Ainwater: inteligencia artificial para optimizar el proceso de tratamiento de aguas residuales
A través de un software de alta tecnología, la empresa logra monitorear en tiempo real la operación de las plantas de tratamiento de aguas residuales de empresas sanitarias y de la agroindustria, tanto en Chile como en México, permitiendo su reúso y descarga bajo norma, así como también una reducción de entre un 5 y un 30% del consumo energético en el proceso.
Hace 10 o 12 años, mientras cursaba su práctica profesional como estudiante de ingeniería química en la Universidad Católica, Camilo Huneeus ya tenía plena conciencia sobre la brecha que existía entre la disciplina que estudiaba versus la electrónica y la ciencia de datos. En algún minuto le preguntaron si sabía qué era la demanda biológica de oxígeno (DBO), y él ya sabía que esa característica es el parámetro principal de recepción de una planta de tratamiento.
El ahora ingeniero refería al bombeo constante de aire que necesitan las bacterias aeróbicas para comerse la materia orgánica de los estanques que acumulan las aguas servidas de diferentes empresas. El diseño de las plantas, de acuerdo a la información que él iba constatando, se hacía de una manera muy convencional, por lo que el profesional se propuso enlazar dos mundos que parecían distantes: por un lado, la ingeniería química y, por otro, la inteligencia artificial.
A comienzos de la pandemia, Huneeus conoció a su futuro socio, el ingeniero en biotécnica Martín Concha, y juntos decidieron ponerle el hombro a la idea. Postularon al fondo Corfo Crea y Valida, con rotundo éxito: fueron primeros en la evaluación, con lo cual pudieron conformar en diciembre de 2020 Ainwater, empresa de tecnología chilena para monitorear y optimizar el proceso de las plantas de tratamiento de aguas en diferentes industrias.
“Las plantas se diseñan a partir de parámetros fijos: caudal, carga, etcétera. Pero hay un caudal de agua que se modifica en el tiempo y que tiene variables: de día, o de noche, en primavera o verano. Por lo mismo, el control de la misma planta debería ajustarse en tiempo real a lo que ocurre. Eso no se hace, porque ahí hay ingenieros químicos, hidráulicos o ambientales que no tienen formación en electrónica ni en control de datos”, describe Camilo Huneeus.
Concretamente, lo que Ainwater viene haciendo es “tomar los datos operacionales de la planta para construir modelos de inteligencia artificial que generan predicciones en tiempo real acerca de qué va a ocurrir con la planta, y genera recomendaciones de control para mantener la planta estable, cumplir con las normas y ahorrar energía”, agrega Huneeus.
La clave estriba en lo que se conoce como “gemelos digitales”, es decir, una simulación del funcionamiento de la planta a nivel computacional que permite tomar las mejores decisiones para tratar de forma óptima el agua y reducir el consumo energético. Según los casos, la aplicación de este software puede disminuir el consumo de energía en una tasa que varía entre un 5 y un 30%.
Huneeus da un ejemplo que ilustra mejor cómo se produce el ahorro: “En vez de bombear la misma cantidad fija de aire a las bacterias aeróbicas que se comen la materia orgánica, la tecnología lo logra optimizar con este gemelo digital para saber cuánto aire exactamente hay que introducir y en qué momento. Eso implica un ahorro grande, pues en el bombeo de aire se gasta mucha energía”.
“En vez de bombear la misma cantidad fija de aire a las bacterias aeróbicas que se comen la materia orgánica, la tecnología lo logra optimizar con este gemelo digital para saber cuánto aire exactamente hay que introducir y en qué momento. Eso implica un ahorro grande”.
Sanitarias y agro-industria
Ainwater trabaja en dos tipos de industrias en este minuto en que la empresa se halla en plena fase de expansión. Si bien Huneeus dice que la solución es aplicable para cualquier tipo de agua que contenga materia orgánica, por ahora están operando en empresas sanitarias y agro-industria. En el caso de Chile tienen como clientes a sanitarias Aguas Andinas, Essal, Coopagua y Aguas Araucanía, y en industria a CCU, a una de las mayores viñas del país y una productora de carne de cerdo (no se puede revelar aún por contratos de confidencialidad). Pero también han extendido sus dominios hasta México, donde tienen contrato vigente con la empresa SAPAL, para monitoreo de los efluentes de la industria textil que llegan a esa compañía sanitaria, y también con la empresa productora de carne de cerdo Smithfield México.
La reutilización que cada empresa le da al agua tratada por Ainwater es variable. “Varía según cada fábrica. Por lo general el agua tratada es ocupada para riego agrícola o de terrenos, pero también en la industria agroalimentaria es ocupada para lavado de equipos, camiones, pisos, asuntos que no requieren el contacto directo con los alimentos”, explica el emprendedor. En varios casos, además, estas aguas tratadas son vertidas a los canales o a los ríos, y son usadas por los agricultores. “Tú habrás escuchado cuando chico que te decían que las frutillas no había que comérselas porque venían de riego de aguas servidas. Ahora no pasa eso: se levan con aguas tratadas de Aguas Andinas”, añade.
Pero, complementa Huneeus, hay una nueva tendencia a nivel mundial conocida como “zero water” que consiste en que “luego de la planta de residuos industriales, instalar una planta de osmosis inversa para purificar el agua a calidad potable para usarla en el proceso productivo. Para eso se necesita que la planta de tratamiento de residuos industriales funcione siempre estable porque las membranas son muy sensibles, y prima la variabilidad. En ese sentido, una herramienta como la nuestra juega un rol súper importante”, cierra el fundador y gerente de Ainwater.