Inauguran primer piloto en el país con objetivo en la identificación y separación de residuos peligrosos en los aparatos eléctricos y electrónicos
Fundación Chile y el Ministerio del Medio Ambiente están ejecutando desde la semana pasada un piloto, enmarcado en un gran programa a nivel latinoamericano, que busca reciclar o darle una disposición final adecuada a los llamados Contaminantes Orgánicos Persistentes (COP) presentes en plásticos algunos residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (RAEE). “Buscamos que el MMA incorpore estos residuos peligrosos en el decreto de pilas y RAEE”, dice Karien Volker, subgerenta de Consumo y Producción Sustentable de Fundación Chile.


En el marco del programa “Fortalecimiento de Iniciativas Nacionales y Mejoramiento de la Cooperación Regional para el Manejo Ambientalmente Adecuado de Contaminantes Orgánicos Persistentes (COP) en Residuos de Aparatos Eléctricos y Electrónicos (RAEE) en Países Latinoamericanos”, se inició la semana pasada en la Región Metropolitana un piloto que busca separar e identificar los COP con características de retardante de llama que pueden encontrarse en los plásticos de los RAEE.
Se trata de un gran programa a nivel latinoamericano, con la participación de 13 países de la región, que es financiado por el Fondo Mundial del Medio Ambiente (GEF, por sus siglas en inglés) e implementado por la Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial (ONUDI). En Chile tiene socios locales: el Ministerio del Medio Ambiente (MMA) y Fundación Chile.
El piloto en cuestión forma parte de los ejes estratégicos del programa latinoamericano, y se suma a la idea de fomentar el desarrollo del marco regulatorio nacional, cuya forma en Chile es través de la Ley REP y del decreto de residuos de pilas y de artículos eléctricos y electrónicos. Respecto del piloto, en el cual participan tres empresas de reciclaje (Degraf, Pañiwe y Fundación Chilenter), la subgerenta de Consumo y Producción Sustentable de Fundación Chile, Karien Volker, dice que “hicimos un estudio sobre cómo está el reciclaje de los RAEE a nivel nacional, es decir, tenemos un diagnóstico. Tenemos un foco en los plásticos de los artículos eléctricos y electrónicos. Hay algunos que están contaminados con contaminantes orgánicos persistentes (COP), que son compuestos volátiles, bioacumulables y persistentes, que se pasan al medio ambiente y tienen riesgos para la salud”.

“Nos interesa que estas sustancias peligrosas se regulen, sean tomadas en cuenta en el decreto o en otro instrumentos regulatorio. En este momento, no está explícito en el anteproyecto. Hay que ver quién regula: si el Ministerio de Salud o Medio Ambiente. Los contaminantes orgánicos persistentes deben tener un manejo especial y deben ser parte del decreto”.
Según añade Volker, “no es que los plásticos de un computador tengan riesgos, sino que al manipularlos, gestionarlos o desensamblarlos de manera inadecuada, puede contener ciertos metales peligrosos y otros que tengan valor comercial después de su vida útil. Estos residuos se pueden gestionar mal y tener esta dispersión de contaminantes”.
De acuerdo a la representante de Fundación Chile, en nuestro país “no se hace una separación adecuada de estos plásticos, por lo que en su mayoría están terminando en el vertedero”. En ese sentido, agrega Karien Volker, la idea del piloto es capacitar a las empresas de reciclaje para que puedan identificar y separar este tipo de compuestos contenidos en los residuos de paratos eléctricos y electrónicos y, si están contaminados, llevarlos a disposición final con un procesamiento que conlleva una disposición final adecuada y segura, donde los COP logran eliminarse y, al mismo tiempo, el poder calorífico del plástico es aprovechado. Por el contrario, para aquellos plásticos que podrían tener un valor comercial, Fundación Chile llevará a cabo un estudio que determine qué tipo de modelo de negocios podría funcionar en estos casos para valorizar al máximo los plásticos libres de COP.
Según detalla Karien Volker, Fundación Chile identificó siete u ocho tipos de aparatos eléctricos y electrónicos que contienen plásticos con Compuestos Orgánicos Permanentes (COP), entre los que se pueden citar a los CRT (monitores, televisores antiguos) y las planchas. Los datos fueron obtenidos de otro piloto que se hizo en Colombia, y el de Chile sería el segundo. “Los COP serían los retardantes de llamas, es un compuesto que se le pone al plástico para que no se sobrecaliente. Son potencialmente peligrosos con un mal manejo, una mala gestión. Si se funden, pueden liberar los COP, y éstos generar un daño a la salud. Pero también hay que ver si algunos de estos plásticos pueden tener reúso”, agrega Volker.

“En Chile no se hace una identificación y separación adecuada de estos plásticos contaminados, por lo que en su mayoría están siendo depositados en rellenos sanitarios”.
Este listado de aparatos eléctricos y electrónicos fue enviado a tres empresas de reciclaje socias de este proyecto liderado por el Ministerio del Medio Ambiente y Fundación Chile. Estas irán identificando y separando los residuos desde ya y detectarán estos RAEE “sospechosos” de contener COP. Luego, Fundación Chile, a través de un dispositivo, medirá si la concentración de bromo supera cierto umbral para estimar de forma indirecta la presencia de COP en esos plasticos. Dependiendo de la magnitud, se llevarán a la empresa Coactiva, que procede a valorizarlos energéticamente, asegurando la destrucción de potenciales contaminantes.
El piloto -en el que participan solo las empresas recicladoras, no las comunidades, por ser los RAEE muy difíciles de manipular por la gente común y corriente- debería terminar en 2023, junto con el programa “Fortalecimiento de Iniciativas Nacionales y Mejoramiento de la Cooperación Regional para el Manejo Ambientalmente Adecuado de Contaminantes Orgánicos Persistentes (COP) en Residuos de Aparatos Eléctricos y Electrónicos (RAEE) en Países Latinoamericanos”. “La idea es que otros sectores puedan adoptar estas prácticas y que ojalá se implementen en todas las plantas que existen hoy en Chile”, acota Volker.
Pero, y esto es muy importante, Fundación Chile, con este piloto y el programa latinoamericano como paraguas general, quiere incidir en que el Ministerio del Medio Ambiente incluya esta arista dentro del decreto de metas de pilas y residuos de aparatos electrónicos y eléctricos. “Nos interesa que estas sustancias peligrosas se regulen, sean tomadas en cuenta. En este momento, no está explícito en el anteproyecto. Hay que ver quién regula: si el Ministerio de Salud o Medio Ambiente. Los contaminantes orgánicos persistentes deben tener un manejo especial y deben ser parte del decreto o de otro instrumento regulatorio”, sentencia la representante de Fundación Chile.