Kilimo: una climatech que le paga a los agricultores por cambiar sus prácticas de riego en pro de la seguridad hídrica
Aunque nacida en Argentina, esta empresa lleva seis años en Chile ofreciendo una alternativa para mejorar las prácticas de riego de agricultores que viven en tres cuencas prioritarias por la crisis hídrica que atraviesan: del Maipo, del Aconcagua y del Maule. Sus servicios incluyen tres tipos de intervenciones -conversión de riego, uso de inteligencia artificial y agricultura regenerativa-, que se entregan como beneficio a los agricultores, gracias al financiamiento de grandes empresas y organizaciones que, además, permite hacer un pago por servicios ecosistémicos.


Dos razones empujaron a la empresa Kilimo a cruzar la cordillera de los Andes. Fundada hace un decenio en Argentina, la firma aterrizó en nuestro país hace seis años por ser el vecino más inmediato y, ante todo, porque la solución engarza perfectamente con las características propias de Chile: es uno de los países más afectados por la crisis climática, con una megasequía que ya se extiende por casi 15 años.
“Nuestro objetivo es transformar el valor del agua en la producción de alimentos, y decidimos hacerlo en agricultura, porque es la principal consumidora de agua dulce a nivel mundial, y si aprovechamos la oportunidad de digitalizar y tecnificar esta industria, podemos transformar el mundo”, asegura Andrea Ramos, VP de Adaptación Climática de Kilimo.
Presente en otros cinco países más, sin contar a Argentina y Chile, esta climatech trabaja en las cuencas más estresadas del planeta y conecta a aquellas empresas que invierten en seguridad hídrica en esos territorios con agricultores que están abiertos al uso de estas tecnologías para optimizar el uso del agua en sus cultivos.
Gracias a su modelo de negocios, donde los clientes de Kilimo son grandes corporaciones y organizaciones dispuestas a invertir en la seguridad hídrica de cuencas estresadas, esta climatech entrega su tecnología y asesoramiento como un beneficio a los agricultores. Y no solo eso; incorporan una variable que la hace única en el concierto latinoamericano: les paga a los agricultores un monto extra por el buen uso de las tecnologías. “Es lo que se llama ‘pago por servicio ecosistémico’, a través del cual incentivamos al agricultor por ese esfuerzo y cambio de prácticas que está haciendo”, añade Andrea Ramos.
“Somos la primera empresa en Latinoamérica que le paga a los agricultores por cambiar sus prácticas”, refuerza Ramos.
Así, son los clientes corporativos los que financian no sólo los equipos, sino también la contribución monetaria para los agricultores por atreverse a modificar sus prácticas agrícolas. “Nuestros contratos corporativos son entre 5-7 y 10 años, con lo cual nos aseguramos que este proyecto sea a largo plazo”, agrega.
Tres tipos de intervención
Para lograr el objetivo de un uso más eficiente del los recurso hídricos, Kilimo desarrolla tres tipos de intervenciones, las que varían según el diagnóstico que se haga de cada cuenca.
La primera es conversión de riego, por medio de la cual la empresa diseña e instala sistemas de riego tecnificado en colaboración con sus socios para reemplazar el sistema de riego por inundación, a la vez que brinda orientación especializada para el uso correcto de los equipos e imparte una capacitación permanente de manera tal que los agricultores puedan hacer funcionar sus sistemas.
En segundo lugar, figura la opción del uso de la inteligencia artificial (IA) para generar eficiencia hídrica en el riego. A través de esta modalidad, Kilimo recopila y consolida datos meteorológicos en estaciones públicas para calcular el estado de las plantas; usa una matriz con satélites para crear un coeficiente de cultivo específico para cada campo; y finalmente, como resultado de la revisión, entrega recomendaciones de riego particulares para que el agricultor riegue según su necesidad real, sin derrochar agua.
En tercer y último lugar, Kilimo interviene a través de la agricultura regenerativa. En este formato la firma focaliza sus esfuerzos en preservar la salud del suelo con rotación de cultivos, cobertura vegetal y piscinas de infiltración para mejorar su fertilidad y retención de agua y nutrientes; y utilizan tecnología agrícola sostenible para ayudar a la sostenibilidad de los agricultores.
“La cuenca del Maipo, que es la que rodea la ciudad de Santiago, lamentablemente es una de las cuencas más estresadas a nivel mundial. La cuenca de la que depende el 40 por ciento del PIB del país es una de las más estresadas del mundo. Esto no es para asustar, sino para tomar conciencia y accionar”.

Kilimo en tres cuencas de Chile
En el caso chileno, Kilimo se enfoca en tres cuencas prioritarias, que sufren los efectos de la crisis hídrica: las cuencas del Maipo, del Aconcagua y del Maule. Particularmente crítica -asegura Andrea Ramos- es la situación de la cuenca del Maipo, lo cual se traduce en un riesgo para Santiago que no ha sido dimensionado en su totalidad.
