El gobierno del presidente Boric: ¿un gobierno ecologista?
“Que el gobierno del presidente Boric se haya definido como feminista está muy bien pues, para que haya un gobierno ecologista, tendrá que cambiar previamente la relación entre mujeres y hombres. Esto es fundamental para poder avanzar después transformando la relación seres humanos – naturaleza. En este sentido, la existencia de un gobierno feminista, crea las condiciones para que con posterioridad pueda existir un gobierno ecologista”.
Espero que bajo la presidencia de Gabriel Boric tenga lugar uno de los gobiernos con más conciencia ambiental de la historia de este país. Sin embargo, estoy convencido de que no será un gobierno ecologista por dos grandes razones.
En primer lugar, porque la nueva Constitución que tendrá Chile no será una Constitución Ecológica: no cambiará la relación que tenemos con la naturaleza. Chile seguirá siendo un país extractivista que tratará de crecer en lo económico como sea posible. La única diferencia será que ahora se modernizará el lenguaje: todo acto económico será presentado como “sustentable” aunque se siga haciendo básicamente lo mismo.
Un ejemplo de esto es la actitud que ha tenido la población y las autoridades con respecto a la aparición de cerros de ropa traída del exterior en el desierto de Atacama. Nada se ha hecho para investigar cómo nuestro desierto se convirtió en basurero de la sociedad de consumo. Decir que la moda ahora debe ser “sustentable” (como creen algunos de los nuevos ambientalistas criollos) no es creíble ni deseable. Ya no basta con pregonar el reciclaje y la reutilización de los bienes de consumo. Es necesario reducir y simplificar la vida. Entonces, en este contexto, hay que eliminar directamente el concepto “moda” a la hora de vestir.
Lo mismo sucede con el litio, un “recurso natural” no renovable que, al igual que el salitre, nos permitió tener un auge económico efímero. Muy pronto el dueño de la principal compañía dedicada al litio, que alguna vez fue de todos los chilenos, se convertirá en uno de los hombres más ricos del mundo por explotar un mineral no metálico no renovable que ahora aparece presentado como “verde” o “sustentable”.
El segundo factor que me hace pensar que un Chile “ecológico” aún está muy lejos es una razón más profunda y es que todavía tenemos una élite política, económica y cultural antropocéntrica. Esta élite dominante todo lo considera en torno al hombre y sus necesidades sin reconocer a los seres humanos como una especie más dentro del reino animal que debe vivir también según los límites de la naturaleza. La crisis climática y ecológica nos indica que ya hemos transgredido varios de estos límites y, como lo reconoce el último informe del Panel Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC), se ha llegado a una situación en la que como especie o respetamos los límites o directamente desapareceremos.
Que el gobierno del presidente Boric se haya definido como feminista está muy bien pues, para que haya un gobierno ecologista, tendrá que cambiar previamente la relación entre mujeres y hombres. Esto es fundamental para poder avanzar después transformando la relación seres humanos – naturaleza. En este sentido, la existencia de un gobierno feminista, crea las condiciones para que con posterioridad pueda existir un gobierno ecologista.
Desde mi punto de vista, el gobierno del presidente Boric tendrá dos etapas bien definidas. La primera será con la vieja Constitución vigente. Durante este período deberá confiar en sus propias políticas administrativas ya que no tendrá mayoría en el nuevo parlamento para impulsar transformaciones estructurales.
Estas mismas transformaciones podrán venir después, en una segunda etapa, con la entrada en vigencia de la nueva Constitución y con la elección de nuevas autoridades legislativas y gubernamentales. Pero, como señalé antes, el carácter “antropocéntrico” de la mayoría de los convencionales –ya sean de izquierda, de centro o derecha- no augura una defensa muy fuerte de los derechos de la naturaleza.
La crisis climática y ecológica necesitará esfuerzos similares a los que hacen los pueblos en una guerra. Probablemente dentro de pocos años más (y no en 30 años) tendremos que volver a redactar una nueva Constitución que estará centrada en la sobrevivencia de la especie humana. Si el nuevo gobierno acepta esta verdad incómoda podrá ahorrarnos muchos sufrimientos e improvisaciones de última hora.
El problema que tenemos hoy es que la crisis ecológica y climática nos apremia y la inacción que hemos demostrado los seres humanos es francamente vergonzosa. Es por esto que el gobierno de Boric será en materia ambiental un gobierno de transición entre un viejo orden que se resiste a morir y un nuevo orden al que le está costando mucho nacer.