Naturaleza Intrusa: el proyecto científico que ayuda a distinguir las especies nativas de las invasoras
Alojada en la Universidad de Concepción, esta iniciativa de divulgación científica aborda las invasiones biológicas, ayudando a reconocer las especies nativas, y distinguiéndolas de las exóticas, naturalizadas e invasoras. Estas últimas son una de las cinco principales causantes de pérdida de biodiversidad, por lo que el proyecto intenta llenar el vacío de información sobre el tema. Un dato es preocupante: 25 de las especies invasoras más dañinas del mundo están en Chile.
A simple vista, cuesta reconocer una chinita nativa (eriopis chilensis) de una chinita arlequín (harmony axyridis). La primera, como su nombre lo indica, es una especie nativa, y la segunda es exótica. La chinita nativa “no presenta manchas claras aisladas y posee al menos tres bandas negras horizontales en sus élitros (alas endurecidas)”, y la arlequín es “reconocible por su gran tamaño en comparación al resto de las chinitas” y “alcanza entre los 6,5 y 8 mm.”, junto con poseer “un color rojizo anaranjado con 9 puntos negros en cada élitro”. Pero además, y aquí radica lo importante, la chinita arlequín “es una especie voraz, que no se alimenta sólo de pulgones, sino también de las larvas de las chinitas nativas”.
Toda esta valiosa información figura en unas fichas informativas de la cuenta de Instagram de Naturaleza Intrusa, un proyecto fraguado por estudiantes de Ingeniería en Conservación en Recursos Naturales de la Universidad y de Concepción, y cuya finalidad es ser una plataforma de divulgación científica sobre invasiones biológicas. Como en el cuadro citado en el párrafo anterior, Naturaleza Intrusa ayuda, por ejemplo, a distinguir una chinita nativa de una chinita arlequín. La iniciativa también cuenta con una página de Facebook.
“En 2017 con algunos compañeros de carrera concluimos que había poco conocimiento en el tema de invasiones biológicas, sabiendo que era un problema importante para la biodiversidad. Sentíamos que podíamos aportar nuestro granito de arena haciendo divulgación sobre este tema”, explica Sergio Benavides, cofundador y coordinación de administración de Naturaleza Intrusa.
En ese tiempo estudiante, ahora titulado, Benavides ahonda más en la razón del surgimiento de Naturaleza Intrusa: las especies exóticas invasoras son el quinto peor factor que incide en la pérdida de biodiversidad a nivel global, después del cambio en el uso de la tierra/mar, la explotación directa, el cambio climático y la contaminación.
“Si queremos proteger la naturaleza de estos impulsores de cambio, la sociedad tiene que conocer el problema antes de involucrarse. Por lo tanto, partimos por lo más básico: identificar cuáles especies son nativas y cuáles son invasoras”, agrega Benavides. Hoy Naturaleza Intrusa cuenta con el apoyo del Laboratorio de Invasiones Biológicas (LIB) de la Universidad de Concepción y funciona con un equipo de ocho personas que trabajan de forma voluntaria: cuatro estudiantes y cuatro titulados (ingenieros en conservación de recursos naturales y ahora último sumaron a una bióloga marina). “Ahora podemos abordar el problema de una forma más integral y con mayor perspectiva”, acota.
“En principio queríamos llevar la información de la forma más amigable, con información precisa. Eso era trabajo en las redes sociales, hacíamos fichas informativas mostrando las características de cada especie, sus impactos; hacíamos infografía de cada una de ellas. Y en un ‘versus’ mostrábamos las claves de identificación entre dos especies”, complementa el profesional.
El escenario, agrega Benavides, es más dramático aun por una cifra apabullante: según el Grupo de Especialistas de Especies Invasoras (GEEI) de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), 25 de las especies exóticas más dañinas se encuentran en Chile.
“No hay ningún aromo que sea nativo de Chile, pero se suele asociar como propio porque lleva mucho tiempo. Lo vemos en los campos, uno de flor amarilla; el diente de león tampoco es nativo, a veces lo percibimos distinto por las propiedades positivas que tiene, pero cuesta integrar el impacto negativo hacia algunas especies”.
Naturaleza Intrusa: de redes sociales a talleres presenciales
Luego de la difusión básica de la distinción entre las especies, Naturaleza Intrusa pasó a otro tipo de actividades de divulgación. Según calculan en el equipo del proyecto, han realizado 18 charlas, 18 participaciones en stands y 12 talleres educativos en 10 colegios, con un alcance de cerca de 7.000 personas. Antofagasta, Santiago, Valdivia y varias ciudades de la Región del Biobío han acogido sus actividades. También han hecho senderos interpretativos e instancias de control comunitario de especies invasoras.
Un hito muy relevante, además, fue la organización de la Semana Sobre las Invasiones Biológicas, que se desarrolló entre el 28 de noviembre y el 3 de diciembre de 2022 en Concepción, y que fue organizada por Naturaleza Intrusa, el Laboratorio de Invasiones Biológicas y el Instituto de Ecología y Biodiversidad (IEB) de la casa de estudios penquista.
Benavides percibe algunas confusiones de la comunidad entre especies que son nativas y las que son exóticas. Por ejemplo, el aromo. “No hay ningún aromo que sea nativo de Chile, pero se suele asociar como propio porque lleva mucho tiempo. Lo vemos en los campos, uno de flor amarilla; el diente de león tampoco es nativo, a veces lo percibimos distinto por las propiedades positivas que tiene, pero cuesta integrar el impacto negativo hacia algunas especies”.
