Microplásticos, una amenaza a nuestra salud
Eliminar el uso de plásticos, como se hizo con las bolsas plásticas en Chile, es una opción radical pero difícil de implementar debido a su omnipresencia. La producción de plásticos está asociada al petróleo, por ello, su eliminación implica no seguir usando combustibles fósiles. La solución radica en la investigación y desarrollo de materiales alternativos que sean económicos, abundantes y ecoamigables.
La contaminación ambiental y su impacto en la salud humana es un fenómeno de creciente preocupación mundial, con raíces históricas que se remontan a la Primera Revolución Industrial, en el siglo XVIII. Durante este período, la quema masiva de combustibles fósiles y la liberación de residuos industriales marcaron el inicio de una era de polución sin precedentes. La exposición continua a contaminantes ha demostrado tener efectos perjudiciales sobre la salud humana, provocando enfermedades respiratorias, cardiovasculares, cáncer y trastornos neurológicos. Al día de hoy, de particular interés, son los microplásticos, pues estudios recientes han demostrado que estas sustancias ya son parte del ser humano.
Los microplásticos, definidos como piezas menores a 5 milímetros, pueden ser primarios, lanzados directamente al medioambiente, o secundarios, originados por la degradación de objetos más grandes. La presencia de microplásticos en el agua plantea serios riesgos para la salud humana, incluyendo daños en el tracto digestivo, cambios en el microbioma intestinal y efectos citotóxicos, especialmente en niños.
Los plásticos, derivados del petróleo, están presentes en muchos aspectos de nuestra vida diaria, desde empaques hasta dispositivos electrónicos, debido a su bajo costo y amplia aplicabilidad. Aunque hemos avanzado en tecnologías para reducir el uso de combustibles fósiles, los microplásticos siguen siendo un problema persistente. Desde el punto de vista de la Ingeniería, técnicas como la micro y nanofiltración existen, pero enfrentan desafíos operacionales, altos costos y la cuestión de cómo manejar los residuos resultantes.
Eliminar el uso de plásticos, como se hizo con las bolsas plásticas en Chile, es una opción radical pero difícil de implementar debido a su omnipresencia. La producción de plásticos está asociada al petróleo, por ello, su eliminación implica no seguir usando combustibles fósiles. La solución radica en la investigación y desarrollo de materiales alternativos que sean económicos, abundantes y ecoamigables. Necesitamos encontrar materiales que no contaminen los cuerpos de agua ni sean dañinos, pero que ofrezcan las mismas ventajas de los plásticos actuales.
Para lograr esto, la investigación científica y el desarrollo tecnológico son fundamentales. Es crucial que sigamos buscando materiales que cumplan con estos criterios para reducir el impacto ambiental de los plásticos y garantizar un futuro más sustentable.