Las Salinas: el proyecto definido como “prioritario” por el Gobierno que divide a la comunidad de Viña del Mar
Opiniones contrapuestas genera el proyecto Saneamiento Las Salinas, liderado por Ia inmobiliaria homónima, filial de Empresas COPEC, que será discutido por el Comité de Ministros de Sebastián Piñera antes del término de su periodo presidencial, lo que generó profundo rechazo en la comunidad que pretende convertir el sitio en un parque. Mientras la empresa aduce que el proceso de biorremediación comprometido tiene base científica para descontaminar el predio, sus detractores dicen que éste atacará solo las tierras menos dañadas y temen por el impacto a la salud de las personas.
Por años instalado como tema obligatorio en la comunidad de Viña del Mar, el proyecto Saneamiento del Terreno Las Salinas, liderado por lnmobiliaria Las Salinas, filial de Empresas COPEC del Grupo Angelini, se volvió a instalar con fuerza en el debate público en los últimos días. El pasado 4 de febrero, el gobierno del Presidente Sebastián Piñera incluyó esta iniciativa dentro de los proyectos de inversión prioritarios para ser votados por el Comité de Ministros por la Sustentabilidad antes del 11 de marzo, cuando concluya su período presidencial y sea sucedido por el Mandatario electo Gabriel Boric.
Este anuncio del Ejecutivo fue recibido de distinta manera, según las partes involucradas en esta iniciativa. Mientras en la Inmobiliaria Las Salinas dijeron a El Mercurio de Valparaíso que la votación de este proyecto es “una buena noticia para la región”, sus detractores agrupados en el Movimiento Un Parque para Las Salinas deploraron la resolución del Gobierno.
“La resolución no nos sorprende mucho. Si uno estudia el proceso de las reclamaciones y de las apelaciones al proyecto, uno se da cuenta de que la mano de Piñera está ahí. El delegado presidencial Jorge Martínez y los seremis votaron a favor del proyecto de forma unánima. Fue el CORE el que se encargó de reunir las observaciones de la ciudadanía no consideradas por Martínez. El proyecto ha sido aprobado a puro lobby feroz con el gobierno de Piñera. Hay 28 reclamaciones pendientes y un recurso de nulidad, además de 560 observaciones hechas por la comunidad científica. La idea es adelantar todo porque saben que en un Comité de Ministros de Boric esto se rechazaría”, fustiga Gonzalo Pavez, vocero de Un Parque para Las Salinas.
Del mismo tenor fueron las declaraciones de la alcaldesa de Viña del Mar, Macarena Ripamonti, quien acusó presiones indebidas del Ejecutivo: “Con molestia me permito comentar que este gobierno está obrando nuevamente con excesiva desvergüenza”, comentó la autoridad comunal, sobre el anuncio de votar el proyecto en el Comité de Ministros, sin esperar los resultados de la justicia acerca las múltiples reclamaciones y observaciones ciudadanas.
La iniciativa en cuestión se divide en dos procesos: el primero contempla un plan ambiental de biorremediación que busca descontaminar los remanentes tóxicos en este recinto de unos 160 mil metros cuadrados, frente a la playa Las Salinas de Viña del Mar, y ocupado históricamente por varias empresas -incluida COPEC- para almacenar combustible y fabricar lubricantes y químicos agrícolas, lo que afectó indefectiblemente los terrenos. Posterior a ello, la empresa controlada por la familia Angelini crearía un proyecto urbano inmobiliario que, según ellos, destinará un 40 por ciento de ese terreno a espacios para uso de toda la comunidad viñamarina.
En resumidas cuentas, detalla la empresa, el plan de biorremediación dará continuidad a un proceso de regeneración natural que se suscita durante décadas en el terreno, y que consiste en estimular (y acelerar) el crecimiento de bacterias que usan los contaminantes como fuente de alimento y energía, por ejemplo, el petróleo y derivados, solventes y plaguicidas. Este plan de biorremediación, surgido de un Comité de Expertos en Saneamiento integrado por científicos de universidades de la Región de Valparaíso, obtuvo una Resolución de Calificación Ambiental (RCA) favorable en 2021.
“El proceso de biorremediación es, dentro de las alternativas técnicas estudiadas, la adecuada para los problemas de contaminación que tiene el subsuelo del terreno de Las Salinas, de una manera controlada y mejor monitoreada para evitar los riesgos”.
Sin embargo, desde el Movimiento Un Parque para Las Salinas -que, como su nombre lo indica, busca recuperar ese paño urbano a través del diseño de un parque para la ciudad- rechazan el plan de biorremedación, por cuanto éste, indican en la plataforma web de la organización ciudadana, “solo se aplicará a las tierras con bajo nivel de contaminación” y “no es capaz de eliminar las tierras altamente contaminadas (Residuos Peligrosos, RESPEL), las que serán trasladadas en camiones, probablemente a Pudahuel”.
“Este anuncio del gobierno de Piñera demuestra la desesperación de las empresas, porque expusieron sus intereses. Se tratan de cubrir con el apoyo de las universidades diciendo que es un proyecto sustentable, y lo que hay detrás es un proyecto inmobiliario con una biorremediación que puede causar graves daños a la salud de las personas que rodean el paño”, complementa Gonzalo Pavez.
