Zero Corp: la mega planta de compostaje que funciona de forma abierta en el sur de Chile
Ubicada en la comuna de Purranque, la empresa logra procesar cerca de 3.600 toneladas mensuales de residuos orgánicos procedentes de distintas industrias que operan, principalmente, en la Región de los Lagos: acuicultura, lechería y otras. A través de un sistema de aire en pilas estáticas, empleado en la planta de compostaje, obtienen un compost que venden a agricultores de las praderas de la zona.
Ubicada en la localidad de Crucero, dentro de la comuna de Purranque, una mega planta abierta de compostaje en Chile comenzó a operar en diciembre de 2021 y ya está marcando un sendero en materia de residuos orgánicos. Pertenece a la empresa Zero Corp, que a través del trabajo de esta planta logra realizar un proceso completo de economía circular de residuos orgánicos, trasladándolos desde sus industrias de origen hasta convertirlos en compost de alta calidad.
La idea tuvo su germen hace más de 10 años, cuando José Luis García-Huidobro charló con su amigo y socio Gustavo Zeppelin, quien tenía vasta experiencia en el abordaje del problema de los residuos de la industria acuícola. Luego se fueron a trabajar en el mundo de los residuos de la celulosa, donde lograron convertir el 70 por ciento de dichos desechos en enmiendas agrícolas. Pero en un momento llegaron a preguntarse: “¿Cómo no vamos a hacer nada en el sur, que es donde vivimos?”.
Hace dos o tres años, recuerda García-Huidobro, el tema de los lodos o residuos de las industrias recobró fuerza en ambos. Paralelamente conocieron a Reinaldo Lippi, dueño de la conocida marca de ropa, quien ayudó a diseñar un cobertor que captura el olor proveniente de los residuos. En el mercado dicha carpeta tiene un valor superior a 100 mil dólares, y Lippi lo pudo hacer por un precio menor. Fue la punta de lanza de lo que, a posteriori, sería la primera planta de compostaje a gran escala en el país.
“Hay algunos residuos que vienen de la industria salmonera de Aysén y Magallanes, pero el fuerte son Los Lagos y Los Ríos. Nuestros clientes son la acuicultura (plantas de procesos y piscicultura), plantas de harina y aceites de salmón, plantas lecheras, la industria cárnica, mataderos y hasta un cliente de berries”.
“Hablamos con otra persona que trabajó todo el tema del sistema de control de la planta. Esta funciona con aire, se aplica aire a medida que se van saturando en temperatura las pilas. Había que hacer un sistema de control inalámbrico que pudiera estar en las pilas, de manera que estas pudieran prender y apagar los motores. Con la ayuda de unos jóvenes de la Universidad Santa María, se consolidó la plataforma y se pensó este proyecto de los lodos como uno encapsulado a la planta desde el principio hasta el final, hasta obtener compost”, comenta García-Huidobro, socio y director ejecutivo de Zero Corp.
La empresa recolecta residuos orgánicos desde diferentes industrias que operan en el sur de Chile, en su mayoría desde las regiones de Los Lagos y Los Ríos. “Hay algunos residuos que vienen de la industria salmonera de Aysén y Magallanes, pero el fuerte son Los Lagos y Los Ríos. Nuestros clientes son la acuicultura (plantas de procesos y piscicultura), plantas de harina y aceites de salmón, plantas lecheras, la industria cárnica, mataderos y hasta un cliente de berries”, comenta García-Huidobro, quien destaca la contribución de este último cliente, ya que “los berries aportan un aroma muy distinto a lo que normalmente recibimos”, agrega entre risas.
El funcionamiento de la planta
En promedio, la planta es capaz de procesar la exorbitante cifra de 3.600 toneladas mensuales desde las citadas industrias. Pero antes de ingresar a la planta de compostaje, deben cumplir con un proceso previo: “Tenemos que verificar si los parámetros físicos y químicos de los residuos cumplen con la norma de compost. Tenemos un software por el cual pasamos todos los residuos de cada una de las empresas; nos hace una simulación de los parámetros finales y si, por ejemplo, uno viene excedido en cobre, no lo podemos recibir. Otro ejemplo: si viene con mucha sal, pero calza con los parámetros, lo metemos a la fórmula y sí lo podemos recibir”, subraya el director ejecutivo de Zero Corp.
“Tenemos que verificar si los parámetros físicos y químicos de los residuos cumplen con la norma de compost. Tenemos un software por el cual pasamos todos los residuos de cada una de las empresas; nos hace una simulación de los parámetros finales y si, por ejemplo, uno viene excedido en cobre, no lo podemos recibir”.
¿Pero cómo es el proceso hasta lograr el compost final que se vende a distintas comunidades aledañas al sector Crucero? La planta funciona con un sistema que se llama “aire en pilas estáticas”, un esquema que funciona desde los años 70 en el mundo; lo único que cambia es la fineza a la hora de emplearlo en otros contextos.
“Nuestro sistema funciona con bacterias aeróbicas, que son robustas. Hay que cuidar la temperatura, que no sobrepase los 70 u 80 grados. Y también cuidar los niveles de aire adentro de la pila, para que no se mueran las bacterias”, apunta García-Huidobro, quien narra otra parte del proceso que permite obtener un compost de alta calidad.
Cuando llega el lodo al proceso, aclara el emprendedor, se topa con un extractor gigante, que provocan que las bacterias se coman la molécula del olor. Se aplica, a través de diferentes recetas, biomasa que se obtiene de los predios forestales contiguos a la planta, y luego del paso de una especie de licuadora gigante, el resultado es un producto poroso, de otra consistencia respecto del que ingresó. Luego se cubre con las lonas que desarrolló Reinaldo Lippi.
Pero no es que el compost final que se reparte a los agricultores tenga una sola característica. “Habrá mezcla con más pescado, que será más rica en fósforo, y otras que son más cárnicas, que tienen menos fósforos”, clarifica García-Huidobro, quien anuncia que Zero Corp está construyendo una segunda planta que les permitirá escalar aun más el nivel de producción de compost. “Todos los días llegan residuos y los procesamos, hablamos de cinco camiones diarios, aproximadamente”, cierra.