La apuesta de un chileno por acelerar la descarbonización mundial a través del automovilismo
Históricamente los autos de carrera son la punta de lanza para innovaciones que luego se aplican a gran escala en toda la industria automotriz. La visibilidad e impacto mediático que tiene el mundo motor es una gran oportunidad para avanzar a máxima velocidad en concientización ambiental y en lograr impactos reales, cuantificables y aplicables para avanzar en acciones climáticas concretas en uno de los sectores más intensivos en el uso de combustibles fósiles ¿Qué empresa está ganando la pole position en esta carrera? La respuesta la buscamos en esta entrevista con César Norton, presidente y CEO de HIF Global.
Periodista
¿Quién dijo que la sostenibilidad y el automovilismo no pueden correr a la misma velocidad en una pista de carrera? Si bien esta pregunta puede sonar contradictoria, o derechamente ser un oxímoron, la realidad nos muestra hoy que los avances en sostenibilidad, descarbonización e innovación tecnológica en la industria del mundo motor ya son una realidad. Y vienen para quedarse.
Un claro ejemplo de lo anterior es lo que está desarrollando la empresa HIF Global, liderada por el ingeniero chileno César Norton, oriundo de Vallenar, quién está revolucionando la industria mundial de los e-Fuels con su alianza con la Porsche Mobil-1 Supercup, dotando a toda la categoría con e-combustibles producidos con vientos magallánicos en la planta Haru Oni, ubicada en el extremo sur de Chile.
Para hablar de la conexión del deporte y la sostenibilidad, los planes de crecimiento de los e-Fuels, el rol de éstos en la transición energética y el liderazgo de Chile en esta materia, País Circular habló en exclusiva con César Norton, quién apuesta en grande por acelerar a fondo en la recta principal para lograr la descarbonización mundial de la mano del deporte.
-Para empezar descifrando siglas y anglicismo ¿Cómo definiría de manera sencilla qué son los e-Fuels?
Los e-Fuels o e-Combustibles, son combustibles sintéticos. Se fabrican gracias a la mezcla de hidrógeno y CO2. La electrólisis, usando energía renovable, separa la molécula de agua en hidrógeno y oxígeno. Luego, este hidrógeno se mezcla con dióxido de carbono reciclado. El producto es químicamente equivalente a los combustibles convencionales, pero más limpio y bajo en emisiones.
Esta característica permite que se puedan incorporar a los vehículos que circulan hoy por las calles, sin necesidad de modificaciones.
-La Porsche Mobil-1 Supercup terminó en septiembre su temporada en Monza con todos los autos usando e-Fuels producidos en Magallanes ¿Cómo surgió esa alianza y qué significado tiene que el deporte de alto rendimiento adopte combustibles sintéticos?
La calidad de la energía renovable de Magallanes representa una oportunidad única: estamos envasando el mejor viento del mundo en estos combustibles sintéticos.
Es una idea que comenzamos a desarrollar en Chile en 2017.
Al año siguiente, Porsche organizó una especie de feria de innovación y evaluaron nuestra idea. La alianza se basa en una visión compartida. Ambos compartimos la urgencia de descarbonizar el planeta. Desde entonces han sido un socio estratégico, primero como offtaker de la producción de nuestra planta piloto y luego, al ingresar a la propiedad de HIF en 2021.
Porsche utiliza nuestro combustible, esto nos permite mostrar al mundo que ya son una realidad y una solución concreta frente al cambio climático, especialmente en un sector difícil de descarbonizar, como el transporte.
El rendimiento de la gasolina no tiene ninguna diferencia con la convencional que usamos en nuestros autos. Ha sido bien emocionante de ver: el trabajo de muchos magallánicos hizo rugir estos motores y es la segunda temporada en que estamos presentes.

“Esperamos ver las primeras estaciones de servicio con e-Combustibles durante esta década. En esa línea se inscribe nuestro acuerdo con ENAP para explorar la venta de nuestro combustible en Chile”.
-¿Existen planes concretos para escalar el uso de e-Fuels a la Fórmula 1 u otras competiciones del automovilismo mundial?
Estamos trabajando para escalar esta tecnología y lograr masificar el uso de los e-Combustibles, nuestra gasolina puede usarse en cualquier vehículo que circula hoy día por las calles y en un Porsche, y esa es justamente su fortaleza. Participar en eventos internacionales y también locales, como lo hemos hecho en el Gran Premio de la Hermandad en la Patagonia.
-Desde su experiencia, ¿cómo puede el deporte servir como plataforma de concientización ambiental? ¿Qué ejemplos actuales destacaría o le gustaría impulsar?
Sin duda, el deporte conecta con las emociones y genera referentes globales. Cuando los fanáticos ven que una categoría de élite corre con e-Fuels, entienden que la sustentabilidad no es una restricción, sino una oportunidad.
Históricamente los autos de carrera son punta de lanza para innovaciones que luego se aplican en la industria automotriz. Por eso, detrás de una carrera, hay una larga cadena: desde separar las moléculas de hidrógeno, hacer miles de análisis, exportar la gasolina y llevarla hasta sus destinos.