“La cuenca del Maipo, que es la que rodea la ciudad de Santiago, lamentablemente es una de las cuencas más estresadas a nivel mundial. La cuenca de la que depende el 40 por ciento del PIB del país es una de las más estresadas del mundo. Esto no es para asustar, sino para tomar conciencia y accionar”, agrega Ramos.
Respecto de las otras dos cuencas donde intervienen, la VP de Adaptación Climática de Kilimo sostiene que “la cuenca del Aconcagua todos sabemos que vive una situación extrema; y muchos creen que porque llueve un poco más, la cuenca del Maule no está viviendo una sequía. Eso no es así. También allá se vive una sequía estructural y las precipitaciones han disminuido drásticamente. Los dos últimos años de lluvia no van a cambiar la situación estructural que ya lleva más de 10 años. Las estimaciones científicas dicen que la situación va a empeorar”.
Para cada cuenca hay distintos tipos de intervenciones -conversión de riego, IA en gestión de riego y agricultura regenerativa- según la necesidad de la cuenca analizada en un diagnóstico. “Depende mucho del tipo de cuenca y de las características del agricultor local: hay cuencas en que convertimos las hectáreas de riego por inundación a riego por goteo; a otras que son altamente tecnificadas, les brindamos nuestra propia herramienta de inteligencia artificial, que al combinar distintos datos entrega recomendaciones de riego y eficiencia; y también hacemos intervenciones con agricultura regenerativa, pero para ser sinceros, es un formato nuevo, que recién estamos explorando”, complementa Andrea Ramos.
A tal punto es el nivel de gravedad de la crisis hídrica de Chile que, según Ramos, nuestro país “es una potencia exportadora en peligro: sólo el año pasado quebraron 365 empresas agrícolas y el 80 por ciento de esas quiebras son por la gran sequía que está viviendo el país”. De manera que Kilimo siente que “la oportunidad para mejorar la situación de Chile es enorme”.
Hasta un 70 % de eficiencia hídrica en el área de conversión de riego puede lograr Kilimo; mientras que el uso de la IA en gestión de riego puede alcanzar una eficiencia hídrica en torno a un 20%-30%.
Pero la intervención no acaba con la entrega de la tecnología a cada agricultor, sino que Kilimo acompaña el proceso, capacitando a los trabajadores y haciendo un seguimiento constante al uso de la herramienta. “Nos encargamos de que el proyecto tenga sentido a largo plazo. Nos apoyamos en implementadores o tecnificadores locales, pero nosotros somos los propietarios del proyecto: les enseñamos a usar la tecnología, a salir de las dudas. La idea es que el proyecto tenga un impacto real”, comenta la profesional.
En el mismo diagnóstico de cada cuenca, los profesionales de Kilimo se han dado cuenta que deben cambiar sobre la marcha y no tener una solución prefigurada. Por ejemplo, una primera mirada a la cuenca del Maipo notó que ésta estaba tecnificada, por lo que partieron con inteligencia artificial. Pero después se dieron cuenta que había terrenos dentro de la cuenca que eran regados por inundación. En consecuencia, Kilimo decidió mantener la IA en la mayoría del terreno e invertir en tecnificar el riego en esos territorios específicos.
En tanto, en la cuenca del Aconcagua prevalece la IA y de forma incipiente la agricultura regenerativa porque es una cuenca altamente tecnificada. En el Maule también hay unas pocas intervenciones con agricultura regenerativa.
Andrea Ramos califica como un gran éxito la entrada al país de Kilimo, pese a la visión un poco anquilosada de la agricultura chilena: “La mayoría de los agricultores toma decisiones muy rudimentarias: es según lo que les dice el vecino, según lo que les dice el asesor que va cada tres meses. En cambio, nosotros les damos información en base a datos”.
En definitiva, a Kilimo le motiva entender el agua “como un problema comunitario”, en el que no sólo los agricultores tienen que hacerse parte, sino todos los actores.
Por último, Andrea Ramos declara su “orgullo” porque Kilimo fue incluida durante este mes de diciembre en el listado de LATAM Cleantech 25, que destaca a las empresas de innovación sostenible latinoamericanas que impulsan soluciones de adaptación climática para alcanzar la seguridad hídrica. Kilimo será una de las empresas reconocidas en el próximo Cleantech Forum North America, que se llevará a cabo del 27 al 29 de enero en San Diego, California. “Fue una sorpresa porque nosotros no postulamos, pero estamos felices, porque son 10 años desarrollando un modelo sostenible en un rubro difícil que está permitiendo beneficiar a los agricultores”.