Andreé Henríquez: “En Chile tenemos que desacoplar la economía circular del discurso del reciclaje”
El director del Centro Tecnológico de Economía Circular (CircularTec) acaba de participar en el World Circular Economy Forum 2023, realizado en Finlandia, donde se firmó un convenio de colaboración para impulsar el apoyo entre países en desarrollo y de estos con los países desarrollados. Entre los temas abordados estuvo el desafío de contar con métricas confiables para medir la circularidad, comentó Henríquez a País Circular. En Chile, añade, se requiere además incorporar esa circularidad desde el diseño del modelo de negocios.
El Foro Mundial de Economía Circular (World Circular Economy Forum, WCEF) es un encuentro internacional que desde hace 8 años reúne a líderes empresariales, legisladores, académicos y expertos, entre otros, para presentar las principales soluciones de Economía Circular (EC), de tal manera de acercar a las empresas estas oportunidades que les permiten obtener ventajas competitivas y contribuir al desarrollo sostenible.
Este año, el encuentro se realizó en Helsinki, Finlandia, y entre sus objetivos estaba relevar de qué manera la EC ayuda a enfrentar las grandes crisis que atraviesa el mundo: consumo excesivo de recursos, contaminación y cambio climático, pérdida de biodiversidad.
Uno de los participantes del Foro fue Andreé Henríquez, director ejecutivo del Centro Tecnológico de Economía Circular, CircularTec, entidad con base en Iquique que busca impulsar en la macrozona norte el desarrollo de soluciones tecnológicas para acelerar la transición hacia la EC principalmente en tres sectores: minería del cobre, energía solar y litio.
El director ejecutivo de CircularTec señala que el WCEF es una instancia de gran valor para avanzar en la colaboración internacional, algo que considera indispensable para realmente dejar atrás la economía lineal que extrae recursos, produce, usa y desecha. En este sentido, Henríquez destaca la firma en Helsinki de un convenio de cooperación que permitirá “el intercambio de conocimiento y experiencias tecnológicas y formativas en materia legislativa y política pública”.
Henríquez, quien también forma parte del equipo del Centro de Innovación y Economía Circular (CIEC), cuenta en esta entrevista con País Circular sobre los temas abordados en el WCEF, así como los desafíos que enfrenta Chile para masificar la EC, que todavía es muy “boutique”.
-¿Cuál fue el principal objetivo de CircularTec al participar en el World Circular Economy Forum?
Lo primero tiene relación con posicionar a nuestra institución en el debate internacional referido a la economía circular, llevando la voz de los países en vías de desarrollo, o si queremos ser más específicos, la voz de Chile. Esto significó la participación en diversos debates que tenían que ver con el rol estratégico que los países en vías de desarrollo van a jugar para soportar la transición a nivel global, sobre todo a partir de ciertas industrias como son los metales y los minerales, además de ciertos recursos biológicos, que tienen nuestros países y que van a posibilitar que el resto de los países industrializados -o desarrollados- puedan avanzar hacia la economía circular.
Otro objetivo tiene que ver con fortalecer la cooperación sur-sur. Diferentes actores que estábamos ahí, así como instituciones representantes de Asia, África, América Latina, Oceanía, empezamos a modelar una cooperación horizontal, que se tradujo en la firma de un convenio de cooperación sur-sur y norte-sur sur-norte. Esto es muy interesante, porque es la primera instancia donde distintas organizaciones del mundo nos comprometemos a colaborar de manera conjunta, mediante el traspaso de conocimiento, de buenas prácticas, e impulsar diálogos con los gobiernos en un sentido de horizontalidad. Esto es relevante porque compartimos problemáticas similares, tanto entre los países del sur global como también con los países del norte -que muchas veces se entiende como los países desarrollados-, los cuales requieren necesariamente de los países del sur para seguir avanzando.
“La colaboración de forma horizontal es relevante porque compartimos problemáticas similares, tanto entre los países del sur global como también con los países del norte, los cuales requieren necesariamente de los países del sur para seguir avanzando”.
-¿Qué conclusiones sacan de esa participación?
En primer lugar, quedamos con una sensación muy positiva respecto de lo que se logró. Efectivamente, CircularTec participó activamente de los debates en torno a “Economía circular y minería y metales” y en varios eventos que se realizaron sobre estas temáticas. También creo importante destacar la participación que tuvimos en la firma del acuerdo de cooperación sur-sur.
Además, es bueno subrayar que fuimos una de las tres instituciones chilenas -CircularTec, CIEC y Sofofa HUB- que participaron del foro y, por lo tanto, sentimos la responsabilidad de llevar cierto liderazgo de CircularTec y posicionar nuestro nombre como país aún más; fortalecer este centro tecnológico a nivel global sin duda que nos deja muy satisfechos. Pero también genera otras obligaciones, hoy somos parte de este acuerdo, vamos a tener que realizar una serie de acciones a nivel global para impulsar la cooperación sur-sur, al igual que en el área de minerales y metales -que es estratégica en el país- donde vamos a estar apoyando ciertas iniciativas que se van a desarrollar también a nivel global.
-¿En qué consiste el convenio que firmaron?
Se trata de iniciar un trabajo de cooperación norte-sur, sur-norte, sur-sur, con todas estas componentes, con distintos actores que están impulsando la economía circular y su implementación. En el documento firmado, tanto CircularTec como CIEC, nos comprometimos a desarrollar una agenda 2023 y 2024 para colaborar con distintas instituciones que faciliten la transferencia de conocimiento, de experiencias tecnológicas, procesos formativos, apoyo a temas legislativos y también vinculados a política pública. En eso consiste el convenio y, obviamente, ahora eso tendrá una cartera de proyectos que vamos a tener que ir desarrollando.
