“Hoteles y restaurantes 5 estrellas” para las aves migratorias: programa internacional financiará conservación de hábitats esenciales en Chile
Para el primer semestre de 2026 está prevista una primera convocatoria para que organizaciones locales postulen al programa Conserva Aves, con el objetivo de recibir apoyo para establecer áreas protegidas en sitios clave para el descanso y alimentación de las aves durante su proceso migratorio. Una de las entidades que impulsa la iniciativa es Audubon, cuyo director general para América Latina y el Caribe, Aurelio Ramos, conversó con País Circular sobre este proyecto, que a nivel nacional será implementado en conjunto con el Fondo Naturaleza Chile, Fundación Cosmos y la Red de Observadores de Aves y Vida Silvestre de Chile.
Un total de 3,2 millones de dólares, recaudados por el programa internacional Conserva Aves, estarán destinados a apoyar a comunidades locales en Chile, para que establezcan y gestionen áreas protegidas donde las aves puedan encontrar lo necesario para su adecuado descanso, alimentación y/o reproducción. “Estamos buscando restaurantes y hoteles para transformarlos en 5 estrellas, tanto para aves migratorias como endémicas y globalmente amenazadas”, resume metafóricamente Aurelio Ramos, director general para América Latina y el Caribe de Audubon, una de las cinco organizaciones detrás de Conserva Aves.
Ramos estuvo en Chile hace unas semanas, donde participó en el lanzamiento oficial en el país de esta iniciativa, apoyada también por American Bird Conservancy, BirdLife International, Birds Canada y la Red de Fondos Ambientales de Latinoamérica y el Caribe (RedLAC), de la cual forma parte el Fondo Naturaleza Chile (FNC).
Dicho lanzamiento se realizó en el Palacio de La Moneda durante la apertura del Congreso RedLAC 2025, organizado por FNC y que reunió por cinco días -en Santiago y Frutillar- a representantes de los fondos ambientales de la región y de otros continentes, así como de organismos multilaterales, financistas, donantes y líderes internacionales de la conservación.
En el marco del Congreso RedLAC, Aurelio Ramos conversó con País Circular sobre la labor que desarrolla National Audubon Society desde hace más de 120 años a nivel mundial, el trabajo que ha estado realizando en Chile y lo que se busca con el ingreso del país al programa Conserva Aves.
“Audubon es una organización de conservación, mitigación y adaptación al cambio climático a través del poder de las aves. (…) Desarrollamos nuestra acción en los Estados Unidos, pero también a nivel hemisférico, porque muchas de las aves son compartidas desde Canadá hasta Chile y Argentina, en Tierra del Fuego”, explica y añade que son una de las organizaciones más grandes en conservación, a través de las aves.
En el país, Audubon lleva varios años trabajando en proyectos pequeños, pero hace cinco años decidieron “hacer una apuesta importante en Chile” y tienen varios programas. Por ejemplo, apoyaron la elaboración de la Estrategia Nacional de Conservación de Aves, e hicieron un estudio del mercado chileno de aviturismo, entre otros.
“Tenemos también un trabajo muy cercano con Fundación Cosmos en temas de lagunas costeras, (…) y estamos estructurando varios proyectos muy grandes en una alianza con la CAF -el Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe- y BirdLife International”, comenta el director general para América Latina y el Caribe de Audubon.

“Esperamos que sean entre 7 a 10 áreas protegidas que podamos apoyar [en Chile]. Y el respaldo va en el desarrollo de todo el proceso, los gastos de declaratoria, los estudios, etc., el plan de manejo, el plan de negocios e inversiones también”.
La pieza faltante en Conserva Aves
La incorporación de Chile a Conserva Aves era “la pieza que nos faltaba para tener la visión hemisférica”, subraya Aurelio Ramos en relación a esta iniciativa que comenzó en 2021 y que ya está operativa en México, Panamá, Colombia, Ecuador, Perú y Bolivia. “Tenemos en el pipeline 168 áreas protegidas, 25 de ellas ya declaradas. El pipeline suma 2,8 millones de hectáreas. Entonces, vamos muy bien”.
Van bien porque el objetivo inicial de Conserva Aves es impulsar la creación de al menos 100 nuevas áreas protegidas subnacionales (territorios regionales, municipales, étnicos o privados) que abarquen más de dos millones de hectáreas en América Latina y el Caribe (desde México hasta Chile). La manera de hacerlo es apoyando -con recursos, capacitación y respaldo técnico- a organizaciones locales, ONGs, municipios, comunidades indígenas, en sus procesos de declaración de áreas protegidas locales.
“Esperamos que sean entre 7 a 10 áreas protegidas que podamos apoyar [en Chile]. Y el respaldo va en el desarrollo de todo el proceso, los gastos de declaratoria, los estudios, etc., el plan de manejo, el plan de negocios e inversiones también, para arrancar estudios de mercado o si necesitan pagar guardaparques, etc. Entonces, entramos con unos recursos importantes para darle ese empujón a esas organizaciones locales que quieren crear sus áreas protegidas”, comenta Ramos, colombiano avecindado en Washington (EE.UU.).
“Es un proceso que viene de abajo hacia arriba, estamos oyendo a las comunidades qué necesitan y la idea es que esos recursos sean los más flexibles, pero claramente al final lo que queremos es conservar los hábitat para las aves, que sea efectivo y a largo plazo”.
“Chile es hogar de especies residentes como el picaflor de Arica y refugio clave para viajeras heroicas como el playero ártico, que recorre 15.000 km desde el Ártico hasta Tierra del Fuego. Proteger los bosques, humedales y costas chilenas son esenciales para las aves, las comunidades locales que las habitan y el planeta”, sostuvo Ramos.
Para implementar Conserva Aves en Chile, Audubon formó alianza con tres actores locales: la Red de Observadores de Aves y Vida Silvestre de Chile (ROC), encargada del fortalecimiento de capacidades y monitoreo biológico; Fundación Cosmos, que suma aportes financieros y experiencia en modelos de gestión que articulan conservación y bienestar comunitario; y el Fondo Naturaleza Chile, que estará a cargo del proceso y de los fondos.
“Las aves tienen un poder de conectar, son las que enganchan a la gente en el túnel de la conservación y de volverlos sensibles, porque las ves todos los días, las puedes contar y monitorear fácilmente”.

