Sin saber nada de reciclaje, las químicas Cristina Acuña y Constanza Cifuentes se abocaron en 2014 a investigar qué desechos podían servir para emprender un proyecto sustentable y beneficioso para la sociedad. Ellas pertenecían a una asociación gremial de químicos y querían dejar un granito de arena. La primera idea que tuvieron en la cabeza fue trabajar con residuos que no tuvieran procesos desarrollados de reciclaje, como el PET y otro tipo de plásticos.
“Sabíamos que desde el punto de vista químico se podían hacer muchas cosas, hasta que en una reunión en un punto limpio había un pedazo de plumavit y preguntamos qué se podía hacer con eso. Nos dimos cuenta de que no se recibía en ninguna parte, que en Chile, al menos, no había tratamiento”, cuenta Cristina, química especialista en investigación y desarrollo. Su socia Constanza se especializó en ventas técnicas.
Y sucedía que además notaron que el plumavit tiene un gran impacto ambiental. Según datos rescatados en el Instagram de la empresa (@idea__tec), cada año se generan en Chile más de 20.000 toneladas de desechos de plumavit. “Ocupa el espacio de dos torres del Costanera Center en vertederos legales e ilegales”, advierten en la red social.
A partir de ese hallazgo, empezaron a analizar en laboratorio y papers, es decir, mezclando teoría y práctica, qué sucedía si el poliestireno expandido (más conocido como plumavit) era mezclado con otras sustancias. “Y había diferentes mezclas que permitían que el plumavit se convirtiera en algo pegajoso, como agorex. De hecho, lo que primero que pensamos en hacer fue pegamento”, revela Acuña.
Sin embargo, a medio camino abandonaron el barco porque “el mercado no era tan grande y había algunos aspectos técnicos que no manejaban muy bien”, complementa Cristina. En esa disyuntiva apareció una persona, que notó la viscosidad del producto, y le pareció que eso podía ser un barniz. Las químicas averiguaron, y notaron que las normas de calidad de los barnices son similares a la de las pinturas. Ese fue el punto que anunció el nacimiento de Idea-Tec, una empresa que fabrica pinturas a partir del plumavit reciclado.