“En Chile somos reactivos”, comienza diciendo Humberto González, coordinador de la Mesa Científica COP25 Criósfera-Antártica, para ilustrar por qué recién ahora se reanudó la discusión por la ley de glaciares. “Este año la Cámara de Diputados y el Senado se puso a conversar, pero la ley estuvo 15 años durmiendo. En ese momento teníamos agua, glaciares, el embalse El Yeso estaba lleno, Aculeo tenía agua, nadie hablaba de ducharnos rápido. Ahora a la Laguna de Aculeo le vamos a hacer un funeral, así como pasa en el hemisferio norte”, grafica con pesar el director del Centro de Investigación Dinámica de Ecosistemas Marinos de Altas Latitudes (Centro IDEAL) y académico de la Universidad Austral de Chile, quien asistió a la COP25 en Madrid.
Tras arduos meses de trabajo junto a 10 coautores y cerca de 50 contribuidores, González presentará en los próximos días las principales conclusiones que arrojó el informe sobre Criósfera-Antártica en el marco de la pasada COP25. En sus páginas, el documento divide su análisis y recomendaciones en estas dos disciplinas. En primer lugar, los científicos entregaron sus propuestas en el ámbito de la criósfera chilena, la que comprende el estudio de todas las grandes masas de hielo y nieve, incluidos los glaciares. Luego, el documento se abocó a las sugerencias centrales respecto de la situación de la Antártica. Claro que, como explica González, todas las medidas que se tomen en torno al continente blanco son resorte de tratados internacionales como el Tratado Antártico.
Donde sí las propuestas podrían tener aplicación directa es en la criósfera chilena. A este respecto, González explica la necesidad imperiosa de acelerar la discusión por una ley de glaciares robusta y que proteja efectivamente a estos cuerpos de agua fundamentales para paliar la megasequía que arrastra el país desde 2010.
-¿Qué propuestas entrega el informe respecto de los glaciares?
-En primer lugar, hay que decir que en Chile nunca ha habido un proceso serio de sentarse a hablar sobre mitigación, adaptación y gobernanza. Nosotros no somos proactivos; actuamos cuando estamos haciendo crisis. Es una gran deficiencia que tenemos como sociedad. Ahora que falta agua, recién consideramos la discusión. Tenemos reservas de agua que son las represas o los embalses, pero nuestros glaciares son reservas de agua que se entrega de a poco. Decidimos dividir el informe en dos partes: los glaciares de la región centro-norte, donde la situación es dramática, y puede que de aquí a fin de siglo no quede ningún glaciar. Y los glaciares del extremo sur, donde el requerimiento de agua no es tan exacerbado. Chile tiene la tercera reserva de agua dulce más grande del mundo en sus glaciares del sur. Y de todos los glaciares que hay en Sudamérica, Chile tiene el 94 por ciento. Y de ese conjunto, el 90 por ciento está entre Aysén y Magallanes. Por eso lo dividimos. En la zona centro-norte los requerimientos de agua son brutales y los glaciares se están derritiendo. En Chile la migración ya comenzó: la gente ha tenido que moverse a la zona centro-sur porque no tiene agua. El 94 por ciento de los glaciares en Chile están en retroceso, esto es muy serio. Lo que pensamos como informe es que este recurso muy preciado debería verse no solo con el prisma medioambiental, sino con el prisma social y económico.
-¿Cómo es eso?
-El desarrollo sustentable tiene tres patas: medioambiental, social y económico. Los pequeños agricultores y ganaderos que tienen sus animales requieren de los glaciares de forma vital. Ahora, la minería requiere mucha agua, ocupa muchos recursos y se está tratando de adaptar a través de la desalinización. Eso igual trae consecuencias, porque se saca agua dulce a partir del agua de mar, pero la sal hay que dejarla en alguna parte. Hay muchos componentes de los que dependen las microalgas, los crustáceos. La desalinización igual tiene su impacto. Pero hay un conflicto social: al turismo le interesa que el glaciar sea protegido y eso choca con el sector productivo. Es un problema complejo. Es muy importante tener una buena ley de glaciares que signifique una protección efectiva para los mismos.