En medio de la vorágine de las compras de fin de año, la semana pasada fue lanzada la “Guía para consumir menos… y más inteligente”, un libro que entrega información y recomendaciones para que la adquisición de bienes deje de ser un acto irreflexivo y obedezca a una decisión informada y, en definitiva, inteligente. Irremediablemente, esa reflexión conducirá a disminuir el consumo, especialmente de aquellas cosas que más dañan el medio ambiente, ya sea por su materialidad, por sus huellas hídrica y de carbono, por su diseño, el modelo de producción, etc.

El texto, escrito en un lenguaje simple y directo, contiene dos premisas básicas: que la creciente masividad e irracionalidad del consumo es una de las principales causas de las crisis ambientales (cambio climático, contaminación, pérdida de biodiversidad); y que las acciones de cada persona en la dirección correcta, por pequeñas que sean, contribuyen a revertir esas crisis.

El libro fue desarrollado por la Asociación Ciudadana de Consumidores Informados y Organizados (ACCION Consumidores) con el financiamiento del Fondo Concursable para Asociaciones de Consumidores administrado por el Sernac. “La idea de la guía es que sea una invitación a pensar, cuestionar lo que está pasando, y actuar. Está disponible en formato digital, de manera gratuita, para que se pueda compartir con todos y todas”, comentó la vicepresidenta de ACCION Consumidores, Pamela Poo Cifuentes, quien en autora del texto junto con Rodrigo Pérez Aravena y Juan Cavieres Silva.

El lanzamiento oficial de la Guía se realizó el jueves pasado mediante un diálogo, transmitido en un “live”, donde junto a Pamela Poo participaron Cristóbal Correa, director de campañas de Oceana Chile, Marcela Godoy, encargada de economía circular de Conadecus, y Tamara Ortega, directora ejecutiva de Fundación Basura.

“Efecto cardumen”

En el encuentro, los invitados coincidieron en la necesidad de valorar el “efecto cardumen”, es decir, que las y los ciudadanos sean conscientes del poder que tienen sus decisiones de compra porque, en la medida que se van sumando, pueden “obligar” a las industrias a realizar cambios.

Sobre este punto, Pamela Poo comentó que cuando se observa el marketing que genera deseo para motivar compras muchas veces innecesarias, cuando se constata la venta de productos de un solo uso o de muy mala calidad que rápidamente se convierten en basura, entre otros modelos de consumo que no son inteligentes, “uno atribuye el problema a las grandes industrias y eso, efectivamente, es real. Pero también tenemos que actuar desde el cardumen, o sea, si todos hacemos pequeñas acciones y las juntamos, hacemos un volumen bastante grande, entonces, no es que lo que uno haga no funciona o que es una cosita muy chica y no tiene valor; creo que hay que poner en valor los esfuerzos de todos y todas, porque el problema es muy grave y nadie se puede quedar abajo de las soluciones”.

“Tocar el tema del consumo de entender que todos tenemos algo de responsabilidad y asimismo, todos podemos hacer algo”, agregó la vicepresidenta de ACCION Consumidores.

Cristóbal Correa, de Oceana Chile, coincidió con ese planteamiento y agregó que hay acciones que parecen   un “trabajo de hormiga” y que tienen un gran impacto. A modo de ejemplo, mencionó el uso de envases retornables para la compra de bebidas, algo que evita el uso de miles de millones de botellas desechables que eventualmente terminan en el mar. “Chile es uno de los países que más usa botellas retornables (21%) y este uso se mantuvo no porque las empresas quisieran, sino porque la gente las usaba, las pedía en el almacén, porque son parte de la idiosincrasia de la población”.

“Creo que algo muy bueno de la Guía es que explica que podemos ser parte de la solución haciendo cosas que a veces parecen chicas (…) Cambiar un producto desde el envasado al granel ya va sumando, y suma harto, y tiene una incidencia directa en todas estas discusiones que parecen súper ajenas, súper apocalípticas, de que el planeta se nos está acabando”, agregó Correa.

En esa misma línea, Tamara Ortega, de Fundación Basura subrayó que “el poder de actuar lo tenemos nosotras y nosotros directamente. Falta ese empoderamiento de decir ‘yo decido qué se vende en el mercado’”. Para graficar, entregó un ejemplo relativamente reciente: “los calzones menstruales empezaron como algo muy de emprendimiento y ahora grandes marcas los están vendiendo. Este es un ejemplo concreto de cómo los consumidores y las consumidoras vamos moviendo esta aguja porque, finalmente, las grandes empresas, las industrias, ponen en el mercado lo que consumimos”.

Ortega destacó asimismo que la Guía apunte a un consumo “más inteligente”, debido a que “estamos siendo bastante giles porque estamos destruyendo todo un planeta por nuestros hábitos de consumo”.

Por otra parte, Marcela Godoy, de la Corporación Nacional de Consumidores y Usuarios de Chile (Conadecus) destacó que la Guía entrega datos y relaciona muchos aspectos que no siempre se conectan al hablar de consumo. “El texto toca distintos puntos, como el greenwashing, el ecoetiquetado, la alimentación, el testeo en animales, y otras cosas que no son tan evidentes a una simple mirada y que, con palabras simples, sencillas, con pequeños párrafos, hacen un paneo general un poco de todo. Creo que eso es de gran ayuda frente al desafío de entregar estos mensajes, de que este conocimiento llegue a más personas y puedan consumir de manera más inteligente”, subrayó Godoy.

El libro, de 58 páginas, tiene cuatro capítulos: Crisis Climática y Ecológica, y su relación con el consumo; Consumir menos y más inteligente, un cambio cultural; Preguntas que debemos hacernos antes de consumir; Herramientas para consumir más inteligente.

La Guía está disponible en la página de ACCION Consumidores, y el “live” del lanzamiento se puede ver en el Instagram de Pamela Poo.