-¿Cuáles fueron los principales temas que se abordaron en el Foro?
El foro fue bastante amplio y los distintos expertos internacionales básicamente identificaron las potencialidades y los obstáculos o barreras que enfrentan la economía circular en múltiples áreas, como finanzas, métricas, salud, habilidades futuras, agricultura regenerativa, textiles, energía, construcción, alimentos, plásticos, hidrógeno y minería, entre otros.
Creo que lo fundamental -más allá de todo el detalle de los distintos temas- es que transversalmente se dialoga sobre la economía circular como algo que ya no es tan nuevo, como lago que ya está en la opinión pública de todos los países y que llegó para quedarse. La gran conclusión es que el futuro, este futuro sostenible que queremos lograr, solo se va a alcanzar si incorporamos la economía circular en las distintas industrias y en los distintos sectores económicos.
Respecto a las barreras que siguen existiendo, es evidente que deben ser resueltas de manera colectiva, que muchas veces no solo requiere cooperación nacional, sino internacional. Y, finalmente, que en la base de todos estos procesos, la ciencia y la tecnología tienen y van a tener un rol fundamental.
“Hay un desafío que es más permanente para nuestro país: la necesidad de innovación de base tecnológica para fortalecer las industrias nacionales, tanto la transformación de las industrias que existen, como de las nuevas que se tengan que crear, que tienen que incorporar el gen circular en su interior”.
-¿Cuál es la agenda que se viene a nivel mundial en materia de Economía Circular?
Creo que la agenda va a estar marcada por un fuerte énfasis en métricas. Se requiere medir la economía circular en cualquiera de los ámbitos que uno esté dialogando. Hoy en día la necesidad de medir es fundamental. El problema que estamos teniendo -y eso se reconoce- es que hay muchas instituciones que están elaborando métricas, pero esas métricas no tienen una base muy científica o no tienen una base dura. Creo que instituciones como CircularTec y otras a nivel internacional van a ser responsables de mejorar los sistemas de métrica para dar cuenta realmente de si lo que estamos midiendo es circularidad o estamos midiendo otras cosas. Creo que ahí vamos a tener un buen desafío en la agenda de corto y mediano plazo.
Otro tema de la agenda es lo relativo al compromiso con el financiamiento. Para que la economía circular avance se requiere que tanto el sector privado como el sector público pongan fondos a disposición para poder transitar hacia ella.
Y lo tercero que va a venir muy fuerte en la agenda es el rol de los países en vías de desarrollo en este proceso. La economía circular no va a ser lograda a nivel internacional si solo nos enfocamos en los países desarrollados, porque paradójicamente el resto de los países son los que producen gran parte de los bienes que se consumen en los países desarrollados. Entonces, creo que va a haber todo un proceso de valoración del rol de los países en vías de desarrollo en lo que significa la EC.
-En ese marco, ¿cuáles son los desafíos para Chile?
Chile comparte desafíos comunes con el resto de los países en vías de desarrollo. Primero, que la economía circular en nuestros países todavía sigue siendo muy boutique, en el sentido de que somos un grupo de instituciones o gente más especializada que estamos logrando un muy buen nivel de conocimiento en materia de economía circular. Esto sigue siendo todavía un grupo muy reducido respecto de las personas que deberían comenzar a implementar estos temas y que realmente tienen poder de decisión en los países; sea a nivel de empresas, de gobierno, de academia o de la sociedad civil. Creo que todavía el desconocimiento de la economía circular es algo relevante, y aunque en Chile estamos un poco más avanzados que el resto de los países latinoamericanos, de todas maneras tenemos este desafío. Además, porque nuestro país tiene distintas actividades productivas, distintas geografías, donde se tiene que conocer con mayor profundidad la economía circular y sobre todo desacoplarla del discurso del reciclaje. En nuestro país la EC está demasiado concentrada en reciclar y debe ser algo distinto.
Por otra parte, Chile tiene que avanzar en impulsar la economía circular desde una base tecnológica. Aquí hay un desafío que es más permanente para nuestro país: la necesidad de innovación de base tecnológica para fortalecer las industrias nacionales, tanto la transformación de las industrias que existen, como de las nuevas que se tengan que crear, que tienen que incorporar el gen circular en su interior. Eso es un desafío enorme para nuestro país y esperamos que los distintos actores estén de acuerdo en que se necesita más y mejor industria, y que esa industria debe tener la componente de circularidad en todo su diseño y modelo de negocios.
Y un tercer desafío para Chile tiene que ver con cómo la economía circular dialoga en el discurso que se ha venido instalando a nivel nacional de la importancia de un desarrollo sustentable. Creo que hay que comprender que la EC es una vía que apoya el desarrollo sustentable y que es necesaria. Si se sostiene la sustentabilidad solamente en una agenda climática, y una agenda ecológica, no se va a avanzar, porque se tiene que incorporar a su vez la transformación de las empresas. Y esos sectores productivos van a poder avanzar cuando implementen la EC. Ahí la temática de consumo va a ser la otra parte importante, en el sentido de la conciencia que deben tener las personas en cuanto a lo que consumen, por qué lo consumen, cómo lo consumen y cómo se hacen cargo de esas decisiones.