El profesional indica que la confusión del castor con el coipo ya es más reconocida, por el revuelo mediático que ha provocado la primera especie (exótica) en la zona sur y austral del país. Otras especies exóticas muy dañinas, estima Benavides, son el visón y la chaqueta amarilla en cuanto a fauna, y el espinillo en tanto especies de flora.
“El visón genera efectos de depredación directa, ya que se come a las aves y a los peces, y genera un impacto grande a todo grupo de especies. El coatí, una especie introducida en Juan Fernández para exterminar a los ratones, se convirtió en una especie invasora y se ha transformado en un grave problema, porque es una zona de alto nivel de endemismo”, comenta Sergio Benavides.
El espinillo, en tanto, “está entre las especies más invasoras del mundo, generando pérdidas económicas gigantes, ya que se regenera muy rápido y ocupa grandes extensiones de terreno. Se ve mucho en el sur”.
Benavides realiza otra distinción importante: no es lo mismo una especie exótica, que una naturalizada y otra invasora. “Las especies exóticas fueron movidas por el ser humano de forma accidental o intencional, y que no son capaces de sobrevivir sin la ayuda del ser humano; en el caso de las especies naturalizadas, no es necesario que las reguemos para que puedan sobrevivir, como el caso del manzano; y finalmente, las invasoras son aquellas exóticas que se reproducen en grandes cantidades y generan un impacto”, dice.
En tanto, los impactos producidos por las especies invasoras pueden variar: son ambientales, cuando afectan directamente a la naturaleza; sociales, cuando tienen efectos perniciosos a la cultura y a las personas; y económicos, cuando dañan al turismo, a la agricultura, ya que las plantas compiten con otras por recursos y les quitan espacio para su ciclo de vida, impidiendo que entre el sol y consumiendo más agua.
“Las especies exóticas fueron movidas por el ser humano de forma accidental o intencional, y que no son capaces de sobrevivir sin la ayuda del ser humano; en el caso de las especieo”s naturalizadas, no es necesario que las reguemos para que puedan sobrevivir, como el caso del manzano; y finalmente, las invasoras son aquellas exóticas que se reproducen en grandes cantidades y generan un impacto”.
¿Erradicar a las especies invasoras?
La cotorra argentina, el caracol manzana, las anémonas de mar, el abejorro europeo bombus terrestri (que disminuye la cantidad de néctar disponible para otras abejas e insectos, afectando el éxito reproductivos de las plantas), el ciervo rojo y el cangrejo azul son otras de las especies de fauna invasoras presentes en Chile y reseñadas en las publicaciones en redes sociales de Naturaleza Intrusa. En lo que respecta a la flora invasora, el sitio menciona en sus redes a la hierba azul, el aliso, el vinagrillo y la acacia negra.
Naturaleza Intrusa señala, por ejemplo, que el ciervo rojo es una de las 100 especies invasoras más dañinas del mundo ya que modifican la comunidad vegetal, retardando el crecimiento del bosque nativo, y que además compite por el hábitat con el huemul, desplazándolo. Puede además transmitir parásitos a los ciervos nativos.
Según se lee en la descripción, el ciervo rojo fue introducido en 1928 de forma intencional para caza, y luego de forma accidental mediante migración de poblaciones invasoras en Argentina.
¿Y qué hacer en estos casos? ¿Erradicar a las especies? Según caso a caso, dice Benavides, asumiendo que es un gran dilema que puede hacer confrontarlos con las visiones del mundo animalista. Sin embargo, dice él que la primera acción es la prevención. Por ejemplo, en una lámina disponible en el Instagram de Naturaleza Intrusa, se recomienda no lanzar semillas o restos de frutas al suelo.
“Lanzar semillas de cualquier especie en cualquier lugar puede ser muy riesgoso, aunque no lo pareciera. Sin querer, podemos ayudar a diseminar una potencial especie invasora y generar un daño más grande. Es mejor ser precavidos y disponer como corresponde las semillas de las frutas que comemos”, se señala en Naturaleza Intrusa. “Mientras antes evitemos la invasión o la controlemos en sus etapas iniciales, vamos a reducir los efectos negativos”, agrega Benavides. Limpiar bien la carpa cuando la gente sale de excursión y respetar los senderos habilitados son otras recomendaciones básicas que entrega la plataforma, que funciona como fundación y puede postular a proyectos.
Con respecto a otras maneras de afrontar el problema de las especies invasoras, Benavides dice que “entendemos que el problema es complejo. En algunos casos vamos a tener que controlar una invasión, en otro caso hablaremos de reducir, de controlar la población; y en otro erradicar. Hay que entender cómo afecta en cada localidad para priorizar las acciones”.
La incorporación de una bióloga marina le ha permitido a Naturaleza Intrusa diversificar su poder de divulgación y empezar a hablar sobre las especies invasoras marinas, cuyas dinámicas, asegura Benavides, son distintas a las terrestres, ya que “los vectores de introducción son diferentes: tienen que ver con el comercio, con los barcos”.
En definitiva, esta plataforma de divulgación científica quiere levantar este problema no solo para que la comunidad tenga más herramientas, sino para que los tomadores de decisiones puedan implementar estrategias y políticas públicas ambiciosas que puedan atacar este problema, vinculando también al sector privado.