La doctora en Gestión Ambiental, Mónica Araya, es optimista respecto de que el desarrollo económico de un país puede caminar de la mano con la protección ambiental. Desde Costa Rica, su país de origen, co-fundó la organización Costa Rica Limpia, iniciativa ciudadana que busca promover el impulso de energías renovables y formar una sociedad de emisiones cero.
En esta entrevista, Araya destaca el potencial de nuestro país respecto a la iniciativa de transformar el sistema de transporte público, en el marco de la llegada los nuevos buses eléctricos. Sin ambargo, advierte que la transición tomará tiempo y afirma que los consumidores tienen el poder de tomar las riendas en el consumo y forzar la mano de empresas que se resisten al cambio, ya que los efectos del cambio climático no esperan.
¿Qué tan imperativo es abandonar los combustibles fósiles?
En este momento, la comunidad científica internacional ya ha hecho varios estudios, pero el último, de octubre, habla de cómo el calentamiento global no puede superar 1,5º a finales de este siglo, comparado con la temperatura que había antes de la Revolución Industrial. No hay forma de cumplir esa meta con una economía petrolera, con gas natural y con carbón. Entonces ya es un imperativo científico, y en este momento por primera vez tenemos las tecnologías que nos permitirían hacer ese giro.
¿Qué falta para hacerlo?
Lo que hace falta en este momento es que podamos acelerar la transición a esas tecnologías y que encontremos estrategias para lidiar con la economía del pasado y las tecnologías obsoletas, porque obviamente ahí hay inversiones, hay trabajo, y hay empresas que van a tratar de atrasar la transición. Eso es normal. Lo que sí estamos viendo es que están entrando otros jugadores, el hecho de que haya entrado China al mercado de tecnologías de transporte eléctrico, como buses y autos, es muy interesante porque nos va a ayudar a abaratar los costos. De hecho, los buses eléctricos de Chile provienen de China.