Uso intensivo de tecnologías, información transparente a las comunidades y estrategia de sostenibilidad asociada a los ODS: así se proyecta la minería del futuro
Encargado de abrir ayer el seminario internacional “Hacia una industria minera circular” del CIEC en Tarapacá, el ceilandés Kash Sirinanda, reconocido “futurista minero”, plantea un escenario fundado en estos tres pilares que llevarán a la minería actual basada fundamentalmente en el trabajo humano a una minería sustentable que avanzará a la automatización completa de las faenas en las próximas décadas.


Una incorporación masiva de tecnologías en todos los procesos, empresas que mantienen una relación estrecha -e informada- con las comunidades, y una visión de sustentabilidad alineada con los ODS, la economía circular y una baja huella de carbono. Así será la minería del futuro, según el reconocido futurista minero Kash Sirinanda, quien fue el encargado de abrir el seminario internacional “Hacia una industria minera circular” organizado por el Centro de Innovación y Economía Circular (CIEC) de Tarapacá. Matemático, ingeniero y emprendedor, Sirinanda es doctor en optimización de la Universidad de Melbourne y fundador de Mine Connector, con sede en Australia, y como futurista analiza la industria, los ecosistemas y las tecnologías emergentes para proyectar escenarios a partir de las realidades que están ocurriendo hoy en la minería a nivel global.
Y en esa mirada, hoy plantea un escenario basado en tres pilares que llevarán a la minería actual basada fundamentalmente en el trabajo humano a una minería sustentable que avanzará a la automatización completa de las faenas en las próximas décadas. Y por ello, el primer pilar de esta transformación, plantea, es la incorporación intensiva de las tecnologías digitales.
Entre ellas se encuentra la conectividad y el uso de sensores, satélites, la internet de las cosas y la red 5G; la automatización de los camiones, perforadoras, drones e incorporación de la robótica; el uso de la inteligencia artificial, machine learning y el blockchain; y la masificación de las experiencias inmersivas como la realidad virtual y la realidad aumentada en las operaciones diarias de los mineros. Todo esto conlleva a la creación de una fuerza laboral digitalizada que utiliza estas herramientas en las operaciones diarias, así como avanzar desde una minería que opera en silos independientes a una industria que funciona en ecosistemas integrados que transfieren información a través de distintas plataformas digitales.
“Podemos ver que todas estas tecnologías emergentes que ya están siendo utilizadas por diferentes empresas mineras, que están avanzando hacia la transformación digital. Vemos, por ejemplo, que se está comenzando con los satélites, con sensores y otros dispositivos para que la información se transfiera entre las faenas y las oficinas mineras de manera ágil. Luego tenemos cosas autónomas como drones, camiones autónomos, vehículos eléctricos. También inteligencia artificial, tenemos desarrollo manejado por inteligencia artificial, por machine learning, y usamos muchos datos para la mantención preventiva”, explica Sirinanda.
La implementación de la minería digital tiene, plantea el experto, cuatro componentes. El primero es la visibilización, que implica usar Business Intelligence Tools para visualizar datos financieros y operacionales. A ello le sigue la simulación, para análisis de escenarios que generen diferentes filosofías operacionales. El tercero es la optimización, que utiliza algoritmos avanzados para optimizar las operaciones mineras. Y finalmente la “aumentación”, que utiliza inteligencia artificial para el desarrollo basado en la inteligencia artificial para conectar a las personas, los procesos y los sistemas.
Todo esto requiere, agrega, de un modelo de operación minera ágil para poder aplicar estos dispositivos y estas tecnologías. Por ello, este nuevo “ADN de la mina” requiere de un liderazgo digital que aplique modelos futuristas y tecnologías emergentes para construir minas optimizadas que hagan una minería verde. Para lograrlo, señala, se requiere de un cambio de gestión donde el liderazgo es fundamental, lo que no es simple.
“En diferentes continentes y diferentes empresas mineras lo que he visto es que a la mayorías de las empresas les cuesta manejar y empujar estas cosas, porque la transformación digital no es una ganancia rápida y generalmente toma mucho más tiempo de lo esperado. He visto que en iniciativas digitales en el sector minero, después de la prueba del concepto, a veces no se implementa. Ese es el otro lado de la historia, hay algunas razones por las que a veces no podemos pasar más allá de la fase de la prueba de concepto”, dice Sirinanda.
Por ello -agrega- el liderazgo adecuado requiere saber que la transformación digital no es rápida, que hay que hacer cosas de manera ágil y realizar los procesos de cambio de gestión en etapas tempranas y no al final. “Después tenemos la estrategia, hemos encontrado que la media de las empresas no tienen la estrategia digital como parte de su estrategia corporativa, es más una estrategia separada y no está incluida en el presupuesto. Y también tenemos que incluir soluciones digitales pragmáticas, saber cuáles están disponibles y tener un conocimiento profundo de ellas, porque la minería es un proceso muy complejo”, plantea.

