Hace cuatro años, viviendo en Colina, Roxana Fuenzalida trabajaba en un parque acuático en Til-Til cuando empezó a advertir la grave crisis hídrica que afectaba a la zona. De ahi que se interiorizó sobre cómo hacer un vivero de plantas de bajo requerimiento hídrico, en virtud de lo que ocurría en el sector, y comenzó una empresa de paisajismo sustentable a la que llamó Natural Designs.

A partir de ahí, Roxana fue implementando cada vez más servicios orientados a un paisajismo sustentable. Ella misma, paisajista de profesión, empezó al mismo tiempo a hacer mantención de jardines, asesorías y sistemas de riego. “Todo ello enfocado a diseño sustentable, sostenible en el tiempo”, comenta la emprendedora. Las asesorías se hacen en la zona de Colina y Lampa, vale decir, están enfocadas en plantas de bajo consumo hídrico, con la idea de hacer más sostenible un jardín en un contexto de crisis hídrica.

Con respecto al vivero, considera especies que den estructura al jardín como agaves, suculentas, cactus y algunas herbáceas para jardín que necesitan poca agua, y ella las riega una vez a la semana en verano. Pero la clave pasa también por el método que utiliza para regenerar el suelo, usando las mismas cualidades que le brinda la naturaleza.

“Rescato la maleza que va saliendo en el jardín y la acumulo en el suelo, en la roca. Estoy cerca de un cerro de canteros, no tengo mucha tierra y entonces voy regenerando el suelo con la maleza. La voy dejando y me va conteniendo la tierra. Voy a la raíz de la maleza, corto la parte de arriba y así genero suelo. Abajo la voy reteniendo”, explica Roxana Fuenzalida.

Por ahora, Natural Designs se da a conocer entre el público por el boca a boca y también a través de su cuenta de Instagram. En el futuro espera tener un stock más grande de plantas y también abrir a público el vivero. “En la zona norte de Santiago, como en la que vivo yo, no hay mucha variedad en estos viveros enfocados a este tipo de plantas”, dice Fuenzalda, quien presta asesoría a sus propios clientes o a la gente que simplemente llega ahí.

Otro servicio que forma parte de su oferta es el de chipeado. Normalmente las personas acumulan sus restos de podas para que un camión pase por ahí a retirarlos y llevarlos a un botadero clandestino. En cambio, Roxana Fuenzalida, cobrando lo mismo que les cobra el camión, realiza el chipeado en las parcelas y el resultado queda en el mismo jardín y se integra a los macizos

“El chip regenera el suelo, ya que se degrada, se vuelve tierra, impide que se evapore el agua en verano y mantiene la humedad”, finaliza.