Hasta 6 grados de diferencia: Estudio revela la desigualdad en la exposición al calor en la región Metropolitana
Cruzando datos no convencionales sobre población flotante y variabilidad espacial de la temperatura, las investigadoras del Centro de Investigación para la Gestión Integrada del Riesgo de Desastres (CIGIDEN), Raquel Jiménez y Magdalena Gil, elaboraron la “Cartografía de la exposición al calor en Santiago”.


Por estos días en que los termómetros se han acercado a los 40 grados en varias regiones del país, se han multiplicado los llamados a no exponerse al sol, tomar mucha agua, usar gorro, lentes oscuros y bloqueador solar y, de ser posible, evitar salir a la calle en ciertos horarios. Estos consejos dan cuenta del riesgo que supone para la salud de las personas la exposición a altas temperaturas.
Si bien el riesgo siempre ha existido, la amenaza se acrecienta debido a la crisis climática que se evidencia en el aumento de la temperatura a nivel global, y las olas de calor cada vez más frecuentes en todas las regiones del planeta.
En ese contexto, las académicas Dra. Raquel Jiménez, de la facultad de Ingeniería de UNAB, y Dra. Magdalena Gil, de la Escuela de Gobierno UC, realizaron un estudio que les permitió determinar con detalle los lugares de la región Metropolitana donde convergen las altas temperaturas con la población en distintas horas del día, es decir, dónde existe mayor exposición al riesgo que representa el calor.
Jiménez y Gil, ambas investigadores del Centro de Investigación para la Gestión Integrada del Riesgo de Desastres (CIGIDEN), presentaron en enero su “Cartografía de la exposición al calor en Santiago”, con las primeras conclusiones del estudio. Por ejemplo, que la mayor exposición se registrar en comunas de la zona norponiente, como Lampa, Colina, Renca, Conchalí y Pudahuel; y que también hay focos importantes de calor en comunas de la zona oriente, como Las Condes, Providencia y Ñuñoa.
Para la investigación, las académicas utilizaron principalmente dos fuentes de información: los datos de población flotante de Crowds de Entel Digital, que muestran dónde está la población en distintas horas del día, y datos de temperatura recopilados en el marco del proyecto SantiagoHOT durante enero del 2024.
El proyecto SantiagoHOT, que fue liderado por Raquel Jiménez, es parte de una iniciativa de la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA) para identificar islas de calor en varias ciudades estadounidenses y unas pocas fuera de ese país, entre ellas, Santiago. Según explicó Jiménez a País Circular, usaron una “metodología estandarizada y que ha sido muy exitosa para medir apropiadamente la temperatura interurbana”. Se utilizaron sensores térmicos, que fueron montados en los vehículos de un grupo de voluntarios que recorrieron rutas predefinidas para medir la temperatura en través de distintos sectores de la ciudad.
El recorrido se realizó el 20 de enero de 2024, fecha cuidadosamente elegida, por cuanto fue un día de máximo calor durante el verano pasado. “Hicimos las mediciones en un solo día de mucho calor, concentrados en hacer el perfil diurno de la variabilidad espacial del calor en Santiago, es decir, las diferencias en el espacio, en tres momentos del día: temprano en la mañana, antes que salga el sol, cuando el calor que observamos es el calor residual del día anterior, que se quedó guardado en el concreto, en las calles, en los estacionamientos; entre tres y cuatro de la tarde, que es la hora de las máximas, con fuerte radiación solar; y de siete a ocho de la noche, tratando de entender qué es lo que pasa después que el sol se esconde y ya no hay radiación solar, sino que es el calorcito acumulado durante el día que está generando esas temperaturas en la ciudad”, comentó la investigadora de la UNAB.
Este despliegue entrega información muy detallada, que les permitió ver cómo las temperaturas varían considerablemente, incluso a escala de cuadras. Este nivel de detalle no es posible con la información entregada por las tres estaciones meteorológicas de la Dirección Meteorológica de Chile que funcionan en Santiago.
Esta variabilidad se debe -comentó la Dra. Jiménez- a diversos factores, como la materialidad de las construcciones, de acuerdo a su capacidad de almacenar o reflejar el calor; el tránsito; la cobertura de suelo; la cantidad de vegetación, etc. “Eso deriva en diferencias de temperatura de hasta seis grados entre un lugar y otro, durante las horas de más calor dentro del Gran Santiago urbano”.
“En los mapas que generamos se muestra dónde se juntan, en espacio y tiempo, alta densidad de población y altas temperaturas (…) Podemos observar que las comunas de la zona norte de la capital -zona urbana- Colina, Lampa, Huechuraba, que concentran mucha actividad industrial, con alta población flotante, registran las máximas temperaturas en horarios laborales (3PM)”.

