El Centro de Investigación para la Sustentabilidad (CIS) de la Universidad Andrés Bello (UNAB) dio a conocer el Estudio Nacional de Reciclaje, realizado en el marco de la décima versión de la “Encuesta Nacional de Medio Ambiente”, sondeo que este año, y por primera vez, se aplicó en todo el país.

Según los datos de la encuesta, poco más de la mitad de las personas (52%) dice reciclar de forma frecuente, al menos una vez a la semana. Asimismo, la cifra de quiénes declaran que no reciclan es de 22%, frente al 57% que respondía eso en 2010.

No obstante, este resultado debe ser matizado respecto de las cantidades que efectivamente se reciclan. “Con esto podríamos inferir que 78% de los chilenos realiza alguna acción de separación de materiales reciclables, pero su participación resulta ineficiente ya que, a nivel nacional, según cifras a 2018 del Sistema Nacional de Declaración de Residuos (SINADER), solo el 1% de los residuos sólidos municipales se valoriza” señala el Dr. Iván Franchi, académico de la Facultad de Ciencias de la Vida e investigador del CIS UNAB.

Con todo, a juicio del Gerente de Proyecto ReSimple, Isidro Pereda Soto, las cifras evidencian que “el hábito de reciclar se ha ido instalando con fuerza los últimos años”.

“El porcentaje de personas que no reciclaban entre 2010 y 2018 era de 60% en promedio, mientras que los últimos tres años esta cifra bajó a 17% en promedio, y el último año alcanzó un 22%. Esta cifra es muy alentadora y nos señala que en su mayoría las personas han tenido algún contacto con el reciclaje mucho más seguido que antes”, agrega el representante de ReSimple-Gransic (Gran Sistema de Gestión Colectivo) para envases y embalajes en conformación como establece la ley REP.

Pereda agrega que “seguimos al debe con infraestructura”, ya que 44% señala que no recicla porque los lugares de reciclaje están lejos.

No más de 3 cuadras

Sobre ese punto, una de las preguntas del sondeo de UNAB señala “¿Cuál de los siguientes aspectos es la principal dificultad que usted tiene para reciclar?”, a lo que el 44% apunta a la lejanía de los sitios de reciclaje, seguido por 18% que dice que no tiene espacio en su vivienda para separar los residuos. Otras razones son que desconfía que los residuos sean reciclados (11%), no sabe cómo o dónde hacerlo (10%), no tiene el hábito (7%) y no tiene los recursos económicos para el equipamiento necesario (5%).

Relacionada con la anterior, se plantea la siguiente pregunta: “En caso de que tenga que desplazarse de su vivienda al lugar de acopio de residuos reciclables. ¿Cuál es la distancia máxima que Usted está dispuesto a recorrer?”. El 34% responde que como máximo 3 cuadras, seguido por 28% que solo iría dentro de una cuadra, y 26% más de 3 cuadras hasta un kilómetro.

Frente a lo anterior, no sorprende que 50% señale que, dado que en virtud de la Ley REP las personas tendrán que separar sus residuos a partir del 2023, prefieren el retiro domiciliario de sus residuos reciclables. Ante esta misma consulta, 29% indica que elige contenedores en la vía pública y 21% responde que opta por los puntos limpios.

Al respecto, Pereda comenta que quizá estos porcentajes tengan respuesta en las ciencias del comportamiento que señalan que las personas prefieren “lo más fácil en lugar de lo más adecuado”. “Probablemente, ir a un punto limpio y separar tus residuos en 12 o 15 diferentes tipos de residuos sea lo más adecuado al momento de enviarlos a reciclar, pero claramente no es lo más fácil; además, como los puntos limpios son pocos tienden a estar lejos de las viviendas de las personas, lo cual lo hace aún más complejo. Si bien el Decreto 12 de envases y embalajes señala que se deben instalar aproximadamente 100 puntos limpios el primer año y llegar a más de 350 en 4 años, la infraestructura de recolección descansa en la recolección casa a casa”, señala el gerente de ReSimple.

Coincide en este punto la Dra. Romina Cayumil, académica de la Facultad de Ingeniería e investigadora del Centro de Investigación para la Sustentabilidad (CIS) de la UNAB: “En estos últimos años el país ha tenido grandes avances en esta materia, sin embargo, se requieren mejoras importantes en infraestructura, educación e I+D (investigación y desarrollo) para abordar los aspectos de recolección y reciclaje de una manera correcta e incorporando a mayor parte de la población”.

Rol de los municipios

En cuanto a la responsabilidad principal en la recolección, transporte y manejo de los residuos sólidos domiciliarios, la gran mayoría (57%) la atribuye al municipio y solo 5% lo asigna a los productores de bienes y alimentos. Estas cifras se condicen con la preferencia de la recolección domiciliaria de estos materiales.

El Dr. Franchi comenta que “la recolección puerta a puerta, directamente desde la vivienda, es la operación tradicional de recolección de residuos en gran parte del país. Solo a través de este tipo de gestión será posible cumplir con el 65% de reciclaje que la Hoja de Ruta hacia una Economía Circular establece como meta al 2040. Con este tipo de estrategia las comunas de Santa Juana o Futaleufú superan el 30% de recolección selectiva, es decir, de cada 10 toneladas recolectadas, 3 son recolectadas de manera diferenciada (residuos orgánicos, plásticos, vidrios, etc.). Estos municipios que han basado su gestión en modelos Basura Cero deben ser un ejemplo para el resto del país”.

El académico explica que en Europa se han implementado estrategias de este tipo, alcanzando cifras superiores al 80% de recolección selectiva. En Italia, más de 100 municipios superan el 90%, y en Cataluña, España, ya están abandonando los puntos limpios en beneficio de modelos Basura Cero, con lo cual han conseguido cifras similares. “Pero no se trata de copiar modelos”, advierte el Dr. Franchi, “sino de entender que, para lograr los objetivos requeridos, se necesita repensar el modo en el que actualmente se hace gestión de residuos. Uno de ellos es la incorporación de recicladores de base a los sistemas de recolección puerta a puerta, con lo cual se busca impulsar la inclusión social y económica, además del beneficio ambiental. La transición hacia modelos más eficientes de gestión también demanda que estos sean sistemas justos e inclusivos”, sostiene el investigador.

Al respecto, Pereda considera que la cifras que revela en sondeo en relación al retiro domiciliario y la responsabilidad de los municipios, “van muy en línea con lo señalado en el Decreto 12, de alcanzar en 12 años una cobertura de un 80% de recolección casa a casa y lograr reciclar un 60% de los envases y embalajes que se ponen en el mercado, estas cifras están señaladas también en la hoja de Ruta de Economía Circular por lo cual apuntan al mismo objetivo”.

Por esta razón, “la interacción de los municipios con los Gransic es fundamental tanto por el despliegue de la recolección casa a casa, por la educación medioambiental de los vecinos y por la coordinación logística con el servicio de recolección de basura entre otros”, concluye el representante de ReSimple.