Gigantes del Reciclaje: el carnaval sustentable de grandes títeres con material reciclado
La compañía y taller Máquina de Artes, liderada por su director artístico Felipe Betancourt, recorre todo el país con un espectáculo artístico carnavalero de 36 marionetas hechas con material reciclado que comprenden cuatro campos temáticos relativos al cuidado del planeta y la protección de la fauna silvestre, entre otros. El sistema de trabajo se realiza en directa coordinación con organizaciones de los territorios.


En plena pandemia y en medio del máximo rigor del confinamiento, el artista Felipe Betancourt comenzó a planificar el futuro. En su taller Máquina de Artes, ubicado en la comuna de Providencia, le dio curso a fabricar unos mascarones a partir de materiales que tenían disponibles en el momento, ya que por entonces todo estaba cerrado y la vida se practicaba puertas adentro.
Partió por trabajar con papel y cartón, siempre contando en el horizonte con la estrella refulgente del maestro Tito Guzmán, referente del títere y la marioneta tradicional chilena, reconocido como Tesoro Humano Vivo de Chile en 2016. Betancourt había tomado clases con Guzmán para aprender la técnica de construcción de las marionetas gigantes. “Eso me ayudó mucho a entender cómo se hacían los títeres tradicionales. Yo los empecé a hacer de manera más contemporánea, grandes, para que los pudieran utilizar las personas”, comenta el artista.
En plena pandemia, Betancourt convocó a otros creadores y creadoras a venir al taller, no obstante las restricciones de movimiento que aún regían en el país. Bajo su dirección, comenzaron a crear los vestuarios y a diseñar una especie de carnaval con los personajes fabricados. Ahí nació el nombre Gigantes del Reciclaje, consistente en una propuesta de carnaval sustentable con este tipo de grandes títeres reciclados que pudiesen ser una alternativa cultural en diferentes territorios de Chile. “Empecé a soñar con que se abrían los espacios públicos para volver a encontrarnos con colores y alegría después de estar tanto tiempo encerrado”, agrega Betancourt.
Como Gigantes del Reciclaje, y en la medida en que se flexibilizaban las medidas de confinamiento, salieron a la calle. Aún la gente tenía que usar mascarillas si quería disfrutar al aire libre, por lo que en los videos del proyecto aún se ve gente usando los barbijos. Pero en el caso de Gigantes del Reciclaje, evoca entre risas Betancourt, “nosotros usábamos las máscaras gigantes y esas fueron nuestras mascarillas”.
“Hay personajes que están en Temuco, en Chiloé y en Santiago, están repartidos. Lo importante es que viajamos por todo Chile con la experiencia creada”.

