El proyecto de economía circular que busca terminar con el superávit de autos en desuso
Iniciativa dará nuevo tratamiento a vehículos en abandono en Iquique, una zona que posee un porcentaje per cápita de casi dos automóviles por persona.
Un mantra, un objetivo de vida, una idea que le dio significado a todo su trabajo de años dedicados al cuidado del medioambiente y a la economía circular. Así resume el iquiqueño, Claudio González Campodónico, el proyecto ubicado en el sector de Los Verdes hacia el sur de la capital de la región de Tarapacá, y que ha llevado a cabo a través de la empresa Chile-Metals que conforma junto a otros cinco socios.
Es que en este sector vio la posibilidad de dar solución a una problemática permanente de la región, como es el acopio de vehículos en desuso y abandonados en las calles y avenidas de Iquique. Esto pues la zona posee un promedio de 1,7 autos por persona, siendo una de la cifras de mayor impacto a nivel nacional debido a la facilidad que existe para la obtención de vehículos a través de la importación a muy bajo costo, que permite el Sistema Franco existente.
Esta oportunidad empresarial, enmarcada en la nueva política medioambiental y la necesidad de dar un uso adecuado a este tipo de “desechos”, generó la idea de implementar una planta de reciclaje automotriz que según resalta González, “es importante porque la gente se debe interiorizar en que hay que hacerse cargo de los residuos, de todo tipo de restantes y en este sentido en Iquique existen casi dos autos per cápita, pues es más fácil y barato comprar uno nuevo que arreglar el que tiene problemas. Debe existir responsabilidad social por los rastros que se dejan en el ecosistema y es aquí donde radica la importancia de una planta de reciclaje”.
¿Cómo nace esta idea?
– Esto llegó como aquel objetivo de vida que tu sabías que estaba, pero al mismo tiempo no lo sabías. Quería llevar a cabo un emprendimiento pero con significado, que hubiese un sentido personal, social y que no solo tuviese una ligazón hacia el dinero y entendía que si me dedicaba a algo que tuviese sentido o significado, me iba a rodear de personas que irían en la misma sintonía que la mía, por lo tanto, en ese contexto, lograría ser más feliz. Así nace esta idea que, puntualmente, aparece tras participar como generador de un evento de reciclaje electrónico el año 2013, con una proyección inicial de efectuar este tipo de reutilización electrónica. Entonces dimos una lucha grande y llevamos a cabo un sinfín de trámites y reuniones para lograr saltar escollos de todo tipo. Esto fue avanzando y en algún momento nos mostró la realidad de los vehículos abandonados que es preocupante en materia medioambiental.
– ¿Cómo funcionará esta planta de reciclaje?
– Esta planta tendrá dos funciones fundamentales en la región. La primera es reciclar todos los residuos de los vehículos, es decir es ciertamente una planta para reciclar vehículos de todo tipo, aviones, autos, buses, camiones, trenes, motos, camionetas. Debemos hacer hincapié en que según el municipio local, se recogen entre 6 y 10 vehículos diarios desde las calles de la ciudad de Iquique, lo que implica un total de más de 3 mil autos al año.
Se debe agregar que debido a la Zona Franca, somos el patio de desecho vehicular de los países desarrollados donde llegan los autos usados, muchos con kilometrajes no reales, que no pasan las normas de contaminación en sus respectivos lugares de origen y que en Chile si pasan y se venden. Es más barato comprar un vehículo que arreglar el que se dañó, y es a raíz de esto que nace la idea de una planta vehicular de reciclaje. Hay un problema que necesita una solución y este proyecto plantea una solución real, ecofriendly o amistosa con el medioambiente.
CAMBIO DE IDEA
Fue entonces cuando este emprendedor decidió dar una vuelta de timón a su plan original y no hacer vista gorda a la situación que generan estos desechos vehiculares. “Hay cosas fundamentales, primero la Ley REP que busca que el que contamine pague. Esta nueva planta va a ofrecer que las personas a nivel particular llamen y nosotros en menos de cinco días gestionamos el retiro de su vehículo de manera gratuita, cualquier tipo de vehículo. A cambio, la planta ofrece una disposición final de este residuo, un certificado de destrucción donde se pueda demostrar que se está cumpliendo con la ley. Hay que decir que responsablemente los residuos peligrosos que contiene un vehículo, y que no son pocos, van a ir a dar precisamente a plantas de tratamientos de residuos peligrosos”, indica González.
