Estudio advierte riesgo de cáncer en niños por contaminación en Quintero y afirma que concentración de arsénico es “inacaptable”
Una investigación desarrollada por ocho científicos de Chile, Rusia y Estados Unidos detectó que un 27% de la superficie de la zona tiene valores de arsénico por sobre la norma de la agencia ambiental de Estados Unidos (EPA), en valores que además de calificar de “inaceptables” requieren de “una intervención específica del gobierno chileno”, afirman. Los habitantes de la zona pide una ley especial para Quintero y Puchuncaví, que fije normas de calidad ambiental bajo criterios OMS y el cierre de la fundición y las termoeléctricas para iniciar la recuperación de sus comunas. “La situación en la zona no aguanta para más”, señalan.
En octubre de 2018, un estudio realizado por el Colegio Médico tras las masivas intoxicaciones que ese mes afectaron a más de 1.700 habitantes de Quintero y Puchuncaví, alertó que los gases detectados en dicha crisis podían causar daños genéticos y cáncer. Ayer, se conoció un nuevo estudio realizado por ocho científicos de Chile, Rusia y Estados Unidos que advierte nuevamente que las concentraciones de metales pesados presentes en el suelo aledaño al Complejo Industrial Ventanas suponen un riesgo de cáncer para los niños de la zona.
El estudio, denominado “Determinación avanzada del gradiente espacial del riesgo para la salud humana y el riesgo ecológico de la exposición a Arsénico (As), Cobre (Cu), Plomo (Pb) y Zinc (Zn) en suelos cercanos al Complejo Industrial Ventanas”, es enfático en sus conclusiones: “el riesgo carcinogénico debido a la exposición al As fue superior al valor umbral de 10-04 en la población de niños pequeños (1 a 5 años) en el 27% del área de estudio. Estos valores de riesgo se clasifican como inaceptables, lo que requiere una intervención específica del gobierno chileno”.
El equipo investigador analizó un total de 245 muestras de tierra vegetal -abarcando un área de 448 km2- para estimar las concentraciones de metales pesados en los suelos de Puchuncaví y Quintero, evaluar el potencial riesgo para la salud humana y analizar el riesgo ecológico de la exposición a estos, en lo que califican como “el primer estudio sistemático en el valle de Puchuncaví sobre estos asuntos”.
Según plantea el equipo científico, en las últimas décadas la contaminación de suelos por oligoelementos se ha convertido en una seria amenaza para la salud humana y el medio ambiente, y áreas como Puchuncaví y Quintero son de particular preocupación, “ya que durante casi tres décadas, desde 1964 hasta 1992, recibieron depósitos atmosféricos del Complejo Industrial Ventanas”.
Si bien las regulaciones ambientales chilenas establecidas después de 1992, y la reducción de las emisiones atmosféricas de SO2 y partículas ricas en oligoelementos se redujeron mediante la incorporación de tecnología para cumplir con los nuevas normas de emisión, los efectos de estas deposiciones históricas permanecen latentes en los suelos de ambas comunas a pesar de las regulaciones ambientales actuales.
“Actualmente, la tierra que rodea el Complejo Industrial Ventanas se caracteriza por una vegetación escasa y suelos ácidos severamente erosionados que contienen niveles elevados de oligoelementos. Dicha contaminación del suelo puede representar un peligro oculto para la salud humana”, afirman.
Si bien la concentración de plomo está por debajo del umbral establecido por la EPA (agencia ambiental de Estados Unidos) de 400 mg/kilo para las áreas de juego infantil, el estudio advierte que “aún puede causar intoxicación por plomo en los niños (…) De hecho, el suelo es un reservorio de plomo que puede llegar a los niños por ingestión e inhalación”
Principales resultados
Tras el análisis de la muestras de tierra vegetal, los investigadores determinaron que las concentraciones de fondo de cobre alcanzaron los 100 milígramos por kilo, las de Arsénico de 16 mg/kilo, de Plomo 35 mg/kilo y las de Zinc de 122 mg/kilo. Las concentraciones de Cu, As y Pb se correlacionaron positivamente entre sí, “lo que sugiere que su fuente es la fundición de cobre Ventanas”.
En ese escenario, la investigación determinó que el 6% del área de estudio exhibió concentraciones de Zinc por encima del nivel de fondo, mientras que el 77% presentó valores superiores al nivel base de Cobre, un 32% al de Arsénico, y un 35% al nivel de fondo de Plomo, determinando además que el 27% del área de estudio presenta una exposición al arsénico que supone un riesgo cancerígeno por sus altas concentraciones, que superan el valor umbral 10-04 establecido para la población de niños de entre 1 y 5 años.
