Agricultura regenerativa: avances, oportunidades y desafíos de una actividad productiva que busca cuidar la biodiversidad y la seguridad alimentaria
El Ministerio del Medio Ambiente junto al Ministerio de Economía, la Agencia de Sustentabilidad y Cambio Climático, Corfo y el programa Transforma Cambio Climático lanzaron la actualización del Primer Programa Nacional de Consumo y Producción Sustentables del año 2016, enmarcado en la adopción de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible de la Asamblea General de la ONU. La actividad se realizó en un seminario que abordó los alcances y desafíos en esta materia, siendo uno de los paneles el que analizó la agricultura regenerativa y las oportunidades de innovación en el naciente Sistema de Compensación de Emisiones, del cual participaron con sus visiones y experiencias, Iris Lobos, directora nacional del Instituto de Investigaciones Agropecuarias INIA; Irina Reyes, gerenta de Transforma Cambio Climático de Corfo; Gabriela Guarda, gerenta de Sustentabilidad de Nestlé, y de manera telemática, Ángela Duque, CEO y directora de BioCarbon Standard.
En marzo de este año el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) publicó un informe que daba cuenta de un escenario crítico en cuanto a la gestión de recursos naturales en el mundo. Su extracción de la Tierra se triplicó en las últimas cinco décadas, en relación con la construcción masiva de infraestructura en muchas partes del mundo y los altos niveles de consumo de materiales, especialmente, en las regiones de países de ingresos medios-altos y altos. El documento también advertía que la extracción de materiales aumentaría un 60% para 2060 y podría descarrilar los esfuerzos para lograr no sólo los objetivos globales en materia de clima, biodiversidad y contaminación, sino también la prosperidad económica y el bienestar humano.
El organismo se refería, además, al impacto ambiental de la sobreexplotación de cultivos agrícolas y silvicultura, que representan el 90% de la pérdida de biodiversidad y el estrés hídrico relacionados con la tierra, así como un tercio de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI). En medio de este preocupante panorama, es que desde el PNUMA se ha hecho hincapié en que la triple crisis planetaria de cambio climático, pérdida de naturaleza y contaminación está impulsada por una crisis de consumo y producción insostenibles y, por lo tanto, el llamado urgente es a trabajar con la naturaleza, en lugar de simplemente explotarla.
Un camino para avanzar hacia esa dirección es la agricultura regenerativa, que ha aparecido en el último tiempo como una tipología de proyectos que une los procesos productivos con las soluciones basadas en la naturaleza. Poco a poco se ha ido instalando como una opción de captura y reducción de emisiones y de cuidado de la biodiversidad para pequeños agricultores y empresas de la industria de alimentos. El estado de avance de dicha actividad económica como también los desafíos que presenta su crecimiento en el ámbito público y privado fueron analizados en el marco del Seminario de Consumo y Producción Sustentables, desarrollado este 27 y 28 de noviembre, en la sede Inacap de Santiago Centro, y donde el Ministerio del Medio Ambiente (MMA) junto al Ministerio de Economía, a la Agencia de Sustentabilidad y Cambio Climático, Corfo y el programa Transforma Cambio Climático lanzaron la actualización del Primer Programa Nacional de Consumo y Producción Sustentables del año 2016, enmarcado en la adopción de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible de la Asamblea General de la ONU.
El panel Sistema de Compensación de Emisiones: Oportunidades de la Agricultura Regenerativa para la Gestión Climática reunió a Iris Lobos, directora nacional del Instituto de Investigaciones Agropecuarias INIA; Irina Reyes, gerenta de Transforma Cambio Climático de Corfo; Gabriela Guarda, gerenta de Sustentabilidad de Nestlé, y de manera telemática, Ángela Duque, CEO y directora de BioCarbon Standard, quienes conversaron sobre nuevas formas de producción agropecuarias y cómo estas aportan a la reducción del impacto climático del sector.
El cambio climático es una realidad y la creciente población y demanda de hectáreas para alimentar a esa población también. Para nosotros como compañía, el transitar en este camino responde a hacernos cargo de que el negocio tiene que ser sostenible en el tiempo. Regeneración es proteger, renovar y restaurar el suelo y los ecosistemas en general poniendo al productor en el centro.
Las primeras indagaciones del INIA para la generación de data sobre agricultura regenerativa tienen más de quince años. Así lo recordó Iris Lobos, quien la definió como “cuidar, proteger la biodiversidad, el suelo, el agua y con el componente hombre, porque hasta hace muy poco tiempo no se incluía a la persona, pero la persona al final y al cabo es la que toma las decisiones y la que cuida este ecosistema”.
En Nestlé comparten similar concepción: “El cambio climático es una realidad y la creciente población y demanda de hectáreas para alimentar a esa población también. Para nosotros como compañía, el transitar en este camino responde a hacernos cargo de que el negocio tiene que ser sostenible en el tiempo. Regeneración es proteger, renovar y restaurar el suelo y los ecosistemas en general poniendo al productor en el centro”, subrayó Gabriela Guarda.
