La contaminación por plásticos en el océano se cuadruplicará al 2050, llevando a más áreas a superar el umbral ecológicamente peligroso de concentración de microplásticos
Los impactos negativos de la contaminación por plásticos ya son detectables en la mayoría de los grupos de especies, mientras que la productividad de varios de los ecosistemas marinos más importantes del mundo, como los arrecifes de coral y los manglares, están bajo un riesgo significativo. WWF hace un llamado a las naciones para que adopten un tratado global legalmente vinculante contra la contaminación por plásticos en la Asamblea Ambiental de las Naciones Unidas (UNEA) para detener esta crisis.
En momentos en que en Chile está ad portas de entrar en vigencia la ley que regula la entrega de plásticos de un solo uso, que se suma a la prohibición ya vigente de las bolsas plásticas, WWF presentó nueva evidencia y cifras que grafican el alcance de la contaminación plástica a nivel global.
Se trata de una nueva revisión de más de 2.590 estudios, encargada por WWF, la cual proporciona el análisis más completo hasta la fecha del alarmante impacto y la escala de la contaminación plástica en las especies y ecosistemas oceánicos. La revisión revela que es probable que el crecimiento proyectado de la contaminación por plásticos conlleve a que muchas áreas sufran riesgos ecológicos significativos que perjudiquen los esfuerzos actuales para proteger y aumentar la biodiversidad si no se toman medidas ahora para reducir la producción y el uso mundial de plástico.
La revisión advierte que, para fines de siglo, áreas marinas de más de dos veces y medio el tamaño de Groenlandia podrían exceder los umbrales ecológicamente peligrosos de concentración de microplásticos, ya que la cantidad de microplásticos marinos podría aumentar 50 veces para entonces. Esto se basa en las proyecciones que indican que la producción de plástico se duplicará con creces para 2040, lo que provocará que los desechos plásticos en el océano se cuadrupliquen para 2050.
Comisionado por WWF y realizado por el Alfred Wegener Institute Helmholtz Centre for Polar and Marine Research, el informe “Impactos de la contaminación por plásticos en los océanos, sobre las especies marinas, la biodiversidad y los ecosistemas” señala que las concentraciones de microplásticos por encima de un nivel umbral de 1,21 x 105 por metro cúbico se han estimado en varias regiones de todo el mundo. Este umbral, por encima del cual es probable que se produzcan riesgos ecológicos significativos, ya se ha alcanzado en ciertos puntos críticos de contaminación como el Mediterráneo, el este de China y el mar Amarillo y el hielo marino del Ártico.
En el peor de los casos, exceder los umbrales ecológicamente peligrosos de contaminación por microplásticos podría provocar efectos adversos en las especies y los ecosistemas, incluida la reducción de las poblaciones.
“Toda la evidencia sugiere que la contaminación por plásticos del océano es irreversible. Una vez distribuidos en el océano, los desechos plásticos son casi imposibles de recuperar. Se degrada constantemente y, por lo tanto, la concentración de micro y nanoplásticos continuará aumentando durante décadas. Atacar las causas de la contaminación por plásticos es mucho más efectivo que limpiar después. Si los gobiernos, la industria y la sociedad actúan unánimemente ahora, todavía pueden limitar la crisis del plástico”, indica Heike Vesper, Director del Programa Marino de WWF Alemania.
Dada la omnipresencia de la contaminación plástica, es probable que casi todas las especies se hayan encontrado con este material. Los impactos negativos de la contaminación plástica ya son detectables en la mayoría de los grupos de especies, mientras que la productividad de varios de los ecosistemas marinos más importantes del mundo, como los arrecifes de coral y los manglares, están bajo un riesgo significativo.
Según destaca Yacqueline Montecinos, coordinadora de Biodiversidad Marina y Políticas Oceánicas de WWF Chile, entre los hallazgos del estudio se encuentra justamente que el 88% de las especies marinas estudiadas se vieron afectadas negativamente por el plástico. Por ejemplo, se estima que hasta el 90% de todas las aves y el 52% de todas las tortugas marinas ingieren plástico. “Tampoco debemos pasar por alto las repercusiones que esto tiene en los grandes cetáceos, que pueden morir por la ingesta excesiva de grandes cantidades de plásticos. Esta fuente de impacto genera grandes complicaciones en términos de conservación, ya que estamos hablando de especies tremendamente longevas, con una baja tasa de natalidad y con largos periodos reproductivos, pero por sobre todo con un gran rol ecológico en nuestros océanos, además de entregarnos valiosos servicios ecosistémicos a los seres humanos. Esta es una de las tantas razones que hacen muy urgente que países costeros como Chile, con alta dependencia de los ecosistemas marinos para su desarrollo, se sumen a las iniciativas que impulsen esfuerzos globales y vinculantes para la implementación de medidas efectivas que nos permitan evitar al máximo posible el aumento del plástico, que sigue desechándose en nuestras costas cada día”, destaca la profesional.
Como lo plantea WWF, esta amenaza generalizada y creciente para la vida oceánica solo puede abordarse con una solución global y sistémica eficiente, que los países pueden establecer mediante la adopción de un tratado global en la Asamblea de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente 5.2 durante este mes de febrero.
La presión sobre la comunidad internacional para la creación de un tratado jurídicamente vinculante va en aumento. Más de 2 millones de personas en todo el mundo han firmado la petición de WWF, mientras que más de 100 empresas globales, más de 700 organizaciones de la sociedad civil y 156 países, que conforman más de 3/4 de los estados miembros de la ONU, también han respaldado los llamados para un tratado.
“Sin lugar a duda, la contaminación plástica sin control se convertirá en un factor que contribuirá a la sexta extinción masiva en curso, lo que conducirá al colapso generalizado de los ecosistemas y a la transgresión de los límites planetarios seguros. Sabemos cómo detener la contaminación por plásticos y sabemos que el costo de la inacción se produce a expensas de nuestros ecosistemas oceánicos: no hay excusa para retrasar un tratado global sobre la contaminación por plásticos. La salida de nuestra crisis del plástico es que los países acuerden un tratado vinculante a nivel mundial que aborde todas las etapas del ciclo de vida del plástico y que nos ponga en el camino para poner fin a la contaminación marina por plásticos para 2030”, dijo Ghislaine Llewellyn, Líder Adjunta de Océanos de WWF.
Puntos críticos
Donde otras amenazas como la sobrepesca, el calentamiento global, la eutroficación o el transporte marítimo se superponen con los puntos críticos de contaminación por plásticos, los impactos negativos se amplifican. Para las especies ya amenazadas, algunas de las cuales viven en estos puntos críticos, como las focas monje o los cachalotes en el Mediterráneo, la contaminación por plásticos es un factor de estrés adicional que empuja a estas poblaciones hacia la extinción.
“La investigación actúa como una linterna con la que lanzamos rayos de luz a la oscuridad de los océanos. Solo una fracción de los efectos se han registrado e investigado, pero los efectos documentados causados por el plástico son preocupantes y deben entenderse como una señal de advertencia para una escala mucho mayor, especialmente con el crecimiento actual y proyectado en la producción de plástico”, señaló la Dra. Melanie Bergmann, bióloga marina del Alfred Wegener Institute Helmholtz Centre for Polar and Marine Research.
La naturaleza duradera del plástico también significa que la absorción de microplásticos y nanoplásticos en la cadena alimentaria marina solo continuará acumulándose y alcanzando niveles peligrosos, si no reducimos nuestra producción y uso de plástico ahora.