Y si bien la concentración de plomo está por debajo del umbral establecido por la EPA (agencia ambiental de Estados Unidos) de 400 mg/kilo para las áreas de juego infantil, advierten que “aún puede causar intoxicación por plomo en los niños”. Esto porque, de acuerdo a estudios previos, para evitar la exposición al plomo en los niños, la mediana del plomo en el suelo debe estar por debajo de 80 mg/kg.
“En los suelos estudiados -agregan los expertos- 19 muestras alcanzaron una concentración superior a 80 mg/kg. De hecho, el suelo es un reservorio de plomo que puede llegar a los niños por ingestión e inhalación”.
En cuanto al riesgo ecológico y la fitotoxicidad, y en base a concentraciones estimadas de “cobre intercambiable”, se indica que un 10% del área de estudio exhibe un riesgo de fitotoxicidad alto, mientras que un 15% de ubica en un riesgo medio.
Piden intervención del gobierno en la zona
“La situación en la zona no aguanta para más, es inaceptable, como lo dice el mismo estudio. Que no haya sensibilidad de parte de ninguna autoridad, cuando estamos hablando de niños de 1 a 5 años. Ya sabemos que uno de cada cuatro está naciendo con distintos tipos de problemas neurológicos, malformaciones, autismo; en los colegios hay niños con CI bajo y dificultades de aprendizaje, pero que hablemos de cáncer es aún más grave”, dice Katta Alonso, vocera de la agrupación “Mujeres en Zona de Sacrificio” de Quintero-Puchuncaví.
“Nosotros venimos diciendo hace mucho tiempo lo que está pasando aquí, lo hemos denunciado a organismos internacionales, y este estudio viene a ratificarlo”, agrega.
Hoy, dice, los habitantes de la zona tienen la certeza de que los adultos tienen una alta probabilidad de enfermar de cáncer “porque la contaminación es silenciosa y aparece después de 10 o 20 años de acumulación en el organismo”, pero el hecho de que estén en riesgo los niños es porque la contaminación es demasiado alta.
“Este parque industrial no es compatible con la vida humana, y hay que buscar soluciones radicales: o se trasladan las empresas a otro lugar, o se realiza un reasentamiento humano como es debido, voluntario e indemnizando por los terrenos con la plusvalía que tenían antes que llegaran las empresas (…) No una erradicación en que nos pongan en cualquier lugar, sino que se haga con justicia”.
“Es gravísima la situación, y por eso estamos pidiendo una ley especial para nosotros y que el gobierno intervenga la zona en forma inmediata, a parte de cerrar la fundición y las termoeléctricas”, agrega Katta Alonso.
En concreto, como primeras medidas la agrupación pide que se establezcan normas de emisión para Quintero-Puchuncaví que cumplan con los estándares de la Organización Mundial de Salud (OMS), conocer exactamente qué emite cada una de las empresas presentes en el parque industrial, y el cierre inmediato de la fundición y las termoeléctricas para iniciar la recuperación de la zona.
A esto se suma una eventual presentación de una demanda ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos. “Acá se están violendo todos nuestros derechos. No podemos seguir viviendo en estas condiciones”, afirma Katta Alonso.
“Este parque industrial no es compatible con la vida humana, y hay que buscar soluciones radicales: o se trasladan las empresas a otro lugar, o se realiza un reasentamiento humano como es debido, voluntario e indemnizando por los terrenos con la plusvalía que tenían antes que llegaran las empresas, y a un lugar que tenga las mismas características que tenía esta zona. No una erradicación en que nos pongan en cualquier lugar, sino que se haga con justicia”.
Por su parte la seremi del Medio Ambiente de Valparaíso, Victoria Gazmuri, afirmó respecto del estudio dado a conocer ayer que “toda información generada por las universidades son insumos permanentes para complementar el trabajo que realizamos. En ese sentido para nosotros como Ministerio no es indiferente la degradación y erosión que han sufrido los suelos producto de la actividad industrial del sector”.
Junto con ello, afirmó que como ministerio se encuentran trabajando en múltiples líneas de acción en la zona, entre ellas la recuperación de los suelos degradados producto de la deposición de las emisiones contaminantes a través de técnicas de revegetación y control de erosión. Ya se realizó un proyecto piloto en La Greda Alto, y este año se iniciará una segunda etapa en la comuna de Puchuncaví.
“Nos encontramos trabajando en diversas medidas para el territorio, como lo ha sido la implementación del plan de descontaminación atmosférica, la nueva norma de SO2, la modernización de las estaciones de monitoreo de calidad del aire, estudios en la bahía de Quintero para la elaboración de una futura norma secundaria de calidad del agua y próximamente la implementación de un centro de toma de muestras en la comuna de Puchuncaví”, agregó.