Irina Reyes matizó la mirada, ya que, si bien comparte la idea de “ocupar y dejar descansar la tierra, respetando los ciclos biológicos”, cree que más bien “el hombre y la mujer han estado en el centro y no la tierra en el centro”. Desde la perspectiva de la industria es importante entender que “es un capital natural y que tiene un valor económico y, por lo tanto, desde esa mirada, la regeneración tiene que ver con la protección de ese valor económico”.
Potencial en áreas degradadas
BioCarbon Standard es uno de los dos programas de certificación de proyectos de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, junto a Cercarbono, que el Ministerio del Medio Ambiente aprobó para ampliar la oferta de servicios de estas compañías del Sistema de Compensación de Emisiones, instrumento que funciona al alero del impuesto verde desde septiembre del año 2023. En su exposición, Ángela Duque explicó que la agricultura regenerativa es una de las áreas en las que trabajan, y que “el mantenimiento de las características físico-químicas y microbiológicas del suelo es el principal componente y, es en el que más vamos a contabilizar reducciones de emisiones de GEI”. La CEO de BioCarbon Standard contó que el foco está en apoyar a pequeños agricultores en su transición hacia sistemas agrícolas resilientes y regenerativos con herramientas de manejo del paisaje, restauración de suelos y cambio a fertilizantes biológicos, los que serán, dijo, puntos cruciales en la metodología del sector.
Analizando el caso de Chile, la especialista aseguró que “sí hay oportunidades enormes en reducir emisiones en el país”, esto en base a datos del inventario nacional de GEI del año 2020. “La fermentación entérica -parte natural del proceso digestivo en animales rumiantes- es el 39,39% de las emisiones y, otra parte muy importante de esa torta son los suelos agrícolas”, apuntó. Sobre lo anterior, precisó que el potencial está, especialmente, en áreas de bosques que han sido sometidas a degradación.
La ingeniera forestal destacó, asimismo, oportunidades de proyectos de reducción de emisiones en ganadería sostenible, sistemas agroforestales, grandes extensiones de cultivos con mini corredores biológicos, con rotación de cultivos y pastoreo, y muy especialmente, mencionó la restauración de hábitats para fauna silvestre y prevención de erosión como puntos clave de la agricultura regenerativa.
El mantenimiento de las características físico-químicas y microbiológicas del suelo es el principal componente (de la agricultura regenerativa) y, es en el que más vamos a contabilizar reducciones de emisiones de GEI.
Articulación clave
Desde Transforma Cambio Climático, su gerenta enfatizó en la labor que realizan como plataforma habilitante del mercado nacional del carbono, mediante el Sistema de Compensación de Emisiones, articulando la oferta de este tipo de iniciativas con la demanda de sujetos gravados con el impuesto verde. El programa de Corfo cuenta con una metodología de Hoja de Ruta que definió brechas, entre ellas, el acceso a la información y, en ese ámbito, dijo, toma relevancia la interfaz entre industria y ciencia.
En esta labor los incentivos son fundamentales, por lo que Transforma Cambio Climático está apoyando la colaboración público-privada para el desarrollo de nuevos emprendimientos de innovación tecnológica. “Hay muchos ejemplos de emprendedores que financiados con proyectos de Corfo han hecho innovación” para el levantamiento de datos. En ese sentido, resaltó que Corfo tiene abierta más de 52 líneas impulsadas con una medición de innovación de sostenibilidad, que va desde la incorporación de tecnología y de modelos de negocio.
Como articulador del Sistema de Compensación de Emisiones, Transforma Cambio Climático está difundiendo Ruedas de Negocio “para animar e incentivar la demanda, generar un ecosistema de emprendedores innovadores, que den soluciones y desarrollos tecnológicos. Es parte de nuestra gobernanza Climatech Chile, que son los emprendedores que tienen tecnologías climáticas. Es parte también de nuestra gobernanza Acción Empresas y CLG Chile, que son los líderes por la acción climática”, subrayó Irina Reyes.
Hoy tenemos que producir más alimento, con menos suelo, con menos agua, con menos agroquímicos y todo eso es necesario cuantificarlo, y en el fondo las alianzas público-privadas, poner dinero en ciencia es importante, es lo básico para que podamos empezar. Con Nestlé hemos logrado eso, es una empresa que creyó, que tuvo la visión de ver que esto venía y dijo: hay que colocarle datos y llevamos cuatro años donde ya hay algo. Hay que ser súper responsables, y repetir que el agricultor vive de esto, no podemos equivocarnos.
Proyectos escalables
De cara a cumplir la carbono neutralidad al año 2050 y verificando que dentro de la cadena de valor la huella de carbono es más intensiva en materias primas, Nestlé decidió hace un par de años a transicionar hacia un enfoque regenerativo a partir de proyectos de Investigación y Desarrollo. Este camino coincidió con una alianza con el INIA que permitió llevar a cabo prácticas con este alcance en la matriz de suelo y la consiguiente reducción de emisiones de gases de efecto invernadero.
