Concurso abre opciones a las pymes para diseñar soluciones digitales en economía circular enfocadas en ciudades
Hasta el 30 de abril las empresas de tecnologías de información y comunicación (TIC) pueden postular a la convocatoria Nuevas Economías Metropolitanas y optar a ser una de las ganadoras de 20 millones de pesos. La iniciativa, liderada por el Centro de Innovación en Ciudades (CID) de la U. del Desarrollo (UDD), busca además acompañar el proceso de crecimiento del proyecto a través de encuentros entre pymes y asesorías de especialistas para el diseño de TIC’s con horizonte en economías circulares o colaborativas.
Liderado por el Centro de Innovación en Ciudades (CIC) de la Universidad del Desarrollo (UDD) y financiado a través del Fondo de Innovación para la Competitividad del Gobierno Regional Metropolitano), el proyecto Nuevas Economías Metropolitanas busca fomentar la capacidad de innovación de las pymes de tecnologías de información y comunicación (TIC) para crear nuevas soluciones digitales que contribuyan al desarrollo de economías circulares o colaborativas en las ciudades, en particular en este caso, en la Región Metropolitana.
Más específicamente, esta convocatoria busca otorgar una oportunidad para desarrollar I+D+i a las pymes TIC que por sí mismas tienen pocas chances de hacerlo. Lo hará a través de la transferencia de conocimientos desde la academia a las pymes TIC regionales para apoyar la creación de herramientas digitales locales pensadas para resolver brechas o carencias en las grandes urbes.
“Hay una necesidad muy grande de avanzar hacia una ciudad más sustentable, cuyo propósito ha quedado en el segundo plano en relación con la contingencia sanitaria. Pero una vez que salgamos de la pandemia, nos vamos a dar cuenta de que la circularidad, la sustentabilidad y la reducción de carbono son una tarea urgente si queremos subsistir como especie”, cuenta Francisca Astaburuaga, directora ejecutiva del CIC.
La convocatoria, cuyo plazo para postular vence este 30 de abril, consta de varias etapas hasta llegar a la premiación final, la cual en consecuencia es solo una parte del proceso. De todas maneras, cuatro de las empresas concursantes llegarán a la instancia definitiva y podrán adjudicarse 20 millones de pesos cada una para desarrollar o perfeccionar su emprendimiento tecnológico.
Sin embargo, el proceso general involucra una etapa de desarrollo de ideas como máximo de 60 participantes que postulan. Según dicen las bases del proyecto, en esta fase preliminar, uno de los integrantes de la pyme preseleccionada participará en una capacitación de seis semanas con apoyo de País Digital y la Universidad de Liverpool. Luego de eso, cada idea deberá hacer un pitch sobre su solución digital. Luego de eso, un comité técnico elegirá a 12 pymes preseleccionadas.
Esta docena de emprendimientos participarán en una capacitación de seis sesiones que impartirán docentes de diseño en interacción digital de la UDD. Tras finalizar esta fase, cada empresa expondrá un video y un informe. En la página web del concurso, www.economiasmetropolitanas.cl, el público podrá votar para determinar las cuatro empresas ganadoras. De las ocho empresas que no ganen, se elegirán dos menciones.
“Creemos que la solución digital para las ciudades no puede provenir solo de dos o tres grandes empresas. Tiene que haber un conocimiento distribuido para que llegue a mucha gente”.
“Creemos que la solución digital para las ciudades no puede provenir solo de dos o tres grandes empresas. Tiene que haber un conocimiento distribuido para que llegue a mucha gente. Hay mucho campo para explorar en economía circular: la producción de objetos, recuperación de material, la implementación de la Ley REP, la oportunidad de mejoras en compras públicas. Y en eso las plataformas de las tecnologías juegan un papel fundamental”, agrega Astaburuaga.
Según la directora ejecutiva del CIC, a través de esta herramienta y de otras “las pymes pueden acceder a espacios de creatividad y desarrollo de ideas para ponerlas al servicio de la ciudad”. En ese sentido, Astaburuaga valora la oportunidad de interacción con otras pymes y especialistas, más allá de obtener o no el premio: “Habrá un proceso de aprendizaje y trabajo de conocimientos”.
Por otra parte, Astaburuaga dice que la tecnología puede ayudar a resolver de manera mucho más expedita los desafíos que entraña la transición a la economía circular, por cuanto “permite llegar a muchas personas y manejar datos de forma más eficiente; por ejemplo, tecnología para reconocer materiales. Si diseñamos un aparato que distinga los plásticos PET 1, PET 2, eso puede llevar a que el proceso de reciclaje sea más rápido y eficiente”.
Es importante consignar que después de conocer las cuatro propuestas ganadoras, éstas desarrollarán sus prototipos para convertirlos en productos y ser utilizados. Habrá nuevas capacitaciones enfocadas en escalamiento y salida al marcado. “Las pymes tendrán hasta enero de 2022 para culminar sus propuestas, que serán presentadas en un seminario de cierre. Finalmente, el producto funcional desarrollado por los ganadores, será puesto a disposición de la ciudadanía para que sea utilizado. Los ganadores serán propietarios de sus productos, y los pueden rentabilizar ofreciéndolos a organismos públicos o privados nacionales y/o nacionales”, se lee en las bases de la convocatoria.
Sobre las propuestas que han recibido, Astaburuaga dice que están por alcanzar las 50, pero aún las inscripciones están abiertas para que lleguen alternativas más variadas. “Han llegado de distintas escalas, de materiales bien específicos, otras de plataformas de comunicaciones, otras que se pueden utilizar para más de una cosa”, reseña la directora ejecutiva del CIC.
Sobre la distinción entre economía circular y economías colaborativas, Astaburuaga especifica que la segunda implica “juntar personas, capacidades, servicios, y distribuirlos y ofrecerlos de forma más ubicable y centralizada. Hay posibilidades de que haya una sinergia positiva con la economía circular. Ésta se preocupa de no pensar los procesos de una manera lineal, sino que parte de la base de que un insumo puede ser la materia prima para otro producto, Uber es una empresa colaborativa, pero no hay una circularidad asociada, sí un potencial”.