Población flotante
Los datos recolectados por SantiagoHOT fueron posteriormente integrados con datos satelitales y con la información del servicio de analítica y geointeligencia Crowds de Entel Digital, que colaboró activamente con el proyecto de la “Cartografía de la exposición al calor en Santiago”.
Gracias a la telefonía inteligente es posible saber dónde se encuentran las personas en los distintos momentos del día y, por lo tanto, conocer en qué lugares se concentra mayor población en los horarios con las temperaturas más altas.
Conocer esta información representaba un desafío metodológico para poder medir la exposición al calor, comentó Jiménez. “Los datos de población del censo tienen muchas virtudes, pero también una gran debilidad: son estáticos. Y la población no es estática, es dinámica. Las personas se mueven dentro de la ciudad y estos patrones de movimiento cambian a lo largo del día, en la medida que la gente se desplaza y desarrolla actividades, con lo que cambia la exposición”.
A modo de ejemplo comentó lo que ocurre con los polos industriales, que en el censo nadie reporta vivir ahí, pero en el día hay mucha gente trabajando en esos lugares (población flotante). Mientras que en sitios residenciales, no hay mucha gente durante el día.
“En los mapas que generamos se muestra dónde se juntan, en espacio y tiempo, alta densidad de población y altas temperaturas”, resumió la académica de UNAB. “Podemos observar que las comunas de la zona norte de la capital -zona urbana- Colina, Lampa, Huechuraba, que concentran mucha actividad industrial, con alta población flotante, registran las máximas temperaturas en horarios laborales”.
“Otra cosa interesante es que aparece como zona de baja exposición todo el eje Providencia, Alameda, Pajaritos; puede tener relación con el ingreso de viento que enfría la atmósfera, con la cobertura de suelo”. Entre otras conclusiones, Jiménez comentó lo que ocurre en Renca y Providencia, “que son bastante distintas en múltiples dimensiones: la población flotante se concentra en Providencia, y en Renca es mucho menos; sin embargo, si vemos las temperaturas, Providencia tiene de las más bajas y Renca es la cuarta comuna más alta. Entonces, si bien es más la población expuesta en Providencia, es una exposición a temperaturas más bajas”.
Consultada sobre algunos resultados inesperados, dijo que en general no fueron tan sorprendentes, al menos para quienes están metidos en el tema. “Por ejemplo, para mí no fue una sorpresa que aquellos lugares con menos vegetación, mayor cobertura impermeable, donde hay colores más oscuros, concentraron mayor temperatura que los lugares con más vegetación, colores más claros, con otra materialidad”.
“Asimismo, yo trabajo mucho con imágenes satelitales que dan una noción de cómo se distribuye la temperatura de superficie. Aunque no es lo mismo que el calor que nosotros experimentamos, que no vivimos pegados al pavimento ni a los techos [que es lo que se ve a nivel satelital]. Así que en realidad esto vino más a confirmar las sospechas que teníamos y a ponerle número a esas diferencias”. En ese sentido, agregó, la gran novedad es poder cuantificar estas temperaturas, estas diferencias y “tener una película completa para el Gran Santiago, que son más de 600 kilómetros cuadrados de mapeo”.
La investigadora comentó que aún están generando resultados, analizando datos más en profundidad, generar nuevos mapas, y que los ejemplos estregados son “un botón de muestra” de lo que esperan encontrar.

“Este estudio nos ha permitido mapear de forma granular cómo se distribuye el calor en la ciudad y dónde se concentra la población en las horas de más calor, destacando diferencias que eran invisibles con los datos tradicionales”.
Vulnerabilidad
Cuando se habla de riesgo, en este caso el calor, confluyen tres elementos: la amenaza, que son las altas temperaturas; la vulnerabilidad, es decir, las condiciones urbanísticas y personales; y la exposición, que es donde confluyen amenaza y vulnerabilidad. A mayor exposición, el riego aumenta.
La Dra. Jiménez explicó que la exposición se puede entender como una medición de la intensidad -de la magnitud y la duración- del contacto de la población con un factor de riesgo que, en este caso, es el calor. Entonces, “la exposición está dada por la cantidad de tiempo en contacto con el calor y la localización, porque si uno se mueve por la ciudad hay diferentes niveles de exposición”.
Es por esto que la investigación de Jiménez y Gil busca evidenciar la desigualdad climática que existe en la capital con el objetivo de ayudar a las autoridades a adoptar medidas para prevenir o mitigar los efectos de las cada vez más altas temperatura, en la salud de las personas y también del medio ambiente.
“Para tomar buenas decisiones, hay que tener buenos datos. Se pueden guiar las decisiones cuando la medición permite determinar con claridad y detalle las áreas críticas: donde convergen densidad de población y altas temperaturas”, sostuvo la Dra. Raquel Jiménez.
Durante la presentación de la “Cartografía de la exposición al calor en Santiago”, la académica de la UC Magdalena Gil destacó que la evidencia que existe en torno a la cuenca del Maipo permite comprender que esta amenaza “no solamente mata gente, sino que colapsa los sistemas de emergencia y aumenta significativamente los casos de parto prematuro, afecta la salud mental de las personas y puede tener relación con conductas antisociales como la violencia intradomiciliaria, las peleas en las calles, entre otras cosas”.
Al respecto, Jiménez añadió que si bien hasta hace unos años no existía evidencia de un impacto en la salud de las personas asociado al calor, “ahora es innegable, hay evidencia científica que vincula la exposición al calor con múltiples problemas de salud (…) relacionados con mortalidad, crisis de emergencia, atención hospitalaria, enfermedades cardiovasculares, respiratorias, crisis de salud mental, entre muchas otras. Y aún hay muchos efectos que se desconocen”.
Asimismo, la académica de UNAB subrayó que “es importante entender que, si bien el calor es un fenómeno regional y todo el gran Santiago se vuelve mucho más caluroso, el calor no nos afecta a todos por igual. Esto es el resultado de varios factores, como por ejemplo factores personales que determinan que alguna persona sea más susceptible al calor. Los niños menores de 1 año y los mayores de 65 son algunas de las poblaciones que tienen mayores niveles de vulnerabilidad; también influye el lugar donde viven y los recursos con los que recursos que cuentan para mitigar esta exposición”.
“Estos mapas servirán de insumo para la toma de decisiones en el diseño de intervenciones que ayuden a mitigar esta problemática. Para gestionar esta exposición, para proteger a las personas que están más expuestas”, concluyó la investigadora.
“Hay evidencia científica que vincula la exposición al calor con múltiples problemas de salud (…) relacionados con mortalidad, crisis de emergencia, atención hospitalaria, enfermedades cardiovasculares, respiratorias, crisis de salud mental, entre muchas otras. Y aún hay muchos efectos que se desconocen”.
