, por lo que esta “escultura” estuvo intacta por un tiempo hasta que, dos años después y en uno de los recorridos habituales que hacen los guardaparques por el humedal, se percataron que este tronco tenía un pequeño brote.

En la actualidad, este tronco seco del pasado dejó de ser una escultura y ya es un boldo frondoso, lleno de hojas y nuevos brotes, transformándose en un recordatorio vivo de que la naturaleza no deja de sorprendernos, y que los humedales son una pieza clave en los ecosistemas.

Cada 2 de febrero se celebra el “Día Mundial de los Humedales”, con el objetivo de generar conciencia colectiva de su importancia en la biodiversidad, ya que conforman el hábitat de más del 40% de todas las especies de flora y fauna existentes. El lema de este año, es “Revitalizar y restaurar los humedales degradados”.

El Humedal Giverny del Parque Tricao nace el 2009, dos años después de la fundación del parque. Todo el proceso se realizó dentro del Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental y, al poco tiempo, se convirtió en el hogar de diversas especies. Boldos, lingues, maitenes, molles y peumos son parte de la flora nativa que se puede ver; en cuanto a la avifauna, se pueden encontrar diferentes especies nativas como patos, cisnes de Cuello Negro, garzas y taguas, entre muchas otras.

“El Humedal Giverny nos ha enseñado que sí se puede recuperar y cuidar el medioambiente, porque partimos con un espacio muy reducido y hoy hemos crecido más de cuatro veces, limpiando y cuidando esa misma zona. A la fecha, ya hay 100 hectáreas protegidas, las cuales estamos dedicados 100% al cuidado y riego, y este mismo bosque esclerófilo de la zona ha respondido muy bien”, señala Nicolás Vicuña.

En Chile, los humedales se encuentran en casi toda la costa del país, son lagunas costeras o marismas; a lo largo de la Cordillera de los Andes son salares, lagunas salobres, bofedales, vegas, ríos, lagos y lagunas. Finalmente, hacia el sur de Chile es posible reconocer a los humedales de turberas.

Algo fundamental de los humedales es que, además de ser el hogar de especies, potencian los procesos hidrológicos y ecológicos, favorecen la mitigación de inundaciones, capturan y filtran afluentes que bajan de los glaciares cordilleranos, previenen inundaciones y, en el caso de los costeros, generan barreras de mitigación frente a marejadas y maremotos.

El Humedal Giverny y el boldo del Parque Tricao pueden ser visitados, de lunes a domingo, entre las 09:00 y las 19:00 horas. Además, se pueden aprovechar los otros espacios del lugar, que promueve el cuidado y la recuperación de la naturaleza a través de la educación, el deporte y la protección de la biodiversidad. Las entradas solo se venden por la página web, es decir, no hay venta presencial de tickets.

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