Certificación Edificio Sustentable cumple 10 años con positivo balance: “El principal beneficio es para quienes desarrollan sus actividades en ese lugar”
Un total de 593 proyectos han sido presentados para la Certificación Edificio Sustentable (CES) en una década de funcionamiento, siendo certificados hasta ahora 141 edificios. La verificación incorpora aspectos como eficiencia en el uso de energía y de agua, gestión de residuos, ventilación y confort térmico. El jefe de CES, Hernán Madrid, adelanta a País Circular que para los próximos 10 años los desafíos son ampliar los sectores certificados e incorporar la resiliencia.


Por estos días la Certificación Edificio Sustentable (CES) está celebrando sus primeros 10 años de vida, en los cuales “ha promovido un cambio cultural y técnico, incentivando a mandantes públicos y privados a adoptar estándares más altos de sustentabilidad en sus proyectos”.
Si bien fue en 2012 que se comenzó a diseñar esta certificación, no fue sino a mediados de 2014 que se firmó un convenio cuatripartito entre el Ministerio de Obras Públicas (MOP), la Cámara Chilena de la Construcción (CChC), el Colegio de Arquitectos y el Instituto de la Construcción, que permitió iniciar los procesos de certificación, con el primer proyecto piloto certificado a fines de ese año.
En línea con las urgencias ambientales que demandan una mayor eficiencia en el uso de los recursos, la CES evalúa una serie de aspectos relacionados con seis grandes requerimientos técnicos: calidad del ambiente interior; energía; agua; materiales y residuos; operación; e innovación.
Por mencionar algunos elementos, se evalúa el confort térmico, iluminación, ventilación, consumo de energía, huella de carbono, eficiencia en el uso de agua, y gestión de residuos. Sobre la base de la puntuación obtenida en esta evaluación, los diversos edificios pueden estar en las categorías ‘no certificado’, ‘certificado’, ‘certificación destacada’, o ‘certificación sobresaliente’.
Hernán Madrid Campos, jefe de Certificación Edificio Sustentable, sostiene que, en primer lugar, un edificio sustentable otorga beneficios a quienes desarrollan sus actividades allí: “Dependiendo del tipo de uso del edificio es el resultado que se obtiene. Por ejemplo, en un edificio para educación, como una escuela, un jardín infantil, o una universidad, las características de sustentabilidad que incorporan permiten que los procesos de aprendizaje sean mejore que en un edificio que no es sustentable”.
“Existen muchos estudios internacionales que respaldan esta afirmación y muestran la mejora en este tipo de indicadores. En el caso de infraestructura de salud en general, o en un hospital, los pacientes se recuperan más rápido que en un edificio que no es sustentable. En las actividades de tipo productivo, las personas que trabajan en una oficina o en un edificio que tiene características sustentables tienen una productividad mayor que si trabajan en un edificio que no es así. Se afecta directamente al uso, a las funciones que se desarrollan dentro del edificio. Ese es el principal beneficio”, sostiene Hernán Madrid, ingeniero civil en diseño y construcción de obras de la PUC.
Junto a lo anterior, señala el jefe de CES, existenn económicas para los edificios sustentables, principalmente en la reducción de sus gastos operacionales, tales como las cuentas de energía y de agua.
Por otra parte, hay una utilidad reputacional, porque quienes cuentan con un edificio realmente sustentable pueden “mostrarse como una empresa, como una compañía o una institución que tiene sustentabilidad, que se preocupa de los aspectos sociales de sus trabajadores, de las personas que trabajan ahí, de la actividad que desarrollan y también del medioambiente”, dice Hernán Madrid, quien pertenece a la entidad administradora del CES, el Instituto de la Construcción.
“El menor consumo de energía y de agua redunda en menores impactos ambientales. Dependiendo de la estrategia que se incorpore, incluso puede ser neto cero en términos de emisiones, incorporando energía renovable”, agrega Madrid.
A modo de comparación, el consumo de energía promedio en Chile -establecido por el Ministerio de Energía- es de 275 KWh/m2 año, mientras que los edificios certificados CES tienen un consumo mucho menor, que puede llegar hasta una quinta parte del promedio, con 53 KWh/m2 año, en el caso de la CChC de Osorno, y el centro Terapéutico de Puerto Montt, con 58 KWh/m2 año
Como si todo esto fuera poco, el jefe de CES añade otra ventaja: mejor acceso a financiamiento. “Aumentan las posibilidades de acceder a financiamiento y con mejores condiciones, a través bonos verdes o fondos de inversión internacionales que buscan edificios o infraestructura que sea sustentable. Eso también es un beneficio súper grande, sobre todo ahora que estamos en dificultades para tener financiamiento para la construcción y el desarrollo de edificios”.