Primera convocatoria
En estos momentos, relata Aurelio Ramos, están en la etapa de estructuración del programa en Chile, proceso que toma unos seis meses, durante los cuales se definen cuáles son los sitios de interés. “Como parte de la estructuración, una de las cosas que se discute mucho por los expertos nacionales es cuál es la categoría de áreas protegidas que se quiere apoyar. Y ahí se mira la legislación nacional, en este caso de Chile, para ver qué es lo más viable. Lógicamente, los donantes, quienes nos dan los recursos, quieren que esos hoteles y restaurantes estén para siempre y tengan algún tipo de garantía de que van a estar ahí y que los recursos van a garantizar esos sitios”, comenta el ejecutivo de Audubon.
Además de la estructuración, continúan con el proceso de recaudación, que esperan culminar en los próximos meses, considerando que del dinero establecido para Chile (USD 3,2 millones) ya se ha reunido cerca de un 85% (USD 2,6 millones).
Una vez definidos los sitios susceptibles de ser incluidos en el programa, “quienes estén en esos lugares y cumplan con los criterios pueden acceder a esos recursos”, mediante las postulaciones que se harán a través del Fondo Naturaleza Chile.
“Estamos determinando cómo será la primera convocatoria y esperamos que sea el primer semestre del próximo año -entre marzo y mayo- para que las comunidades puedan postular a estos recursos; y ya en julio debieran comenzar a ejecutarse los proyectos”.
“Los sitios elegibles, pues lógicamente son aquellos importantes para las aves migratorias en sus viajes, lugares que yo llamo esos hoteles y restaurantes que necesitan las aves en sus procesos, y que se solapan con el hábitat de especies endémicas y residentes, y globalmente amenazadas”.
El foco en las aves migratorias, dice Aurelio Ramos, se debe a la alarmante disminución que han sufrido el último tiempo, en buena medida debido a la desaparición -por cambios en el uso del suelo, degradación, etc.- de los ecosistemas que ocupaban durante sus migraciones. “Hemos perdido casi tres mil millones de individuos en los últimos 50 años, lo que equivale a cerca del 30% de la población”, subraya.
“Se mira la legislación nacional, en este caso de Chile, para ver qué es lo más viable. Lógicamente, los donantes, quienes nos dan los recursos, quieren que esos hoteles y restaurantes estén para siempre y tengan algún tipo de garantía de que van a estar ahí y que los recursos van a garantizar esos sitios”.

El poder de las aves
Aurelio Ramos es economista y cuenta que, como tal, “siempre he visto la conservación desde el lado de cómo generar el caso de negocio. Pero creo que el caso de negocio ya está dado: a nivel general ya se sabe cuánto aportan ciertos humedales en carbono, ya está dada la importancia de los sitios”.
En estos momentos, dice, el asunto es movilizar a la gente, conectar a las personas, “y las aves tienen un poder de conectar, son las que enganchan a la gente en el túnel de la conservación y de volverlos sensibles, porque las ves todos los días, las puedes contar y monitorear fácilmente. Las aves se vuelven un conector impresionante y es la razón por la cual estoy dichoso trabajando con Audubon, porque creo que eso es lo que falta, es cómo movilizamos y acercamos a la gente a estos temas”.
En el caso de Chile, este fenómeno está creciendo enormemente, comenta Ramos y refiere a un estudio sobre aviturismo que hicieron con una consultora chilena en 2022 y que reveló que esta industria anualmente genera $62,6 millones de dólares al país. “Es un sector importante y en crecimiento, y tiene una oportunidad muy grande, porque son recursos que llegan directamente a las comunidades o a las personas manejando esas áreas. Deja 6,5 más recursos que el turismo tradicional a las organizaciones locales y a las economías locales, porque los otros se quedan en otros intermediarios”.
No obstante, también hay muchos temas pendientes en la protección de las aves en Chile. En este sentido, el representante de Audubon alude a la situación que se vive en varias zonas costeras del país, donde el ingreso de autos a las playas ocasiona daños al hábitat de las aves playeras, perjudicando incluso la anidación. Ramos cuenta que han estado al tanto y apoyando el proyecto de ley que busca prohibir el ingreso de vehículos motorizados a las playas.
“Inclusive se hizo una guía que se está utilizando en Chile (…) Es un tema que en Audubon nos interesa muchísimo, y asumiríamos que en los planes de manejo [de los sitios de Conserva Aves] este va a ser un tema: Cómo evitar que esos sitios importantes de anidamiento o de reposo o de comida sean perturbados; cómo tener unos restaurantes donde puedan comer, donde haya comida y no los estén molestando o los estén levantando de la mesa cada minuto, donde puedan dormir sin ruido y sin luz y que los dejen dormir. Entonces, estamos buscando hoteles y restaurantes para que sean 5 estrellas”, concluye Aurelio Ramos.
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