-¿Cómo se traduce en acción climática concreta la unión entre deporte y sustentabilidad, más allá de la visibilidad mediática?
Cada competencia en la que participa HIF, como la Porsche Mobil 1 Supercup o la Carrera de la Hermandad en Magallanes, es un verdadero laboratorio en terreno: nos permite demostrar que los e-Fuels ofrecen la misma calidad y rendimiento que los combustibles fósiles, pero siendo sustentables.
Ejemplos como la Supercup o los rally en Patagonia muestran que el futuro puede ser emocionante y verde al mismo tiempo.
“Ejemplos como la Supercup o los rally en Patagonia muestran que el futuro puede ser emocionante y verde al mismo tiempo”.

-¿Qué rol le asigna a los e-Fuels en la transición energética global, especialmente en comparación con vehículos eléctricos, biocombustibles o hidrógeno puro?
Estamos ante una emergencia climática y el mundo se ha trazado metas bien exigentes para bajar sus emisiones. Por eso, necesitamos de todas las soluciones. Los e-Fuels no son una bala de plata para la transición energética, pero son una solución que ya es factible y escalable hoy, con la ventaja de que no necesita nueva infraestructura y puede utilizarse en los motores actuales de los autos sin modificaciones.
-Considerando que el sector transporte es uno de los grandes emisores de GEI, ¿cuáles son las principales barreras para implementar e-Fuels de manera masiva en aviación (SAF), transporte marítimo y terrestre?
En HIF vamos avanzando por etapas. Con Haru Oni ya demostramos que es posible producir e-Combustibles y estamos produciendo e-Metanol, e-Gasolina e e-LG a una escala pequeña. Aprendemos cada día sobre la operación de este tipo de plantas, la cadena de valor y desafíos de esta industria. El siguiente paso es escalar la tecnología y desarrollar plantas de escala comercial que nos permitan producir e-Metanol para barcos, e-Gasolina para autos y e-SAF para aviones.
Se debe crear un mercado propicio, con reglas claras y estabilidad, pero también necesitamos construir un ecosistema que se sume a eso: capital humano, infraestructura, una cadena de proveedores y una buena articulación con el Estado. En todos esos frentes estamos trabajando en nuestros proyectos alrededor del Mundo y en Chile, y nuestro foco es llegar a iniciar la construcción de nuestra primera planta de escala comercial en Paysandú, Uruguay.
-A partir de la experiencia de la planta Haru Oni en Magallanes, ¿qué ventajas competitivas tiene Chile para ser pionero en esta industria? ¿Qué políticas públicas han sido o deberían ser clave como condiciones habilitantes?
Magallanes tiene un viento único: es fuerte, constante y confiable durante todo el año. Eso permite generar energía renovable a gran escala y transformarla en combustibles sintéticos que pueden llegar a cualquier parte del mundo. Para que Chile consolide ese liderazgo necesitamos mantener la visión de largo plazo: reglas claras, permisos más ágiles e infraestructura moderna que dé confianza a los inversionistas y permita escalar esta nueva industria.
-¿Cómo imagina el rol de Chile en el escenario global de los combustibles sintéticos hacia 2030/2035? ¿Qué metas se ha propuesto HIF para esos años?
Chile tiene la oportunidad de transformarse en un polo de innovación mundial en hidrógeno verde y combustibles renovables. Desde el extremo sur del país ya estamos mostrando al mundo que es posible producir e-Fuels que aportan a la descarbonización global.
Nuestra visión es que los combustibles hechos en Magallanes puedan mover aviones, barcos y autos en los principales mercados del mundo.
-En un mundo que busca resultados inmediatos, ¿cómo se motiva usted y su equipo para mantener una mirada de largo plazo, considerando la urgencia climática?
Todos en HIF creemos en el poder de la colaboración, la resiliencia, la innovación y la creatividad. Nuestro equipo trabaja con un propósito diario: colaborar a un mejor planeta y eso genera mucho orgullo. Siempre digo que lo que estamos tratando de hacer es construir algo más grande que nosotros mismos y eso es muy movilizador.
-Finalmente ¿cuándo cree que podremos ver estaciones de servicio en Chile (o el mundo) que ofrezcan e-Fuels para autos particulares a un precio competitivo?
Esperamos ver las primeras estaciones de servicio con e-Combustibles durante esta década. En esa línea se inscribe nuestro acuerdo con ENAP para explorar la venta de nuestro combustible en Chile.
El precio no lo es todo. El sello verde de estas gasolinas tiene un valor intrínseco y una parte creciente de consumidores está dispuesta a pagar por ese compromiso ambiental. Hoy ser competitivo también tiene que ver con ser más sostenible.
“Estamos ante una emergencia climática y el mundo se ha trazado metas bien exigentes para bajar sus emisiones. Por eso, necesitamos de todas las soluciones. Los e-Fuels no son una bala de plata para la transición energética, pero son una solución que ya es factible y escalable hoy”.