Desde la Inmobiliaria Las Salinas, en cambio, descartan de plano lo señalado por el representante de la agrupación ciudadana. “El proceso de biorremediación es, dentro de las alternativas técnicas estudiadas, la adecuada para los problemas de contaminación que tiene el subsuelo del terreno de Las Salinas, de una manera controlada y mejor monitoreada para evitar los riesgos”, explica Luis Álvarez, geógrafo y académico de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV), e integrante del Comité de Expertos en Saneamiento (CES) para Las Salinas.
Respecto de los residuos peligrosos que serán trasladados a Santiago, Álvarez señala que es una cifra “marginal” y que su disposición final será en un sitio certificado y autorizado para este tipo de desechos. No obstante, el Movimiento Un Parque para Las Salinas, citando el Informe Consolidado de Evaluación Ambiental (ICE), afirma que el volumen no es “marginal”, ya que serán 6.395 metros cúbicos de residuos peligrosos extraídos del subsuelo, lo que equivale a 500 camiones, lo que además contravendría la biorremediación “in situ” que propone la empresa, según Gonzalo Pavez.
“Se va a generar material particulado en la zona más densamente poblada de Chile en el plan de Viña del Mar. No es un proceso ‘in situ’ sino ‘ex situ’, porque remueve tierra y se lleva a otros lados. Eso no se hace en ninguna parte del mundo, no es biorremediación, sino una remediación con pilas biológicas o biopilas”, agrega el vocero. La misma organización, amparado en algunos estudios de la Universidad de Playa Ancha (UPLA), sostuvo que la remoción de tierra podría generar importantes perjuicios a la comunidad, ya que las bacterias utilizadas -arguyen- son resistentes a antibióticos y pueden ser traspasadas a la piel de los humanos.
En tanto, desde Inmobiliaria Las Salinas defienden que el proceso es “on site” y que la técnica ha sido probada en distintas partes del mundo. Según se señala en la web del proyecto, los suelos limpios (95%) serán reservados en pequeños montículos; los suelos contaminados (4%) serán tratados con biorremediación a través de biopilas; y finalmente los residuos peligrosos (que solo representan el 1%, dicen en la empresa), “compuesto por metales pesados y concentración de benceno, será enviado a un centro de disposición autorizado”, explican en la web.
“Este anuncio del gobierno de Piñera demuestra la desesperación de las empresas, porque expusieron sus intereses. Se tratan de cubrir con el apoyo de las universidades diciendo que es un proyecto sustentable, y lo que hay detrás es un proyecto inmobiliario con una biorremediación que puede causar graves daños a la salud de las personas que rodean el paño”.
¿Fitorremediación?
Desde el Movimiento Un Parque por Las Salinas defienden la idea de que la empresa COPEC debiese compensar a la comunidad a través de un parque urbano. Para ello, en lugar únicamente de la biorremediación propuesta por la empresa del Grupo Angelini, apuestan por un plan de fitorremediación, combinado con otras técnicas. La fitorremediación es un proceso que descontamina los suelos y depura las aguas residuales usando vegetales, ya sean plantas vasculares, hongos y otras. “Queremos que se haga una remediación in situ sin ningún movimiento de tierra, que involucre varios procesos de remediación: bacteriológica, micorremediación y diferentes procesos bióticos y abióticos”, asegura Gonzalo Pavez.
Sin embargo, el integrante del CES del proyecto, Luis Álvarez, asegura que la condición de los suelos no permite construir un parque tal como lo imagina la coordinadora ciudadana, por lo que descarta la fitorremediación como sistema a aplicar: “Ellos reclaman un parque urbano vecinal, pero le están cargando la mano a un sitio que no reúne las condiciones para un parque convencional; lo que más tendríamos es un bosque de palmeras. El imaginario es árboles y pasto, hay que olvidarse de eso. Sí se puede hacer un parque más resiliente, contemplado en el proyecto, de estructuras más rasas y arbustivas, con un piso vegetacional para este tipo de sustrato”.
Álvarez añade que “se habla con mucha ligereza de la fitorremediación, pero eso opera para contaminantes superficiales, como derrame de petróleo en la carretera. En este caso el suelo es como una esponja y gravitacionalmente se desplaza. Los contaminantes permanecen en el ambiente, por lo que la posibilidad de una fitorremediación no corresponde. Ya fue estudiada y no corresponde”.
A la espera de lo que resuelva el Comité de Ministros antes del término del período presidencial de Sebastián Piñera, los integrantes del Movimiento Un Parque para Las Salinas se reconocen alerta, pero no resignados. Ya sea a través de las movilizaciones o a través del refuerzo de las gestiones con la alcaldesa Ripamonti y el gobernador Rodrigo Mundaca, o vía acciones ante Contraloría, Gonzalo Pavez dice que COPEC debe reponer el daño causado por años en la población. “Lo que queremos es que el Estado expropie el terreno de Las Salinas al valor del terreno contaminado, que corresponde a 21 millones de dólares, y que el mismo Estado le cobre por daño ambiental a la inmobiliaria”, cierra Pavez. Álvarez, por último, no entiende por qué este proceso genera tanto rechazo, en virtud que la anterior etapa era más invasiva y no provocó este sentimiento. “Esto es mucho más controlado y regulado que otros procesos anteriores”, asegura el representante de Inmobiliaria Las Salinas.