Investigación revela factor clave para estimar cuánta agua hay en los ríos
Investigadores del Departamento de Ingeniería Civil, del Centro Avanzado de Tecnología para la Minería (AMTC) y del National Center for Atmospheric Research (NCAR), EE.UU., abordaron el impacto que tienen distintas metodologías de rastreo en simulaciones de caudal obtenidas a partir de modelos hidrológicos. Los resultados pueden ser utilizados para otorgar derechos de agua, para el diseño de obras hidráulicas, predicciones de crecidas, entre otras aplicaciones.
¿Se puede rastrear el agua en los ríos y saber, por ejemplo, cómo pasa de un cauce a otro? La respuesta es sí y, de acuerdo a un equipo de investigadores del Departamento de Ingeniería Civil, del Centro Avanzado de Tecnología para la Minería (AMTC) y del National Center for Atmospheric Research (NCAR), EE.UU., es un paso fundamental para poder generar estimaciones más exactas de disponibilidad hídrica, especialmente si se desea planificar bajo escenarios proyectados de cambio climático.
Para estimar el caudal –o volumen de agua que pasa una sección de un río en un tiempo determinado– es necesario utilizar modelos numéricos (o modelos hidrológicos) que, gracias a una serie de variables y parámetros, resuelvan balances de agua y/o energía. El rastreo es el proceso que permite transportar el agua generada por dichos modelos en distintos puntos hacia una red fluvial. Sin embargo, este paso suele ignorarse al momento de realizar estimaciones, aunque resulta clave para caracterizar la evolución temporal del agua que fluye por los ríos, señala el equipo de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de la Universidad de Chile.
En su estudio, publicado en la revista Hydrology and Earth System Sciences (HESS), presentan una serie de experimentos numéricos basados en datos de la cuenca del río Cautín, Región de la Araucanía, Chile, el que ha sido protagonista de numerosos eventos de crecida producto de las lluvias, lo que ha generado desde inundaciones y destrucción de infraestructura pública, hasta pérdidas humanas.
“Hasta ahora, había predominado la idea de que el rastreo, como proceso físico, solo era importante para simular y pronosticar caudales de crecida o, a lo sumo, caudales medios diarios. También se creía que su inclusión no era decisiva en el estudio de cuencas con pendientes considerables y áreas relativamente pequeñas (con menos de 5.000 km2)”, explica el ingeniero civil Nicolás Cortés Salazar, quien lideró el estudio. Sin embargo, los resultados indican que la incorporación del rastreo no solo mejora en forma notoria la calidad de las simulaciones de caudal, sino que también altera considerablemente los resultados que se obtengan. “Lo que puede tener implicancias importantes en estudios que buscan caracterizar la oferta hídrica de cualquier cuenca”, puntualiza.
“Uno de los resultados más inesperados es que la inclusión y configuración de modelos de rastreo también puede afectar la simulación de caudales bajos”, advierte el hidrólogo Pablo Mendoza, académico del Departamento de Ingeniería Civil de la FCFM. “Esto quiere decir que, más allá del ya conocido efecto sobre estimaciones de caudales de crecida para el diseño de obras hidráulicas, el rastreo tiene implicancias para objetivos tan diversos como el monitoreo de sequías hidrológicas, o la estimación de caudales ecológicos”.
El estudio contribuye a mejorar la comprensión de procesos hidrológicos y su modelamiento, lo que resulta clave para mejorar la gestión del recurso hídrico ante escenarios de cambio global.
El equipo de investigación estuvo conformado por Nicolás Cortés Salazar (DIC), Nicolás Vásquez (DIC), Naoki Mizukami (NCAR), Pablo Mendoza (DIC/AMTC), y Ximena Vargas (DIC), y se enmarca dentro del proyecto Fondecyt “Robust estimates of current and future water resources across a hydroclimatic gradient in Chile”, dirigido por el Prof. Mendoza.