Bloqueadores solares: Especialistas explican el enorme daño que provocan sobre el ecosistema marino
Si bien los bloqueadores solares resultan esenciales para proteger la piel de los efectos dañinos del sol, ciertos ingredientes presentes en estos productos pueden perjudicar al ecosistema marino, según reportan diversas investigaciones a nivel internacional. De ahí la importancia de escoger un bloqueador amigable con el medio ambiente, aun cuando no hay normas en Chile que así lo certifiquen. Para ahondar en esta materia, País Circular conversó con Alejandro Briso, magister en Química y Doctor en Ciencias de la Ingeniería; Bárbara Thomassen, bióloga marina, buzo y emprendedora; y Catalina Velasco, bióloga marina y Doctora en Ciencias Antárticas y Subantárticas.


Aunque todavía es un campo poco explorado, hay suficientes investigaciones internacionales que permiten confirmar el enorme daño que provocan los bloqueadores solares sobre la fauna y flora marina. Sobre todo en veranos especialmente calurosos, como el actual, el uso de estos productos se incrementa con el alza de turistas en zonas con mar, lagos y ríos.
Debido a sus componentes químicos, como la Oxibenzona y el Octinoxato, los bloqueadores solares generan impactos sobre el medio acuático que están levantando cada vez más alertas. Y así, mientras investigadores aportan con nuevos antecedentes, principalmente en el estudio de corales y microalgas, el mercado se ha ido actualizando con una oferta de productos biodegradables como una alternativa a los bloqueadores convencionales.
Alejandro Briso, Magister en Química y Doctor en Ciencias de la Ingeniería, explica que “los bloqueadores solares, junto con fármacos y productos de cuidado personal, entre otros, son considerados contaminantes emergentes, ya que son agentes que pueden generar una posible interacción antagónica en el medio ambiente. Y por definición, son contaminantes que no están normados”.
“Como en el ciclo de cualquier contaminante, como fue en el caso de los pesticidas, entre más información o evidencia se tenga, más rápido se hace sentir la necesidad de normar a ese contaminante, dependiendo siempre de cada país o forma de gobierno. Pero en Chile, específicamente en cuanto a bloqueadores solares, no hemos avanzado en términos de políticas públicas. Probablemente, por la falta de estudios y porque son daños que se ven a largo plazo”, señala el académico.
Componentes nocivos
Los bloqueadores solares se elaboran a partir de filtros que pueden clasificarse en dos grupos: filtros químicos y filtros físicos. Los filtros químicos son aquellos que se encuentran en los productos tradicionales y que resultan más dañinos para el ecosistema marino.
Estos filtros absorben los rayos UV del sol y los transforman en calor, que luego se disipa en la piel. En cambio, los filtros físicos o minerales, recomendados para productos ecológicos, funcionan reflejando los rayos del sol antes de que lleguen a la piel.
Alejandro Briso declara que “un bloqueador solar per se lo que busca es la protección de los rayos ultravioletas y para eso está compuesto por distintos ingredientes. Pero el principal que amenaza a la vida marina es el filtro que funciona a través de una reacción química”.
Entre los filtros químicos, que son sintéticos, destacan la Oxybenzona, la Avobenzona, el Octisalato, el Octocrileno, el Homosalato y el Octinoxato. Mientras que el Óxido de Zinc y el Dióxido de Titanio corresponden a los principales filtros físicos, que naturalmente están presentes en el ambiente.

“Los bloqueadores solares, junto con fármacos y productos de cuidado personal, entre otros, son considerados contaminantes emergentes, ya que son agentes que pueden generar una posible interacción antagónica en el medio ambiente”.
Bárbara Thomassen, bióloga marina, buzo y creadora de Autótrofa.Rapanui, una línea de productos espagíricos y cosmética artesanal, comenta que el filtro más nocivo y, por lo tanto, que ha acaparado mayores investigaciones, es la Oxibenzona. “Este es un químico orgánico que se utiliza mucho en bloqueadores solares y otros productos de cuidado personal. Si bien te protege inhibiendo los rayos del sol, genera una alteración a nivel hormonal en muchas especies y también es un disruptor endocrino. Es decir, afecta a distintos animales marinos en diferentes etapas del desarrollo y, por ende, no pueden llegar a su etapa final. También se produce un cambio hormonal y las especies no se pueden reproducir al 100%. O a veces se feminizan o masculinizan poblaciones de peces o invertebrados marinos”, detalla la especialista.
Alejandro Briso coindice en que los efectos de los bloqueadores solares se producen a nivel de la cadena de ADN, del sistema inmune y del sistema endocrino de diferentes especies. “Como son disruptores endocrinos, pueden afectar el crecimiento de las algas verdes y de algunos tipos de moluscos bivalvos, así como alterar la fertilidad de peces y el sistema inmune de ciertos tipos de erizos de mar, según se ha registrado. A estos daños se les atribuye una contribución por alguno de los químicos que se ocupan en los filtros UV, aunque también podrían ser afectados por otro tipo de microcontaminantes que estén en el agua”, advierte el magister en Química.