“Ha sido un camino intenso, de transición, estamos trabajando con matrices vivas, lo cual requieren de un tiempo, hablamos de cultivo, por lo tanto, tiene que haber un periodo de prueba, de ensayo y error, de ciencia. Un productor está haciendo una apuesta, ponemos al productor en el centro y no podemos poner en riesgo su productividad”, indicó la gerenta de Sustentabilidad de Nestlé.
Gabriela Guarda resaltó que están trabajando con la academia y la industria que pone los incentivos impulsando proyectos que sean escalables. Añadió que cuentan con dos granjas que están camino a ser carbono neutral y la idea es que sean “el faro que permita que los productores más chiquititos puedan decir: bueno, este camino resulta, la aplicación de un biofertilizante es efectivo y también apoyado por la industria a través de incentivos, poniendo siempre al productor en el centro”.
Actualmente, de los 400 productores con los que trabaja Nestlé, son más de 200 los que están con prácticas regenerativas en distinto nivel de avance, por tanto, la compañía está en búsqueda de la escalabilidad y los resultados proyectados, sostuvo Guarda.
Por su lado, la representante del INIA dio cuenta del largo y lento proceso que han empujado para generar data de calidad que vaya perfeccionando los proyectos de agricultura regenerativa, es vital el financiamiento desde el sector privado, como ha sido la experiencia con Nestlé, pero también apuntando a la necesidad de apoyo económico desde el mismo Estado. En este punto, Iris Lobos destacó “hemos logrado que el gobierno regional de Aysén va a apoyar el equipamiento de un laboratorio especializado en suelo, porque para hablar de agricultura regenerativa tenemos que hablar de la microbiota del suelo”. Reparó en que “hoy tenemos que producir más alimento, con menos suelo, con menos agua, con menos agroquímicos y todo eso es necesario cuantificarlo, y en el fondo las alianzas público-privadas, poner dinero en ciencia es importante, es lo básico para que podamos empezar. Con Nestlé hemos logrado eso, es una empresa que creyó, que tuvo la visión de ver que esto venía y dijo: hay que colocarle datos y llevamos cuatro años donde ya hay algo. Hay que ser súper responsables, y repetir que el agricultor vive de esto, no podemos equivocarnos”.
Si estamos aspirando a un Sistema de Compensación de Emisiones tiene que haber gente que sepa cómo certificar y cómo medir, y eso estamos trabajando para levantar becas. De hecho, hay un magíster para certificadores en la página de Capital Humano de Corfo ahora abierta, justamente, en Agricultura Regenerativa.
Brechas por cerrar
Para Ángela Duque, el mayor reto está en el sector agrícola porque “el agricultor tiene que luchar contra la sequía, con las inundaciones, las plagas, con el fuego, con la falta de modelos productivos de tecnología, con la falta de financiamiento”, lo cual, por otro lado, ayuda a mostrar “la adicionalidad en los proyectos de carbono”.
Para Irina Reyes el reto es apalancar a la cadena de valor, a los proveedores de las grandes empresas, a las pymes, a que se sumen con proyectos de mitigación y adaptación climática y “eso se hace no solo diciendo que la innovación es buena, sino que con incentivos económicos y ayudándolos”.
Tanto la directora nacional del INIA como la gerenta de Sustentabilidad de Nestlé coincidieron en que la brecha generacional es un reto, ya que la media de un agricultor es de 70 años, por lo tanto, hay un trabajo permanente de cautivar a productores más jóvenes que quieran hacerse cargo y encantarse con la actividad agrícola. En ese sentido, Gabriela Guarda consignó el apoyo de la compañía a la entrega de becas para la formación de competencias técnicas desde la educación media y universitaria de manera de generar el conocimiento adecuado. En este punto, la gerenta de Transforma Cambio Climático complementó señalando que el año pasado Corfo y el Ministerio del Medio Ambiente realizaron estudio de detección de brechas en capital humano a partir de la Ley Marco de Cambio Climático.
“Si estamos aspirando a un Sistema de Compensación de Emisiones tiene que haber gente que sepa cómo certificar y cómo medir, y eso estamos trabajando para levantar becas. De hecho, hay un magíster para certificadores en la página de Capital Humano de Corfo ahora abierta, justamente, en Agricultura Regenerativa”, enfatizó.
En lo que respecta al seminario mismo, Irina Reyes advirtió que “hay una brecha gigantesca, hay una baja profundidad por la demanda de productos sostenibles y sustentables. La labor de educación del consumo es fundamental. Aún los precios no son competitivos, entonces, por un lado, tenemos que innovar para hacer materiales que sean más baratos, que el packaging sea sustentable y bajo en emisiones”.
Por último, al mirar en perspectiva, reparó en que si se hubiese partido antes con el Sistema de Compensación de Emisiones del impuesto verde se habría avanzado más rápido en el sector, y el cambio, subrayó, “se hace con la industria”. La profesional del INIA también reconoció que “la industria es la que mueve la aguja”, pero con desarrollo de data confiable. Desde Nestlé, su gerenta de Sustentabilidad apeló a situar a la ciencia en el centro del proceso como motor de un trabajo eficaz.
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