Cuando se le pregunta a qué ave corresponde la imagen corporativa de Chile Lagos Limpios, su director ejecutivo Fernando Coz responde que se trata de una bandurria, cuya figura está conformada por la silueta de casi todos los lagos nor-patagónicos que dicha fundación procura conservar, promoviendo el desarrollo sustentable y la resiliencia al cambio climático de las cuencas lacustres.
La Fundación Chile Lagos Limpios nació después de un seminario realizado en Panguipulli en mayo de 2018, cuyo objetivo fue mostrar ante cerca de 250 personas el caso internacional del lago Tahoe, en California. “Hace 60 años el lago Tahoe se contaminó, sufrió degradación ambiental, hubo conflictos entre actores y perdió su activo más importante: la transparencia”, explica Coz, ingeniero comercial de profesión, quien creó la fundación junto a LAND Arquitectos, oficina de arquitectura, diseño urbano y laboratorio de planificación medioambiental.
Cuenta Fernando Coz que el lago Tahoe tenía una “dinámica similar” al de los lagos del sur de Chile “por el tema turístico, crecimiento desregulado, desarrollo agrícola e inmobiliario”. De esa afectación nació la organización civil Keep Tahoe Blue, que logró frenar el desarrollo y promover un diálogo entre los diferentes actores para volver a disfrutar de los beneficios del lago californiano. El resultado fue la conformación de la Agencia de Planificación Regional del lago Tahoe, que recibe distintos tipos de financiamiento, y cuya característica es que “su límite político es la cuenca del lago, que abarca dos estados diferentes en EE.UU. y varias comunas, y tienen la potestad de los permisos de transporte y edificación”, explica Coz.
El paso siguiente fue la participación de la Universidad de California Davis (UC Davis) en el proceso de recuperación del lago. El plantel universitario instaló un centro de investigación en la cuenca del Tahoe, y con ello pudieron monitorear con rigor científico la calidad del agua, las especies invasoras y otros factores que atentaban contra la transparencia de la cuenca lacustre. Ángela Delorenzo, socia de LAND y directora de Estrategia de Chile Lagos Limpios, había estudiado en Estados Unidos. Se enteró de este caso ejemplar y se lo comunicó a su ahora socio Fernando Coz.
“En Chile hay una crisis de planificación en las cuencas lacustres, es un territorio estratégico y es una gran reserva de agua. Y ya tenemos un conflicto en algunos lagos como el Villarrica, que es zona saturada; hay algunas playas cerradas en el lago Llanquihue; hay problemas de aguas servidas en el Panguipulli”, complementa Coz, quien pensó en cuestión de segundos en traer a Chile la experiencia de California. De ahí nació la idea del reseñado seminario en Panguipulli.
En dicha instancia, tres personas estadounidenses vinculadas con la agencia del lago Tahoe expusieron sobre la experiencia en su zona, y mostraron especial interés en los lagos del sur de Chile porque había “una oportunidad para implementar un modelo más de prevención que de remediación: es decir, anticiparse al conflicto”, dice Coz.