Corales en peligro
Los corales forman un ecosistema fundamental para la reproducción y conservación de muchas especies marinas, ya que no solo son un recurso alimenticio, sino también un hábitat para organismos como plantas, bacterias y peces. Sin embargo, su existencia se ve gravemente amenazada por la contaminación derivada de los filtros solares, según indican los estudios.
Al respecto, Bárbara Thomassen señala que “los corales sufren una alteración endocrina, así como en la simbiosis entre el huésped coralino y su simbionte algal, lo que al final induce al blanqueamiento de los corales. Eso es lo que pasa cuando hay demasiada Oxibenzona presente en el ambiente. Este químico está hace muchos años en el mar, pero en el último tiempo se han hecho pruebas y se ha demostrado que es dañino”.
Catalina Velasco, bióloga marina de la Universidad de Valparaíso y Doctora en Ciencias Antárticas y Subantárticas de la UMA, reafirma estos dichos aseverando que “los corales duros son una de las especies más afectadas por el bloqueador solar. Los corales que forman arrecifes son el resultado de una simbiosis. Por un lado, tienen una parte animal que es el pólipo y, por otro, una parte alga, que son las zooxantelas, que viven adentro de los pólipos”.
“Entonces, lo que sucede es que el bloqueador solar afecta la capacidad fotosintética de esta microalga que habita el coral. Y esto no es menor, porque la microalga es responsable de aproximadamente la mitad de la alimentación y del metabolismo del coral. Por una parte, el coral se alimenta de forma heterótrofa, capturando microorganismos desde la columna de agua con los tentáculos. Y, por otra, la realiza a través de fotosíntesis; es decir, de forma autótrofa y esa es prácticamente la mitad de su energía. Por lo tanto, cuando un coral se ve afectado y las microalgas no pueden realizar fotosíntesis, se pierde gran parte de la energía del coral, lo que lo estresa, lo enferma y, eventualmente si eso se mantiene, el coral puede llegar a morir”, explica Catalina Velasco.
Cabe destacar que el blanqueamiento coralino se debe en realidad a la pérdida de las algas que habitan en ellos. Y es que al estar sometidos a estrés, los corales expulsan a las algas, desencadenándose así su pérdida de color. Si el coral muere, se afecta finalmente a todo el ecosistema marino que construye.
“Se podría decir que por un poquito de bloqueador solar no pasa nada. Pero hay estimaciones que indican que al océano llegan unas 25.000 toneladas de bloqueador solar al año. Entonces, es grave. Más aún, considerando que uno de los organismos más afectados son los arrecifes de coral y también uno de los sitios de buceo más frecuentados, tanto por los buzos, bañistas y turistas que van a hacer snorkel. Si todos ellos entran con bloqueador, empieza a ocurrir un efecto acumulativo. Y ya que el arrecife es de los ecosistemas más amenazados del océano, lo que hace el bloqueador es adicionar una presión y un estrés extra”, indica la Doctora en Ciencias Antárticas.

“Los corales sufren una alteración endocrina, así como en la simbiosis entre el huésped coralino y su simbionte algal, lo que al final induce al blanqueamiento de los corales. Eso es lo que pasa cuando hay demasiada Oxibenzona presente en el ambiente”.
Soluciones y recomendaciones
Como alternativa a los productos convencionales, surgieron hace un tiempo los denominados protectores solares Ocean friendly, que respetan el ecosistema marino y los Reef safe, que prescinden de ingredientes que puedan perjudicar a los corales. En Chile ya hay cadenas que los comercializan y que lo promueven como una opción ecológica, pese a que estas etiquetas no están reguladas.
En opinión de Alejandro Briso, “se ha demostrado que algunos de estos productos de reemplazo podrían ser metabolizados de forma segura por las especies de la flora y la fauna marina. O que serían inertes en términos de reacción. Por ejemplo, filtros biodegradables que son de tipo inorgánico, como el Dióxido de Titanio o el Óxido de Zinc, que podrían no interaccionar de una forma tan agresiva como otros más dañinos, como la Oxibenzona o el Octinoxato. Estos son mucho más persistentes en el medio ambiente, por lo que pueden generar problemas en todo lo que tenga que ver con las cadenas tróficas”.
“Entonces, estos productos son formulaciones, por ejemplo, libres de microplásticos o que tienen filtros UV que son biodegradables y, por lo tanto, contribuyen a que el efecto que pueda generar a nivel de la flora y la fauna sea el mínimo posible. Todavía son productos escasos y efectivamente tienen un costo un poco más alto. Sin embargo, si queremos avanzar en la protección de la vida acuática, es lo que en el futuro debería incentivarse para la población”, afirma el químico y Doctor en Ciencias de la Ingeniería.
“Sobre todo al entrar en contacto con el agua en zonas protegidas, con flora endémica o barreras de corales, creo que es sumamente importante privilegiar el uso de bloqueadores solares que sean biodegradables o Reef safe, para que la interacción sea lo más inocua y sostenible posible. Por ejemplo, hay zonas en México, Brasil o Australia donde está prohibido el uso de bloqueadores solares no biodegradables, por normativas locales”, destaca Alejandro Briso.
