Por la División El Teniente de Codelco, la mina subterránea más grande del mundo, circulan seis buses de la startup chilena Reborn Electric Motors, que se ocupan del traslado de los trabajadores dentro del yacimiento a las labores de extracción de los minerales. No se trata, sin embargo, de cualquier tipo de vehículo: operan como vehículos 100 por ciento eléctricos.
Fundada en 2016 por Felipe Cevallos (gerente general) y Ricardo Repenning (gerente de tecnología), Reborn Electric Motors, en rigor, “refabrica” vehículos existentes, cambiando toda la estructura interna por un sistema que les permite funcionar como eléctricos.
“No solo se realiza un cambio en el sistema de tracción, sino también una actualización y mejoramiento de carrocería y chasis, obteniendo un vehículo equivalente a uno nuevo en términos de prestaciones, seguridad, comodidad y garantías”, explica Felipe Cevallos.
Yendo más al detalle, agrega el gerente general de la firma, “el cambio en el sistema de tracción consiste en remover todas las componentes relacionadas al motor de combustión, caja de cambio, filtros, aceite, etcétera, que se reemplazan por un motor eléctrico de alto torque, baterías de ion litio, junto con la electrificación de todos los auxiliares del bus, permitiendo así operar como un vehículo 100 por ciento eléctrico”.
Cada uno de los seis buses operativos en El Teniente -hay otro más convertido, pero aún no circula por el yacimiento- lo hace con el protocolo de carga europeo CCS, por lo que se pueden recargar en cualquier aparato que cumpla con este estándar. En el caso específico de la mina, “tenemos una electrolinera con dos cargadores que realiza el proceso de carga diario de nuestros buses en las faenas”, complementa Cevallos, quien proyecta añadir 25 buses más a la flota a fines de este 2021.
Además, han logrado una importante reducción de gases de efecto invernadero al apostar por la electromovilidad al interior de El Teniente. “Considerando los datos de desempeño de nuestros buses a la fecha, vemos que la operación de estos 6 taxibuses significan un ahorro del orden de 120.000 kg CO2 por año sólo en cuanto a la operación misma. A esto habría que sumarle el ahorro de emisiones al reutilizar la estructura de buses existentes”, dice el cofundador de Reborn Electric Motors.
No solo generan un impacto positivo ambiental, sino también económico. Al refabricar y reconvertir un vehículo a eléctrico, se consigue un ahorro de hasta un 50 por ciento con respecto al valor de importar un bus eléctrico desde el extranjero: “Se vuelve a utilizar tanto la base del chasis como la carrocería, lo que permite disminuir el costo de material y así lograr una solución más competitiva para incorporar la electromovilidad”, precisa Felipe Cevallos.