Diversos estudios realizados en Chile y Latinoamérica han mostrado que las personas indican tener un alto conocimiento acerca de los conceptos relacionados a sustentabilidad y economía circular; sin embargo, ninguno de ellos ha medido la calidad de esa información. Este fue el desafío que asumió la Asociación de Consumidores Sustentables, Circular, a través de la encuesta “Rol del Consumidor para un Chile Circular”.

Este es el primer estudio de una serie de acciones que realizará Circular, con el objetivo de diagnosticar el conocimiento de la población chilena sobre los conceptos de consumo circular y de las regulaciones ambientales que le competen como consumidor, poniendo esta vez el foco en la Ley REP ((N°20.920) La encuesta, que tuvo a 583 participantes de forma online, buscó ser lo más amplia posible y asegurarse de que la población encuestada no necesariamente estuviera vinculada a una organización medioambiental. Para ello, realizó una alianza estratégica con la Corporación de Consumidores y Usuarios (Conadecus) quienes lograron incluir en el proceso de encuesta a su amplia red de participantes a lo largo de todo Chile, asegurando la transversalidad de los resultados.

Actualmente, el concepto de economía circular se ha vuelto cotidiano en los medios de comunicación y las redes sociales. Por esto, no es extraño que un 84% de la población encuestada dijera conocer el concepto en diferentes niveles de profundidad. Sin embargo, de ese porcentaje, solo el 48% logró responder correctamente cuando se les preguntó por la definición de economía circular.

“Esto marca un precedente para el trabajo que tenemos que realizar como país para lograr transitar hacia un Chile circular. Actualmente, las personas están teniendo una percepción errada acerca de un concepto central como es el de Economía Circular, pero, como creen estar en lo correcto, no buscan información adicional y eso es muy grave, pues dificulta el cambio cultural que el país necesita para avanzar hacia un sistema de consumo y producción sostenible”, comentó Carola Moya, presidenta de Circular.

Cuando faltan pocos meses para la implementación de la Ley REP, 76% de la población encuestada carece de la información necesaria para sumarse a su funcionamiento. Esto es más preocupante si consideramos que ante la pregunta “En los últimos 6 meses ¿Ha recibido información acerca de la Ley REP?”, un 67% dice no haber recibido ninguna información. Al profundizar en los resultados, se logra encontrar que entre quienes sí recibieron información, la mayoría (90%) tenía conocimientos previos asociados a sustentabilidad, lo que podría indicar que la conciencia de un cambio no se está ampliando a la población que no está sensibilizada en temas medioambientales.

La Ley REP establece para los productores la responsabilidad de hacerse cargo de la recolección y valorización de los residuos surgidos a partir de lo que colocan en el mercado, para lo cual se establecen seis productos prioritarios:  aceites lubricantes, aparatos eléctricos y electrónicos, baterías, pilas, envases y embalajes, neumático. En el caso de envases y embalajes, cuya implementación comienza en septiembre de 2023, se necesita un alto nivel de participación ciudadana para su efectiva puesta en marcha. La información que se tenga acerca de esta norma es muy relevante, pues el estudio mostró que a mayor nivel de conocimiento de la ley, mayor es la tasa de reciclaje: Quienes dicen tener un alto conocimiento reciclan un 17% más que quienes no la conocen.

Información y ecoetiquetado

De la población encuestada, llama la atención que un 72% se informe de consumo sustentable a través de las redes sociales. Esta cifra baja dramáticamente al compararla con las otras fuentes de información, siendo la siguiente el uso de un buscador de internet (35%), las personas cercanas (35%), y la información en los productos (31%).

En esta categoría existen diferencias por género, pues las mujeres tienen una preferencia por informarse a través de redes sociales un 22% más alta que los hombres, mientras que estos se informan un 6% más por medios tradicionales y, además, son quienes muestran menos interés en buscar información, con 9% de los casos.

En Chile, desde 2020 existe una ecoetiqueta que indica el nivel de reciclabilidad de los productos, donde la Asociación de Consumidores Sustentables, Circular, desarrolló un importante y ambicioso trabajo en el APL liderado por SOFOFA, el Ministerio de Medioambiente y la Agencia de Sustentabilidad y Cambio Climático. Por eso, para profundizar en el ecoetiquetado, en el sondeo se preguntó a las personas qué información necesitan en esta materia. Entre las respuestas, hubo tres de las alternativas propuestas que fueron claramente indicadas: “Si es reciclable el producto o solo una parte” (95%), “Si debe separar partes o componentes” (92%) e “Indicar de qué está fabricado” (89%).

En relación con la responsabilidad de la gestión de los residuos, 55% cree que las empresas son las que deben hacerse cargo de los residuos de sus productos, 29% considera que es un asunto que compete a los consumidores, y para el 16% es el Estado o las municipalidades quien debe asumir esa responsabilidad.

Con esta encuesta se levantan diversos desafíos para la población chilena, las organizaciones medioambientales, el gobierno y todas las instituciones que estén enfocadas en la sustentabilidad. En este sentido, Carola Moya, presidenta de Circular, concluye que “este estudio es una invitación a la ciudadanía a hacerse partícipe de los cambios que Chile necesita para avanzar hacia el consumo y producción sostenible. Pero, también es un llamado de atención para las instituciones públicas y privadas que trabajan en temas medioambientales, a profundizar la información que se está entregando a la población, a masificar sus conclusiones y a compartir las herramientas necesarias que permitan generar los cambios profundos que Chile necesita para convertirse en país circular hacia el año 2040”.