Gigantes trepan por Chile
Ya con la apertura total post pandemia, Betancourt siguió progresando en su propuesta, al punto de reunir a vecinos y vecinas cerca de su taller que contribuyeron aportando papel de diario y telas para diseñar los vestuarios. Y empezaron así a nacer más personajes. Hoy son 36 personajes los disponibles para participar en carnavales de todo el país.
Cuando alguna comunidad del país solicita este servicio que conjuga el reciclaje con el arte, no parten los 36 personajes necesariamente. Más bien su participación se concentra en cuatro diferentes bloques temáticos: animales en peligro de extinción, el carnaval del mar, la tribu flúor y las reinas de la naturaleza.
De hecho, los primeros títeres gigantes fabricados a base de reciclaje fueron las “reinas de la naturaleza”, y constan de personajes sobre los cinco reinos de la naturaleza, para cada uno de los cuales se utilizaron más de 100 kilos de cartón y reciclaje textil. Luego de ello vino el carnaval del mar, para el cual fabricaron una títere gigante conocida como La Pincoya, inspirada por supuesto en la figura mitológica de la Isla de Chiloé. “Eso estuvo inspirado en el cuidado del mar respecto de los plásticos y microplásticos”, explica Betancourt.
Lo de la tribu flúor nació este año en un viaje de Betancourt y el equipo de Máquina de Artes a Rapa Nui. “Ahí conocí también el problema de los microplásticos que llegan de todo el Pacífico a la isla, las tortugas se lo comen”, detalla el creador. Y de esa experiencia nació tribu flúor, referido a 10 personajes inspirados en Rapa Nui, con el que hicieron un pasacalle.
La propuesta no pasa solamente por llevar las marionetas gigantes a cada localidad que las solicita. El paquete completo consta de charlas gratuitas de reciclaje impartidas por Betancourt, y también talleres de reciclaje creativo, a través del cual se busca mancomunar al arte y al reciclaje, y propone educar a las personas en materia ambiental a través de ciclos de formación cortos.
Otro punto muy relevante es que son las propias personas de los territorios las encargadas de ser los titiriteros, es decir, de manipular las marionetas. “Yo no traslado a los actores, sino que se trabaja con la gente de las mismas localidades”, refuerza Betancourt. Cada una de las personas que mueven los títeres reciben una capacitación para estos menesteres. Entre ellos puede haber cualquier persona interesada: profesionales, amateurs, profesores, etcétera. Por lo mismo, “hay personajes que están en Temuco, en Chiloé y en Santiago, están repartidos. Lo importante es que viajamos por todo Chile con la experiencia creada”, señala el director artístico de Máquina de Artes.
Al margen de ello, muchas veces las organizaciones o instituciones que solicitan a Gigantes del Reciclaje organizan talleres para aprender a fabricar títeres con materiales propios de cada zona. Por ejemplo, Betancourt acaba de estar en el Carnaval de Quellón, en Chiloé, donde trabajó con las boyas que encuentran botadas en bordemar tras el uso de las pesqueras y las salmoneras. En Puerto Montt, en tanto, se trabajó en redes de pesca para poder hacer máscaras y vestuarios a partir de las fibras naturales de esos residuos.
Para que la obra conjunta sea eficiente y precisa, las comunidades solicitantes trabajan con anticipación acopiando los materiales que se van a usar en los talleres de confección de los Gigantes del Reciclaje. De manera que “cuando llegamos nosotros, ellos ya tienen todo listo dentro de sus comunidades para poder trabajar en los talleres”. Además de ellos, Máquina de Artes -cuya propuesta abarca un variado abanico de producciones escénicas- se vincula con músicos locales para conformar las batucadas que acompañan los pasacalles de cada carnaval de títeres gigantes reciclados.
“Las clases con el maestro titiritero Tito Guzmán me ayudaron mucho a entender cómo se hacían los títeres tradicionales. Yo los empecé a hacer de manera más contemporánea, grandes, para que los pudieran utilizar las personas”.

En cada una de las participaciones de Gigantes del Reciclaje se procura promover el concepto de reciclaje creativo, relativo a “una manera de ver la vida a través de la creatividad, tomando lo que tenemos para transformar el mundo y proteger el planeta”.
En los mismos carnavales, sobre todo el público infantil se sorprende al advertir la materialidad de los títeres. “Se asombran mucho de ver el papel, las bolsas plásticas, las tapitas. Igual uno siempre tiene que explicitar cuántos papeles ocupamos. Ellos se dan cuenrta que pueden reutilizar de manera creativa”, añade Betancourt.
En este caminar, han logrado, como son sus propósitos, “descentralizar el arte y la cultura” al llevar la cultura titiritera a todo Chile. Hoy cuentan con algunos patrocinios y auspicios, como el de la empresa Cruz del Sur, que los apoya en transporte cuando los gigantes van de gira al sur de Chile. Además, está en curso el rodaje de un documental sobre el proyecto cuya filmación comenzó en aquellos años de pandemia.
A tanto ha llegado la popularidad de los títeres en estos recorridos de norte a sur y de mar a cordillera, que el mismo público ha bautizado a algunos de los 36 personajes de Máquina de Artes. Los más reconocibles son “Monito del monte”, la “Loica viajera”, el “Loro Choroy”. También existe el Picaflor de Arica. Y el más divertido es La Pincoya, pero, según cuenta Betancourt, el público dice que se parece a la Naya Fácil, entonces la bautizaron popularmente así.