Se trata de la segunda etapa del programa de restauración participativa de ecosistemas boscosos, enfocado en las regiones del Biobío, Los Ríos y Los Lagos y que se realiza con el apoyo CONAF y en conjunto con la Fundación Nahuelbuta mediante la aplicación de metodologías que permitan fortalecer competencias, capacidades de emprendimientos y negocio y la elaboración de proyectos que puedan  postular a financiamiento público y privado.

Esta iniciativa se enmarca en la necesidad de avanzar en la formación de nuevos actores en materia de restauración ambiental en el contexto de la ejecución del Plan Nacional de Restauración de Paisajes que se ha puesto la meta desde el Ministerio de Medio Ambiente y Agricultura de recuperar 1 millón de hectáreas en Chile.

Así también, tal como lo asegura el coordinador general del proyecto, Sebastián Cerda, “en el contexto de la puesta en marcha de la Ley SBAP, “hoy más que nunca necesitamos que en Chile se desarrollen nuevas habilidades en las comunidades para que puedan seguir trabajando por la restauración frente a la intervención industrial y a la vez puedan generar proyectos de emprendimiento que les permita compatibilizar la sustentabilidad de sus comunidades con el cuidado del medio ambiente, además de generar ingresos que apoyen la restauración.”.

A esto se suman los compromisos ambientales de Chile frente al cambio climático “donde la necesidad de cuidar la biodiversidad es urgente y por eso hemos tomado esta responsabilidad con el rol de la restauración”, señala.

La primera fase se realizó a finales de 2022, y buscó generar y/o fortalecer competencias y capacidades en 90 personas que viven y/o se vinculan con los ecosistemas asociados a los bosques de las regiones del Biobío, Los Ríos y Los Lagos, para que adquieran habilidades que les permitan ser agentes activos en los  procesos de restauración y mitigación en sus territorios. Asegura Sebastián Cerda, “se están sentando las bases para la implementación de la segunda etapa, la cual busca entregar herramientas asociativas y de trabajo técnico para apoyar iniciativas que incorporen el componente de sustentabilidad en sus proyectos de restauración y mitigación”.

Sebastián Cerda agrega que este proyecto tiene el gran desafío de ayudar a crear cuadrillas de restauración regionales y también se están sentando las bases de la restauración en Chile. “Para nosotros como Instituto del Medio Ambiente es fundamental incorporar a las comunidades en el desarrollo de capacidades de adaptación y resiliencia en sus territorios. Es una experiencia única y queremos dar un paso más allá del oficio de los y las recolectoras. El conocimiento que las organizaciones locales de recolectores tienen de sus territorios es único para que puedan desarrollar otros proyectos que les ayuden a mejorar su calidad de vida. Ellos son los mejores defensores del medio ambiente”, concluye.

La experiencia de Alerce en Puerto Montt

Como parte de este programa del Instituto de Medio Ambiente (IDMA), y con los objetivos de recuperar territorios o áreas boscosas intervenidas por la industria, desarrollar modelos de negocios para la sustentabilidad de las mismas organizaciones o recolectores de las zonas afectadas y también ser un aporte para la reconstrucción de las mismas comunidades aledañas, 18 vecinos con interés en el cuidado del medio ambiente de la localidad de Alerce, en Puerto Montt, se capacitaron para desarrollar un proyecto de emprendimiento para la restauración de bosques.

El propósito de la capacitación fue entregar herramientas concretas a organizaciones y comunidades de la zona, considerando el daño que se ha realizado a la zona boscosa, a partir de la industria forestal. “En esta fase hemos capacitado a quienes quieren emprender creando, por ejemplo, sus propios viveros. Estamos haciendo educación ambiental, y también explicando todo lo que implica la ruta de la restauración en Chile”, dijo el coordinador del Programa CIES, Sebastián Cerda.

Una de las participantes, Camila Cepeda, psicóloga, señaló que “siento que se usó una metodología muy inclusiva, por lo que pretendo como psicóloga usarla en diferentes ámbitos, y así dar a conocer el concepto de educación ambiental. Fue una gran experiencia y quiero ocupar este conocimiento para diferentes ámbitos”.

Ernesto Wenzel, dirigente ambiental, comentó que esto “es parte de un proceso de acercamiento a la tierra y hoy este taller nos permite profundizar y sistematizar conocimiento y así poder transferir a otras personas. Soy presidente de una organización ciclista y hemos hecho varias actividades donde hemos reforestado lugares, visitado humedales, reconocimiento de aves. Lo que hace esto es fortalecer lo que ya sabemos y nos sirve para mejorar las metodología de  enseñanza también y continuar con el trabajo de reforestación de la comuna”.

En tanto, para Tania Acuña, profesora, “el camino de la restauración ha sido maravilloso. He aprendido mucho y con este conocimiento principalmente lo voy a transmitir a otras personas en temas de educación ambiental. Voy a tomar lo aprendido para enseñarlo a niños y familias de la localidad”.