Evolución e hitos
Desde CES indican que en esta década su evolución es evidente, lo que se evidencia en el aumento constante de proyectos inscritos, precertificados y certificados. “Los datos revelan un crecimiento significativo, con un salto notable en proyectos precertificados a partir de 2017 y un incremento sostenido en proyectos inscritos. Este aumento refleja un compromiso creciente con la construcción sustentable en el país”, sostienen desde la entidad certificadora.
A este respecto, CES muestra cifras alentadoras: desde 2014 a marzo de 2025 se han registrado 593 proyectos, de los cuales 338 están precertificados y 141 ya están certificados, abarcando todas las regiones del país. En cantidad de edificios certificados destacan la región Metropolitana, con 18, y La Araucanía, con 16. También sobresalen Biobío y Maule, ambas con 14 edificaciones certificadas; Los Lagos, con 12; Coquimbo, con 11; y Valparaíso, con 10.
Entre los hitos que Certificación Edificio Sustentable destaca de su historia se encuentra el terminal de pasajeros del Aeródromo Teniente Julio Gallardo, en Puerto Natales, que obtuvo la precertificación CES con 90 puntos, el puntaje más alto en 10 años de certificación para la categoría de “proyecto precertificado”. Esta iniciativa, impulsada por la Dirección de Aeropuertos del Ministerio de Obras Públicas (DAP-MOP), se distingue por su enfoque en estrategias bioclimáticas, generación de energías renovables y un diseño integral.
Otro hito lo constituye la construcción del Cuartel de Bomberos, Segunda Faja, Villarrica, que es hasta la fecha el edificio con mayor puntaje (83,5) en la categoría Edificio Certificado, con nivel de ‘certificación sobresaliente’.
“Los edificios sustentables tienen más posibilidades de acceder a financiamiento y con mejores condiciones, a través bonos verdes o fondos de inversión internacionales que buscan edificios o infraestructura que sea sustentable. Eso también es un beneficio súper grande, sobre todo ahora que estamos en dificultades para tener financiamiento para la construcción y el desarrollo de edificios”.

Desafíos para la próxima década
Consultado sobre los desafíos de CES para los próximos 10 años, Hernán Madrid Campos apunta principalmente a dos aspectos sustanciales: llegar a nuevos sectores e incorporar la resiliencia.
“Queremos fundamentalmente aumentar los tipos de edificaciones y de proyectos -en términos amplios- que se abordan. Abordar a los privados, centros comerciales, hoteles y otros tipos de infraestructura”, consigna el jefe de CES.
En el caso de la resiliencia, considera que quizá se podrían incorporar variables sobre este tema en la misma CES o, eventualmente, se podría generar un modelo adicional de certificación que considere la resiliencia de los edificios frente a los efectos del cambio climático.
Hasta ahora, las edificaciones inscritas en CES son principalmente destinadas a educación, seguridad, oficinas y salud. También se encuentran recintos destinados a servicios, deportes y cultura y, en menor medida, a trasporte.
Algunos ejemplos destacados en educación son la Escuela Bernardo O’Higgins de Tocopilla (región de Antofagasta), que fue certificada en 2017; y la Escuela Manuel Anabalón Sáez de Panguipulli (región de Los Ríos), certificada en 2015.

Oficinas de arquitectura
La entidad calificadora también ha relevado el papel que desempeñan las oficinas de arquitectura para promover el desarrollo de edificaciones que integren soluciones amigables con el medio ambiente.
En este sentido, sostienen que oficinas de arquitectura como Crisosto Smith Ltda. lideran el desarrollo de arquitectura sustentable, con 39 proyectos CES distribuidos en 13 regiones del país. “Su enfoque territorial y tipológico, abordando infraestructura pública en zonas urbanas, rurales y extremas, ha sido clave para descentralizar la arquitectura sustentable y adaptarla a diversos contextos climáticos y socioculturales”, dice CES. Otras oficinas como Arqdesign, BIS Arquitectos, Arqlofts, Prado Arquitectos, Valle Cornejo, ANGO Arquitectura y Bortink Yurisic Arquitectos también han contribuido significativamente al avance de la sostenibilidad en la arquitectura chilena.
En el ámbito territorial, la implementación de CES ha tenido un alcance nacional significativo, con proyectos distribuidos en todas las regiones de Chile. Destacan la Región Metropolitana con 98 proyectos y la Región de la Araucanía con 95, evidenciando un fuerte compromiso con la sostenibilidad en estas áreas. Otras regiones como el Biobío (49), Maule (47), Valparaíso (40) y Los Lagos (36) también muestran una actividad considerable. Incluso regiones más extremas como Arica y Parinacota (19), Tarapacá (12) y Magallanes y de la Antártica Chilena (22) han adoptado la certificación, demostrando que la preocupación por la construcción sustentable trasciende las particularidades geográficas y climáticas de cada zona.
“En resumen, estos 10 años de CES han marcado un hito en la construcción sustentable en Chile. El compromiso de profesionales, instituciones y mandantes ha impulsado la creación de edificios más eficientes, confortables y respetuosos con el medioambiente. La celebración de esta década es un espacio para reconocer los logros alcanzados y proyectar un futuro aún más sustentable para la construcción en el país”, consignó la entidad certificadora.
