Inversión en Cambio Climático: Oportunidades y Riesgos
“Lo que deben tener presente los asesores financieros es como descarbonizar sus portafolios y alinearlos con la nueva economía baja en carbono, y de esta forma disminuir el riesgo climático de sus inversiones”.


Para nadie es desconocido durante los últimos años, las inversiones relacionadas al cambio climático, han ido en progresivo aumento. Los inversionistas se enfrentan a nuevos riesgos, en la medida la economía mundial se mueve en una transición a un futuro bajo en emisiones de gases de efecto invernadero.
Nos encontramos en un momento crucial para explorar y desarrollar nuevas ideas a partir del concepto de “inversiones asociadas al cambio climático”, lo cual significa evaluar, al momento de efectuar inversiones, los efectos de las mismas. Lo anterior cual puede entenderse en dos direcciones, una en el dirigir el foco en ciertas inversiones dejando de la inversión en ciertos activos, que, más temprano que tarde, caerán en la categoría de “activos varados”, que por cierto ira evolucionando y alcanzando mayores sectores de la economía.
Veamos un ejemplo. Hoy día y tomando en cuenta que, dentro de los próximos 4 a 5 años los precios de los vehículos eléctricos, podrían llegar a igualar los precios de los autos a combustión interna, y que sus costos de mantención y operación son muy inferiores, no se ve factible invertir en una compañía que fabrique automóviles a combustión interna, muchas de ellas ya han anunciado planes para migrar hacia la electromobilidad. Hoy existen apoyos de los Gobiernos para esta transición ocurra con mayor rapidez, lo que refuerza la idea de la electromovilidad será el “nuevo normal” dentro de muy poco.
Lo anterior se ve reforzado por el desarrollo de nuevas regulaciones destinadas a la disminución de las emisiones de gases de efecto invernadero a las cuales se verá enfrentada la industria. Recordemos que el Proyecto de Ley sobre Cambio Climático, promueve el establecimiento de límites de emisiones de gases de efecto invernadero al indicar que en su artículo 13 sobre normas de emisión. Mandatando al Ministerio del Medio Ambiente elaborar normas que establecerán la cantidad máxima de un gas de efecto invernadero y/o un contaminante climático de vida corta que podrá emitir un establecimiento, fuente emisora o agrupación de éstas.
Todo lo anterior traerá como consecuencia el desarrollo acelerado de las innovaciones tecnológicas destinadas al cumplimiento de las regulaciones.
Como consecuencia de los anterior, algunos sectores de nuestra economía, aquellos intensivos en emisiones de CO2, como el transporte en base a combustibles fósiles, la generación de electricidad a partir del carbono, serán gravemente afectados e irán perdiendo atractivo para los inversionistas. A contrario sensu, la electromobilidad y las energías renovables no convencionales (ERNC) continuaran atrayendo inversionistas.
Lo que deben tener presente, los asesores financieros es como descarbonizar sus portafolios y alinearlos con la nueva economía baja en carbono, y de esta forma disminuir el riesgo climático de sus inversiones.
Las compañías que se anticipen a este nuevo paradigma, se encontraran bien situadas para atraer nuevos inversionistas El análisis de la intensidad de emisiones de CO2 será un indicador cada vez más importante, y una exigencia regulatoria, de cara a las inversiones.
Del mismo modo los inversionistas deberán tomar en cuenta el crecimiento del “consumo responsable” que está tomando fuerza entre las generaciones más jóvenes, que cada vez más preguntan por el origen y trazabilidad de los productos y servicios que consumen.