Si bien Bárbara Thomassen no apoya que se prohíba el baño en ciertas aguas, como ha ocurrido en casos más extremos, sí respalda “que se haga una regulación y prohibición de venta y uso de productos que contengan Octocrileno y Oxibenzona, como en Xcaret México. Allá te quitan el bloqueador solar, pero ellos te pasan uno elaborado con ingredientes que no dañan el ambiente marino. Aquí en Isla de Pascua debería ser así. En Hawái, por ejemplo, también sé que prohibieron el uso de bloqueador solar con estos productos químicos dañinos”, recalca la bióloga marina que hoy reside en Rapa Nui.
Según Alejandro Briso, “la recomendación primordial es fomentar el uso de estos bloqueadores que son biodegradables, que en la etiqueta lo dice. Y cada vez se indica más visiblemente, porque es algo que las marcan están impulsando. Pero así como está la campaña contra el cáncer de piel, esto debería ir de la mano de alguna acción por parte del Ministerio del Medio Ambiente para motivar a la población a usar este tipo de protectores solares. Eso sí, es importante hacer el llamado a la industria a poder dar la facilidad en términos de acceso para este tipo de bloqueadores con nuevas tecnologías y que entonces vengan a aliviar el efecto que pueden tener en el medioambiente”.
“Lo que yo recomiendo es usar un bloqueador solar físico mineral”, indica Bárbara Thomassen. “Por ejemplo, con Oxido de Zinc, que es un químico blanco, un polvo blanco que provoca que el sol llegue a tu cara y refleje el sol, pero no lo absorba. También lo que se recomienda es ocupar gorro, usar poleras largas y evitar exponerse en la hora cénit bajo el sol, que es entre las 11.00 y las 15.00 horas”, aclara la buzo.
Una opinión más radical es la que tiene Catalina Velasco, quien señala que “siempre la mejor alternativa va a ser, si entras al mar, no usar bloqueador. Protegerse con ropa, con poleras de lycra con protección UV, poleras Rashguard, gorros, lentes de sol; protegerse de esa manera de forma física. Pero si por A,B,C motivo tienes que sí o sí usar bloqueador solar, ya sea porque tienes una hipersensibilidad o cáncer de piel, escoger siempre una alternativa que sea Reef safe. Y usarlo siempre al menos una hora antes de ingresar el agua para que se absorba”, sugiere la bióloga marina de la Universidad de Valparaíso.
“Pero no recomiendo las alternativas Reef safe de inicio. Siempre es mejor protegerse con ropa, porque los bloqueadores solares Reef safe igual tienen compuestos que pueden ser dañinos para el arrecife u otros organismos. Por ejemplo aceites, que pueden incluso bloquear físicamente o hacer una especie de efecto sombra sobre los corales, evitando así que las microalgas hagan la fotosíntesis de forma correcta. Entonces, siempre es mejor meterse al agua sin bloqueadores solares, sin cremas para peinar, sin ningún producto químico. Porque todo esto eventualmente daña los ecosistemas marinos, porque no es solo lo que tú te aplicaste, es lo que se aplicaron millones de personas más”, argumenta Catalina Velasco.

“Siempre la mejor alternativa va a ser, si entras al mar, no usar bloqueador. Protegerse con ropa, con poleras de lycra con protección UV, poleras Rashguard, gorros, lentes de sol; protegerse de esa manera de forma física”.
Bloqueador casero ecológico
Finalmente, otra alternativa para dejar de usar bloqueadores solares convencionales y así, contribuir en parte a frenar que la industria los siga elaborando, es fabricar un bloqueador solar natural, según lo sugiere Bárbara Thomassen.
“Yo soy buzo y trabajo en el mar todo el día. Por lo tanto, ocupo bloquear solar, pero uno que yo misma me preparo a base de tres ingredientes y que es bastante efectivo. Contiene grasa, cera de abeja y Óxido de Zinc. El Óxido de Zinc en el ambiente obviamente se acumula, porque también es lipofílico, pero no le hace daño o le hace menos daño al ecosistema marino, ya que no es un ingrediente orgánico ni químico. Es un mineral físico”, explica la emprendedora.
“Es muy simple hacer un bloqueador solar y puede prepararse solamente con tres ingredientes. Lo que sí hay que tener cuidado y ser riguroso, es en las dosis. Por ejemplo, con el Óxido de Zinc, la máxima dosis para usar en la fórmula es un 25%. Más de eso es malo. No es dañino, pero te va a secar la piel. Además, puedes usar una grasa como base, por ejemplo, cebo de res, karité o algún aceite. Y complementar con algo que endurezca, que puede ser una cera de abeja, como yo lo hago. Al final, el bloqueador solar, mientras más simple mejor. Y hacerse el propio bloqueador solar siempre es una buena opción. De hecho, los químicos farmacéuticos, que son las únicas personas que pueden elaborar cosméticos en regla, lo recomiendan”.
Y aunque la buzo insiste en la importancia de no exponerse en las horas cénit, sí recalca en la necesidad de “tomar sol sin bloqueo solar, obviamente, porque el sol es necesario para vivir. El cuerpo necesita realizar procesos importantes gracias a la luz del sol, como fijar vitaminas y crear melatonina”.