“Otro consumo es posible”: la consigna de la Cooperativa La Manzana de Valdivia
De la capital de Los Ríos es esta red de 120 socios que acceden a productos responsables con el medio ambiente, donde priman criterios de justicia social, el comercio justo y, en general, todos los principios cooperativistas. A principios de año la tienda física que tenían en Valdivia sufrió un incendio, por lo que inauguraron una nueva sede en la ciudad en la que se ofrecen los productos. También existe una opción de canasta agroecológica con una selección de vegetales y frutas cosechados sin uso de agroquímicos.
En enero de este año, un incendio arrasó con la tienda física que Cooperativa La Manzana tenía en la calle Pérez Rosales de la hermosa ciudad de Valdivia. Sin embargo, la tragedia, lejos de amilanar el esfuerzo de sus socios, los impulsó a reinventarse y a conseguir otro espacio para comercializar los productos. Actualmente Cooperativa La Manzana tiene una nueva tienda en la calle Baquedano 1165, en la misma ciudad atravesada por varios cursos fluviales.
Aún en una fase de recuperación, La Manzana es una cooperativa de consumo responsable que se conformó en 2009 -es decir hace 15 años- gracias al interés “de varias familias interesadas en abastecerse de alimentos agroecológicos, limpios, con comercio justo”, cuenta Pastora Carcher, presidenta de la organización. En ese tiempo, añade Carcher, para poder conformar una cooperativa había que juntar 100 socios/as. De manera que cuando lograron reunir a 10 familias, éstas tuvieron la misión de juntar a 10 personas más y así se llegó al número exigido.
“La misión que tenemos es reunir y ofrecer alimentos responsables con el medio ambiente, promoviendo la justicia social del territorio, además de promover el consumo responsable en la comunidad y facilitar el acceso de la comunidad a estos alimentos sanos, limpios y con enfoque local”, añade Carcher.
La comunidad de socios que tiene Cooperativa La Manzana, cuyas otras funciones son ser una plataforma para productores locales y potenciar la agricultura familiar campesina, llega actualmente a 120. “Hemos trabajado con amor para ser la principal plataforma comercial y de promoción para los productores locales y agroecológicos de la Región de los Ríos, siendo un referente de negocio cooperativo en nuestro país; caracterizado por el vínculo de nuestras familias consumidoras con los productores familiares campesinos, la implementación de los principios de comercio justo y circuitos cortos de comercialización, la alimentación saludable y las decisiones de consumo consciente”, se señala en su página web.
“En el tema de la canasta, nosotros les aseguramos a nuestros proveedores locales que les va a llegar un monto fijo cada tres meses por sus frutas y verduras. También tenemos un polo de educación. Nos enfocamos también en educar a la población sobre el consumo responsable”.
En la tienda de calle Baquedano, La Manzana ofrece productos de distintos proveedores. Se privilegian aquellos que tienen buenas prácticas laborales, sociales y ambientales. Actualmente la tienda ofrece una multitud de productos a granel y una canasta agroecológica -con verduras y frutas cultivadas sin uso de químicos- que funciona con una inscripción trimestral y que busca fomentar la economía familiar campesina. Pero el proyecto excede la fórmula de una mera tienda que vende productos.
“En el tema de la canasta, nosotros les aseguramos a nuestros proveedores locales que les va a llegar un monto fijo cada tres meses por sus frutas y verduras. También tenemos un polo de educación. Nos enfocamos también en educar a la población sobre el consumo responsable. Y tenemos también un polo de proyectos donde levantamos distintos fondos para realizar actividades sobre consumo responsable”, añade Pastora Carcher.
Prueba de la variedad de proyectos que involucra Cooperativa La Manzana es una iniciativa de cultivo agroecológico de legumbres en la Región de los Ríos y la de la Araucanía -de esta última, específicamente en Pitrufquén- junto a 14 agricultoras y un agricultor.
En la elección de los productos que se venden de la tienda valdiviana, la cooperativa cuenta con un protocolo de ingreso de productos. “Intentamos de que cumplan algunos requisitos, como que sean locales o responsables en su forma de producción o responsables en su empaque, que sean de cartón o vidrio, en fin, materiales que se puedan reciclar”, comenta la presidenta de La Manzana. Dentro del paquete de productos se encuentran legumbres, cereales, arroz, avena, quínoa, azúcar, harinas y otros.
“Las cooperativas son básicamente empresas, pero que se organizan y funcionan de manera horizontal. Somos un movimiento económico político de organización más plural. Se promueve la democracia y cada socio es un voto”.
El poder de la cooperativa
Pastora Carcher aclara que La Manzana es una “cooperativa de consumo responsable” y no de trabajo o agrícola. “Somos familias que consumimos, no que producimos, y nuestros proveedores no son necesariamente socios. Hay algunos socios que proveen, pero no es obligación que provean para ser socios”, añade la presidenta, a quien le parece importante consignar que la cooperativa hoy se encuentra trabajando con la Fundación Lepe.
En lo sustancial, La Manzana adscriben a siete principios elementales del cooperativismo: adhesión voluntaria y abierta; gestión democrática por parte de los asociados; participación económica de los asociados; autonomía e independencia; educación, formación e información; cooperación entre cooperativas; y preocupación por la comunidad.
“Las cooperativas son básicamente empresas, pero que se organizan y funcionan de manera horizontal. Somos un movimiento económico político de organización más plural. Se promueve la democracia y cada socio es un voto”, explica la presidenta de La Manzana, quien agrega que cada socio debe cancelar una cuota anual y cumplir un voluntariado anual de tres horas de trabajo voluntario para la organización en los diferentes avatares que entraña la labor de pertenecer.
Al mismo tiempo, Carcher especifica que la autonomía del poder político les permite tomar decisiones que velen por la sostenibilidad de la cooperativa y así evitar cualquier conflicto de interés. Respecto del punto de la relación con otras cooperativas, la presidenta de La Manzana comenta que cuando sufrieron el incendio de su tienda original, recibieron mucho apoyo de otras organizaciones de este tipo, ya que buscan satisfacer alguna necesidad, pero también aportan un valor social agregado.
“Tenemos beneficios para nuestros asociados, siempre y cuando estén al día con sus cuotas anuales y sus horas de voluntariado que son parte de nuestros requerimientos como de cooperativa y que están en nuestros estatutos de incorporación”, aclara la presidenta, que defiende la consigna “otro consumo es posible” que guía los pasos de la organización.