Seminario relevó rol clave de la biodiversidad y del enfoque de género en la lucha contra el cambio climático
El conversatorio “Latinoamérica ante el cambio climático: biodiversidad, conocimiento y género”, realizado esta mañana en el ex Congreso Nacional, abordó la importancia de la preservación de la biodiversidad y de la perspectiva de género como acción climática. Entre los principales invitados destacó el académico mexicano de origen argentino, Exequiel Ezcurra, quien dictó una charla sobre cómo la conservación de los manglares en las costas mexicanas ha redundado en beneficios económicos para el país.
El Salón de Honor del ex Congreso Nacional acogió esta mañana el seminario “Latinoamérica ante el cambio climático: biodiversidad, conocimiento y género”, organizado por la corporación Capital Biodiversidad, Fundación Horizonte Ciudadano, CEPAL y Global Center on Adaptation.
El conversatorio contó con expertos/as nacionales e internacionales, y abordó la importancia de la preservación de los ecosistemas nativos como instrumento de acción climática, así como también el rol clave que implica afrontar el problema con una perspectiva de género.
Abrió la jornada la presidenta de Capital Biodiversidad, Alejandra Figueroa, quien dio la bienvenida a los/as invitados/as y celebró la iniciativa como antesala de la realización de la COP25 en Chile. A continuación, la ex ministra del Medio Ambiente y actual integrante del directorio de Horizonte Ciudadano, Ana Lya Uriarte, resaltó el “minuto clave” que vive la humanidad para revertir la tendencia global en materia climática.
Como representante de Horizonte Ciudadano, Uriarte propuso que abordar la crisis climática con el enfoque de género es trascendental, por cuanto “las mujeres son las que más deben soportar los impactos negativos del cambio climático”. Esto, según la ex ministra del MMA en el gobierno de Michelle Bachelet, se produce porque “ellas tienen que llevar a cabo tareas más pesadas y cotidianas”, producto de la segregación social a la que están expuestas. Por lo tanto, valoró el seminario como un “espacio con vocación de incidencia pública”.
En tanto, la directora de la División de Recursos Naturales de la CEPAL, Jeanette Sánchez, llamó a la sociedad civil a hacerse parte de la discusión que habrá en diciembre próximo en el marco de la COP 25. Asimismo, planteó que es importante tener “una voz latina en la discusión” que se dará en la próxima cumbre climática en Chile.
“Las propuestas de producción de conocimiento deberían darse desde abajo hacia arriba. No solo que sea cerrado a científicos y a los tomadores de decisiones, sino que abierta a las comunidades”, argumentó la representante de la CEPAL.
Sánchez agregó que para combatir el cambio climático es crucial considerar las “soluciones basadas en la naturaleza”, ya que muchas veces “estas son tan obvias que nadie las toma en cuenta”.
Cerró la ronda inaugural el embajador de Francia en Chile, Roland Dubertrand, quien detalló los avances que ha manifestado su país en igualdad de género y entregó datos sobre la vulnerabilidad que representa la crisis climática para las mujeres.
“El 70 por ciento de las personas pobres en el mundo son mujeres y niños. Y ante un desastre natural, este mismo grupo tiene 14 veces más posibilidades de morir”, ejemplificó Dubertrand.
Ezcurra: “Una hectárea de manglar protegido vale 670 mil dólares”
Uno de los ilustres invitados a la jornada fue el académico mexicano de origen argentino, Exequiel Ezcurra, quien en su charla “Biodiversidad: un pilar ineludible para la acción climática” se refirió principalmente a la importancia que cobra la preservación de ecosistemas nativos como los manglares en la costa mexicana.
En su introducción, Ezcurra -consejero de WWF México y profesor del Departamento de Botánica de la Universidad de California- habló cómo el ascenso del nivel del mar ha provocado un retroceso en las playas de Cancún, donde también se ha construido una profusa infraestructura hotelera. Criticó al gobierno mexicano por recuperar esa arena perdida desde el fondo marino, lo que ha producido “costos enormes para el erario público”, además de “destruir todos los arrecifes coralinos”.
Ezcurra mostró a través de una diapositiva cómo los manglares que protegían la costa del turístico balneario de la península de Yucatán han ido desapareciendo en aras de otro tipo de intereses. Sin ir más lejos, comentó el académico, el 2001 la agencia federal de turismo de México obsequió la zona de manglares a una empresa española para hacer campos de golf. “El mensaje fue: los manglares son una porquería. Regaló 300 hectáreas de manglares con la condición de que la destruyeran”, agregó Ezcurra.
“En vez de pensar que estos tipos eran unos ineptos, yo mejor trabajé en convencerlos de que conservar los manglares vale más económicamente que un campo de golf”, declaró Ezcurra, ante las risas del público en la sede del Congreso en Santiago.
De ahí en más, Ezcurra trabajó con su colaborador Octavio Aburto en determinar cuán importantes son los ecosistemas naturales en brindar servicios a la nación. “Si no los cuidamos, se nos va la vida”, expresó.
Para ello, hizo el intento de correlacionar la presencia de los manglares en la costa mexicana y la disponibilidad de peces. Y llegó a la conclusión de que a mayor cantidad de lagunas costeras sanas, más probabilidad de encontrar peces. En ese sentido, dictaminó que una hectárea de manglar equivale a 670 mil dólares de ingresos para la nación, y produce beneficios directos a los pescadores locales.
Sostuvo que las autoridades no quieren advertir esto por un tema de justicia ambiental: mientras los beneficios de la hotelería y los campos de golf van directamente al bolsillo de un particular, los que provienen de los manglares van a las comunidades.
En otro tema, Ezcurra también investigó el “carbono azul” que es capturado por los ecosistemas costeros de la costa mexicana. Tras su indagación, el experto reportó más de 2 mil toneladas secuestradas por hectárea de turberas. “Tienen 10 veces más capacidad como sumideros de carbono que la Amazonía”, contó.
A su vez, criticó la política mexicana de “represamiento insustentable” de los ríos, ya que a miles de kilómetros de distancia han producido, según sus propios estudios, grandes retrocesos en las costas marinas.
Por último, Ezcurra, tomando unas de las temáticas que cruzó el seminario, destacó a mujeres que han jugado un papel clave en la ciencia, y que no han sido sistemáticamente reconocidas: Ynez Mejía (botánica), Helia Bravo-Hollis (cactóloga), Bárbara McClintock, Annetta Mary Carter y Enriqueta Velarde.