“El problema es que las empresas mineras tienen una mala reputación, no están bien conectadas con las comunidades, y los conflictos entre ambos van en aumento. Lo que tratamos de hacer es mostrar a la comunidad la información vital de lo que está ocurriendo en la mina. Las soluciones tienen que ser transparentes y pragmáticas, tienen que basarse en los ODS, y la empresa minera tiene que enfocarse en un futuro sustentable”
Comunidades mineras inteligentes, economía circular y sustentabilidad
El segundo pilar de la transformación de la minería, afirma Sirinanda, debe ser la creación de comunidades inteligentes, una industria que minimice su impacto manejando estrategias ambientales, sociales, económicas que cumplan además con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) fijados por Naciones Unidas. Y esto implica incorporar a las comunidades para explicar qué están haciendo y qué quieren lograr.
“El problema -dice Sirinanda- es que las empresas mineras tienen una mala reputación, no están bien conectadas con las comunidades, y los conflictos entre ambos van en aumento. Lo que tratamos de hacer es construir un panel muy simple que muestre a la comunidad la información vital de lo que está ocurriendo en la mina. Las soluciones tienen que ser transparentes y pragmáticas, tienen que basarse en los ODS, y la empresa minera tiene que enfocarse en un futuro sustentable. Se tienen que rediseñar sus operaciones de acuerdo con los ODS, aumentar la conciencia sobre los ODS en la minería y fomentar las comunidades mineras”.
Lo que propone para mejorar las comunicación entre las empresas y la comunidad es que este panel, instalado en un centro comunitario, en la entrada de las faenas o en algún lugar que sea de fácil acceso, muestre la información completa de lo que ocurre en la faena minera, en tiempo real, aprovechando los recursos de las tecnologías, sensores y otras herramientas digitales disponibles.
Esta “información vital” considera, por ejemplo, la información de los niveles de tranques y su presión, el manejo de los residuos mineros, la calidad del agua y cuánto se consume, si estña utilizando o no energías renovables, y cuánto. También los aportes comprometidos a la comunidad, cuáles de ellos ya han sido completados o están todavía en curso, y cuáles están planificados (construcciones, agricultura, colegios, etc.) para que la comunidad sepa cuál es realmente el aporte de la empresa; información de la calidad del aire, de las emisiones de CO2, de vibraciones, ruido, de los empleos que está entregando la minería, incormación de la producción mendual, etc.
“Toda esta información se puede mapear también respecto de a qué ODS está aportando, por ejemplo. Lo importante es que las comunidades mineras -la empresas y los ciudadanos- se comprometan a alcanzar estos objetivos. Tiene que haber un punto donde se interactúa y donde la comunidad puede ver qué ocurre, aprender el uno del otro para llegar a soluciones. Por eso es importante mantener la transparencia entre la empresa minera y la comunidad”, afirma Sirinanda.
Y el tercer pilar de la transformación de la minería hacia el futuro es avanzar en iniciativas sustentables como la economía circular, la descarbonización y las energías renovables. En el caso de la economía circular, plantea, es necesario rediseñar lña cadena de valor de la minería para facilitar la refinación de materiales reciclados.
“El concepto de la economía circular es crucial en el sector minero, hoy en el mercado scrap (metales reciclados) se exportan alrededor de US$157 mil millones y se importan US$226 mil millones como valor mercado, por lo que si reconfiguran su plan para incluir la economía circular se puede agregar valor a la empresa. La minería lineal es exploración, extracción, concentración, fundición, refinación y distribución, pero después de la distribución podemos recolectar y volver a hacer una refinación de materiales y para eso tienen que tener una buena fundición y plantas de procesamiento para hacer un reciclaje”, dice Sirinanda.
“Lamentablemente -agrega- solo unas pocas empresas mineras tienen las instalaciones para realizar estos, porque la mayoría tiene una producción lineal. Pero he visto que ya algunas empresas que han empezado a cambiar especialmente en Europa, donde las empresas están muy conscientes de empujar e impulsar este concepto de la economía circular. Incluso se instalan plantas de reciclaje en las faenas mineras para asegurar que se puede utilizar todo lo reciclado, y se puede hacer la última parte de la cadena de nuevo”.
A esto se suma el uso de energías renovables, sobre todo considerando que la energía representa un tercio de los costos de la mina, y en un escenario en que los costos de la energía solar y eólica están en caída y el precio del diesel es más volatil. Además, esto incide fuertemente en la mitigación de emisiones de CO2 -con la ventaja de disminuir el pago de impuestos al carbono- y reducción de la huella de carbono.
Hoy existen una serie de iniciativas para reducir emisiones en la minería, más allá de las energías renovables. “Hay startups con proyectos de captura de carbono que en la minería son bastante nuevos, pero existen en el sector de petróleo y gas; construir flotas bajas en carbono, de vehículos eléctricos; y también una conciencia de compra hacia productos bajos en carbono; si tengo dos fabricantes de acero, por ejemplo, antes de comprar pregunto por su huella de carbono y compro el que tiene la menor, aunque sea un poco más costoso. En el Reino Unido ya está ocurriendo, y los compradores consideran estos temas de producción limpia”, ejemplifica Sirinanda.
“Hoy la minería no se trata solo de la innovación -agrega-, sino también de cómo moviliza a los mineros para que sea más sustentable. Hay que enfocarse en las iniciativas ambientales, económicas y sociales. Hay que tener una cultura liderada por la innovación y la sustentabilidad, y eso inculcarlo en las personas. Eso va a impulsar a la industria minera para un futuro sustentable”.