Muka apuesta por el diseño y la innovación con sus productos de caucho reciclado
Nacida en 2017 tras obtener un Corfo Semilla, la empresa valoriza el grano de caucho reciclado, convirtiéndola en una gran variedad de productos enfocados en las áreas de deco-hogar, deporte, oficina y jardín. Si bien al principio estaban totalmente abocados al retail, ahora el foco está puesto en los regalos corporativos y en productos para la gran industria, como la minería.

Cristóbal Romero estaba egresando de la carrera de arquitectura en la universidad en 2012 cuando fue invitado a la primera planta de reciclaje de neumáticos en Chile. Junto con su entonces socio Nicolás conocían al gerente de dicha planta, quen les planteó la necesidad que había en el mercado de hacer innovación con el grano de caucho reciclado. Era un tema aún en incipiente desarrollo, ni comparado con el momento actual, en que la sustentabilidad y la economía circular están en el corazón de varias empresas.
Por entonces casi el único material que había en el mercado hecho a partir del caucho reciclado eran las palmetas para el suelo. Ahí fue cuando Romero vio la oportunidad de incluir algo distinto, de “poner algo de diseño”, según dice. De manera que partieron por los muebles, para cuya fabricación debían procurar que el aglutinante ocupado no se desgranara. “El hecho de probar aglutinante es como la repostería: hay que evaluar aspectos como el timing el porcentaje para revolverlo y mezclarlo, y una serie de cosas que demoramos harto y fuimos sacando prototipos”, agrega el CEO, quien así describe la “prehistoria” de Muka.
En rigor, asegura Romero, el puntapié inicial de Muka es 2017 cuando la empresa ganó un Corfo Semilla. Hoy Muka es una empresa que fabrica productos de diferente índole a partir del grano de caucho reciclado, y que abarca distintas áreas como deco-hogar, oficina, deporte y jardín. Partieron exclusivamente en el retail, pero ahora el enfoque del negocio giró hacia los regalos corporativos y, aun con más fuerza, en los productos para la gran industria, sobre todo la minería.
“Partimos con muchas felicitaciones, pero cero ventas. Fuimos evolucionando. Nos dimos cuenta que no nos podíamos quedar sólo con lo sustentables, sino que había que adicionar cosas, darle más valor. Son cosas que uno entiende en el proceso; al final tuvimos que pensar en qué ganaba el cliente adquiriendo un producto mío. Nuestros pilares son el diseño, la calidad y la innovación: juntos comulgan con la sustentabilidad y son igual de importantes”, explica Cristóbal Romero.
Según el fundador, “la idea de Muka era no sólo ser novedosos, sino ser una alternativa, llegar a que los clientes gastaran un poco más de plata cuando quisieran tener un Muka: algo distinto, de calidad, no contaminante, innovador, que dura más que otros materiales y hecho en Chile”.
En la cadena de reciclaje del neumático fuera de uso, Muka entra en el plano de los valorizadores, tomando el grano triturado que les compra a distintas plantas. En paralelo, Muka ayuda a las empresas a la gestión de sus neumáticos. “Es parte de la educación eliminar la idea de que mucha gente cree que nos está regalando sus neumáticos y nos está ayudando. Nuestra respuesta es: como cualquier residuo, te van a cobrar”, comenta el arquitecto.