Dos años demoró esta empresa en obtener su estudio de impacto ambiental, lo que es necesario para que funcione y tenga cumplimiento absoluto con la ley. Claudio González asegura que esta inquietud de una “empresa verde”, tiene como misión ser una solución efectiva y limpia a estos residuos vehiculares, siempre a través de procesos sustentables.
“Creo que los reciclajes de las ciudades deben realizarse en las mismas ciudades. Esto pues no es sustentable, hoy día, que una empresa se lleve a otra ciudad el residuo porque esto significa conducir este residuo y en el viaje gastar y quemar petróleo; por lo tanto las políticas públicas y la voluntad política debe estar dada para que la gente recicle, genere trabajo y asegure tecnologías en su propia zona, pues lo que buscamos de manera general es disminuir la huella de carbono”, asegura.
“Los procesos deben ser sustentables, es decir quemar el menor diésel posible. En cuento al reciclaje, hay cosas que se van directamente a los vertederos, sin embargo casi el 90% del automóvil se reutiliza: las carrocerías se compactan, el aluminio se rescata y se aprovecha nuevamente”.
Dentro de los procesos que implicará esta planta se dará nueva circulación a los repuestos, transformándose en una base de suministros pero a precios populares para la comunidad. Además, este modelo de servicios espera lograr la concesión de retiro domiciliario de vehículos a nivel municipal, hacia un patio licitado con estándares internacionales para ir en vías de transformar la ciudad hacia la categoría de Smart City y planificando en vistas a la rebaja de los gases efecto invernadero, logrando la menor combustión posible en los procesos de producción y de reciclaje.
“Los procesos deben ser sustentables, es decir quemar el menor diésel posible. En cuento al reciclaje, hay cosas que se van directamente a los vertederos, sin embargo casi el 90% del automóvil se reutiliza: las carrocerías se compactan, el aluminio se rescata y se aprovecha nuevamente. En esta planta, además, se manejarán áreas de residuos peligrosos para recibir los electrolitos de las baterías, líquidos de los radiadores y ese tipo de elementos tóxicos. En general, dentro de lo que llamamos economía circular no solo está este ámbito, esta iniciativa, sino que existen muchas alternativas que pueden apoyar este tipo de ideas pero falta voluntad política en general para ir en apoyo del medioambiente”, explica y recalca que esta falta de soporte se da tanto a nivel municipal como estatal, repasando la decisión del Gobierno de no firmar el acuerdo de Escazú sobre el Acceso a la Información, la Participación Pública y el Acceso a la Justicia en Asuntos Ambientales en América Latina y el Caribe, a fines de septiembre.
Asimismo, subraya que en este sentido siempre existen trabas gubernamentales, casi nulo apoyo por parte del Estado en cuanto a instrumentos de innovación tecnológica, gran cantidad de obstáculos para el acceso a créditos y sin embargo “he abierto todas la puertas con insistencia y tenacidad”, por lo cual está seguro de que junto a sus socios, lograrán poner en marcha este proyecto que ya tiene una inversión de casi un millón de dólares y que espera comenzar sus funciones dentro de un año.
“Un total de 365 días más para su funcionamiento completo, mientras si podemos hacernos cargo de los vehículos en desuso, los recepcionamos, los guardamos, los acopiamos y a las personas les entregamos un certificado de recepción de la planta. Esto es gratis para los ciudadanos comunes y corrientes, pero no para las empresas y municipio, debido a un tema de costos obviamente”, explica González.
* La autora es periodista chilena. Este reportaje forma parte del Taller “Red Latinoamericana de Comunicadores de la Economía Circular”, organizado por Programa Regional Seguridad Energética y Cambio Climático en América Latina (EKLA), el Earth Center de la Universidad Adolfo Ibáñez y País Circular.