La oportunidad de mejorar el diseño regulatorio durante la implementación
“Han sido varios los gobiernos que han trabajado por la creación y entrada en régimen de la Ley REP, y ahora una nueva administración le dará continuidad a esta gran labor atlética de intervalos continuos. Sin embargo, esta vez testeando el diseño. Aquí la capacidad de escucha, monitoreo y de mejora continua serán vitales para el éxito en su implementación”.
Desde la creación del Ministerio de Medio Ambiente de Chile (MMA), en el año 2010, se ha profundizado y acelerado la introducción de regulaciones medioambientales en la actividad productiva. Esta mirada especialista viene a proponer que el factor de daño medioambiental no continúe siendo absorbido por el planeta sino por quien lo genera, disminuyéndolo o eliminándolo.
Es así como, después de una larga trayectoria (idea, discusión, diseño, creación), incluso desde los tiempos de la CONAMA en el año 2006, en 2016 se promulga la ley de gestión del residuo, responsabilidad extendida del productor y fomento al reciclaje, Ley 20.920, que obliga a las organizaciones que introducen un producto prioritario como los neumáticos, baterías, aceites- lubricantes, aparatos eléctricos y electrónicos, envases y embalajes, y pilas, a que ellas financien y organicen su recolección y valorización al final de su vida útil.
A la fecha de este escrito, dos de esos productos prioritarios (neumáticos y envases y embalajes) ya tienen metas establecidas de recolección y reciclaje para que los sistemas de gestión las cumplan durante 2023. A partir de este año, el diseño será desafiado por la implementación.
Han sido varios los gobiernos que han trabajado por la creación y entrada en régimen de esta Ley y ahora una nueva administración le dará continuidad a esta gran labor atlética de intervalos continuos, sin embargo, esta vez testeando el diseño. Aquí la capacidad de escucha, monitoreo y de mejora continua serán vitales para el éxito en su implementación.
Efectivamente, la creación de esta Ley ha sido forjada desde la consulta a muchos actores, algunos presentando miradas propias y otras miradas compartidas que finalmente son concluidas por la visión ministerial. Sea como haya sido, este nuevo gobierno tendrá la oportunidad de reforzar o corregir algunos aspectos que pudieran debilitar el cumplimiento de las metas de valorización.
Específicamente, en la regulación de neumáticos fuera de uso (NFU), los sistemas de gestión en creación pudieran encontrar algunos aspectos que el diseño regulatorio no contempló o no dimensionó o simplemente equivocó. Por ejemplo, que la presentación del plan de gestión para el cumplimiento de las metas de recolección y valorización, que deben entregar estos sistemas de gestión de NFU en abril de este año al MMA, requieren acompañar las autorizaciones del Tribunal de Defensa de la Libre Competencia (TDLC) sobre si los estatutos y bases de licitación no entorpecen la libre competencia, y que en la realidad estarán posteriormente a esa fecha. Posiblemente, el MMA deberá evaluar la postergación de la presentación del plan de gestión, espero, sin que se vea afectado el tan anhelado inicio del cumplimiento de metas previstas para enero de 2023.
Otro aspecto que se ha detectado en la creación de los sistemas de gestión es que, en la base de cálculo para el cumplimiento de las metas de NFU, se use la suma de lo que se enajenó el año anterior, tanto para los neumáticos que han sido introducidos al mercado para recambiar, como los que se han introducido al mercado en vehículos nuevos. Lo anterior, toda vez que la generación de residuos de este producto prioritario que podrán encontrar los sistemas de gestión en los puntos de generación al año siguiente, equivaldrá a solo los neumáticos que en este año enajenarán los productores menos el desgate del uso, justamente serán los neumáticos nuevos vendidos con el fin de recambiar aquellos de vehículos que lo requieran.
Dicho en otras palabras, si el año anterior (x-1) la suma de los neumáticos para reposición (100), más los incorporados en vehículos (32) es 132, el factor de desgaste de la categoría pasajeros es 0,84 y las metas para el año siguiente (x) son 90%, el cálculo de cumplimiento sería (132×0,84)x90%=100. Entonces, 100 sería lo que se debería recolectar y valorizar. Sin embargo, solo se encontrarán en todos los puntos de generación de Chile un máximo de NFU producto del recambio equivalente a los neumáticos nuevos que productores enajenen en el año (x), menos el desgate por el uso. Justamente aquellos neumáticos que necesitaban cambiar los vehículos ese año.
¿Pero cuánto pudiera ser esta cantidad de neumáticos nuevos traídos en el año (x) para la reposición? La respuesta dependerá del escenario de consumo para ese año (x). Si se mantiene igual que el año anterior (x-1) sería 100, si crece 10% sería 110 y si decrece 10% sería 90.
Y si es así ¿cuál sería entonces el escenario de generación de NFU encontrado en todos los puntos de generación? Al aplicar el factor de desgaste de los neumáticos para que sean NFU y que se ha establecido en 0,84, claramente la respuesta sería es 100×0,84=84 en un escenario conservador, 110×0,84=92 en un escenario optimista o 90×0,84=76 en un escenario pesimista.
De lo anterior se desprende que lo que realmente se encontrará en los puntos de generación en el año de cumplimento (x) sería insuficiente para cumplir una meta que contenga en la base de cálculo los neumáticos incorporados en vehículos.
Es decir, no es posible que se visualice un cumplimiento de meta al 90% de 100, con la suma de neumáticos enajenados para reposición, más los incorporados en vehículos en el año anterior, básicamente porque la generación de NFU proviene y se explica desde el comportamiento de recambio del usuario (consumo). La generación del residuo se encuentra en el poseedor del residuo.
Quizás la recuperación del NFU, que vienen incorporados en vehículos, debería hacerse al término de la vida útil del vehículo, cuando este se desarma para chatarra.
¿Cómo estimar esta cantidad? Sería interesante que el MMA pudiera reevaluar las bases de las metas, siguiendo la conducta real de generación del residuo. Tal vez, no pareciera irreal considerar los neumáticos enajenados para reposición de hace 3 años atrás (x-3), más los neumáticos incorporados de vehículos enajenados hace 20 años atrás (x-20), como base de las metas. Lo anterior, toda vez que la generación de residuos requiere que el neumático realmente se desgaste y que el vehículo deje de usarse.
Pase lo que pase, esperamos encontrar la apertura en el MMA para que se generen las conversaciones necesarias, con el fin de que efectivamente nos acerquemos a una economía circular sostenible y realista.