“la idea de Muka era no sólo ser novedosos, sino ser una alternativa, llegar a que los clientes gastaran un poco más de plata cuando quisieran tener un Muka: algo distinto, de calidad, no contaminante, innovador, que dura más que otros materiales y hecho en Chile”.
Los productos Muka
Si uno bucea por la página web de Muka, encuentra una impresionante diversidad de productos de caucho reciclado. A saber: en el área de deco-hogar, puede adquirir posavasos, muebles, individuales y mat para animales; en el de entretenimiento y deporte, destacan los mat para diferentes usos, como para practicar yoga; en el de “home office”, resaltan los apoya muñecas para el notebook, los mat pizarra y los apoya celulares; y en el de jardín, hay maceteros, jardineras y mulch.
Todo esto aún está disponible en el e-commerce del sitio web de Muka. Empezaron justamente en el mercado del retail, donde se toparon con el e-commerce de Falabella. El hecho de que esta multitienda tuviera una línea de productos verdes “nos ayudó harto, nos ocuparon dentro de las marcas más importantes”. Con el tiempo, sin embargo, se les hizo complicado sostener el negocio por una serie de variables. “Se nos hizo difícil mover toda una maquinaria por un posavasos”, esgrime Cristóbal Romero.
Hoy el emprendimiento se encuentra en una etapa de mutación hacia otros frentes de negocio: los regalos corporativos y los productos para la gran industria, como la minería. En el primer caso, se dieron que podía ser más rentable hacer regalos corporativos para mayor identificación de las empresas. “Entre vender 10 maceteros chicos en una semana estabas vendiendo 150 o 200 a una empresa”, dice Romero, para quien este giro acarreó otros desafíos como el flujo de caja, fabricar más rápido, los timings. Y complementa: “Es distinto mostrarte como empresa en el mundo corporativo que en el retail”.
La venta de estos regalos corporativos suelen acompañarla con charlas para dejar instalado el “bichito” de la economía circular dentro de las empresas. “El mensaje es: no te quedes en el regalo corporativo, quédate en cómo tomar residuos de tu empresa para transformarlo en algo útil”, refuerza Romero.
El frente de los regalos corporativos, sin ir más lejos, entró en otra línea de la empresa que tendrá su propia página web Muka Factory, dentro de la cual también figurará otro frente que están intentando robustecer: el de los productos para faenas mineras. Dentro de este negocio, figuran las cuñas de caucho reciclado (para estacionar las camionetas), pisos peatonales para usar en la industria minera y puntos de reciclaje. “Ahí, a nivel industrial, es cuando recién empiezas a hacer una verdadera economía circular”, asegura Romero. Lo dice porque “tener producto de consumo para grandes empresas efectivamente ayuda a reducir el uso de materiales como el hormigón o el plástico”.

“Hay clientes que están pagando el 30 por ciento del producto sólo en despacho. Ese tipo de cliente valora mucho lo que estamos haciendo. Eso es lo bueno de llevar tanto tiempo, da a entender que la marca tiene reconocimiento”,
La fidelidad de los clientes
Según calcula Romero, Muka transforma más de 1.000 kilos de caucho reciclado mensualmente. Existe una modalidad interesante, y es que por cada producto ofrecido en el e-commerce de la empresa, está señalada la equivalencia en neumáticos fuera de uso reciclados. Por ejemplo, en el producto banca terraza interior, si uno presiona la pestaña “detalles”, se señala que “a partir de dos neumáticos tamaño promedio generamos 1 Banca Muka. Sé parte del consumo responsable con nosotros”. Por cada punto de reciclaje, en tanto, se informa que equivale a 14 neumáticos tamaño promedio. “Es bien pedagógico”, agrega Romero.
El emprendedor también remarca que el proceso es “semi-industrial”, por cuanto “ocupamos moldes, se rellenan, se comprimen y dejamos un secado de entre 2 a 24 horas, pero es algo que se rellena a mano y se amolda a mano. Eso tiene su lado bueno y su lado malo: el bueno es que nos aseguramos de que no haya un grano suelto; y el malo es que esto hace difícil su escalabilidad en la fabricación.
Comprometidos con usar packaging 100 por ciento libre de plástico, Muka mira al horizonte en 2030 y aspira a tener distribuidores en las principales ciudades de regiones, y a contar con una tienda física lo antes posible. Por de pronto, por el sistema de e-commerce llegan a todo Chile y tienen sus clientes cautivos que prefieren los productos Muka antes que cualquier otra cosa. “Hay clientes que están pagando el 30 por ciento del producto sólo en despacho. Ese tipo de cliente valora mucho lo que estamos haciendo. Eso es lo bueno de llevar tanto tiempo, da a entender que la marca tiene reconocimiento”, asegura Cristóbal Romero.
Un punto especial es referido a los mat de yoga, que son muy requeridos por instituciones y profesores y profesoras, alumnos y alumnas, ligadas a esta práctica ancestral. “Es nuestro MVP de productos, es bien versátil y gusta mucho porque es un material antideslizante. Son capaces de pagar un 40 por ciento más que un mat normal, que son de goma eva”, indica Romero, quien advierte que si el producto se desgasta con el uso, la misma empresa Muka puede reciclarlo: “Lo desarmamos y lo metemos como relleno en parte del proceso”, concluye.







