Minería Verde y Economía Circular
Para lograr avanzar en esta convergencia, es necesario construir alianzas estratégicas de largo plazo entre la industria minera y las universidad y centros tecnológicos nacionales. La economía circular y el objetivo de una minería verde solo podrán llevarse a cabo si se cuenta con una base sólida de innovación que permitan transformar el sistema lineal actual hacia uno de circularidad, no sirven solo los discursos de buenas intenciones. En nuestra opinión, esto significa la construcción real de una industria 4.0
2019 será recordado como un año emblemático en la discusión referida a sustentabilidad y cambio climático en Chile. COP25 y un sin número de actividades relacionadas se han tomado la agenda del segundo semestre en nuestro país bajo la idea de que “tenemos que actuar”. En este contexto, la industria minera nacional se nos presenta como un espacio de oportunidades para demostrar que el camino de convergencia entre el crecimiento económico, la protección del medioambiente y el desarrollo social es posible de alcanzar, cuando se tiene claridad estratégica.
Primero, Chile es y será un país minero. El reconocimiento esencial que debemos realizar es que nuestro país seguirá contando con una actividad minera de importancia. Las proyecciones de explotación de cobre y litio para las próximas décadas hablan por sí solas y deberían ayudarnos a contextualizar su importancia presente y futura. Esto no significa que el país deje de prospectar y apoyar el desarrollo de otras industrias, como la biotecnología o las industrias creativas, sino que reconoce el valor de una actividad que puede generar riqueza económica siendo a su vez amigable con el medioambiente e incrementando el beneficio social.
Segundo, la industria minera ha sido una industria lineal. La idea de “tomar, hacer, desechar” ha sido la forma de funcionamiento histórico de la cadena de valor en minería, tanto a nivel nacional e internacional. Este modelo se amplifica en sus impactos debido a la escala que la actividad minera posee, evidenciándose con mayor fuerza los pasivos ambientales y sociales comparativamente con otras industrias y el comercio del país. Esto no es sostenible en el largo plazo, tanto desde una mirada general evidenciada por los efectos sobre el cambio climático, como tampoco desde lo específico debido al aumento de los conflictos con los diversos grupos de interés que las compañías podrían vivir en el corto y mediano plazo.
Tercero, es posible realizar una convergencia. La economía circular es un camino para avanzar hacia una minería verde. La economía circular entendida como un sistema industrial que es restaurativo o regenerativo por intención y diseño. Propone el uso de energía renovable, la disminución y eliminación de productos químicos tóxicos, que perjudican la reutilización y el retorno a la biosfera, y apunta a la eliminación de desechos a través del diseño superior de materiales, productos, sistemas y modelos comerciales. Todos estos aspectos aplicados estratégicamente a la industria minera deben generar beneficios económicos, sociales y medio ambientales.
Para lograr avanzar en esta convergencia, es necesario construir alianzas estratégicas de largo plazo entre la industria minera y las universidad y centros tecnológicos nacionales. La economía circular y el objetivo de una minería verde solo podrán llevarse a cabo si se cuenta con una base sólida de innovación que permitan transformar el sistema lineal actual hacia uno de circularidad, no sirven solo los discursos de buenas intenciones. En nuestra opinión, esto significa la construcción real de una industria 4.0
Andreé Henríquez
Centro de Innovación y Economía Circular
Observatorio de Innovación FEN Universidad de Chile